Entrevistamos a Andy Street, administrador del fondo misionero inglés “Echoes of Service”, para conocer sus impresiones sobre su viaje misionero a Albania.
Echoes of Service apoya a misioneros de las Asambleas de Hermanos en todo el mundo, unos 300, canalizando los recursos que viabilizan su labor. Street informó acerca de este periplo en una tarde dedicada a las misiones que cada mes programa la iglesia evangélica de Pº de la Estación en Salamanca.
Resulta interesante adentrarnos en la realidad de un país tan cercano, pero que parece tan alejado del resto de Europa. Recordemos que Jesús dijo que había que ir hasta lo último de la tierra. ¿Por qué no emular al apóstol Pablo, uno de los primeros creyentes que llegó a Ilírico (Ro. 15.19), provincia romana de la cual la actual Albania era una parte, allá por el siglo primero?
Pregunta.- Háblenos de la historia reciente de Albania desde la perspectiva religiosa.
Respuesta.-A partir del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, Albania llegó a ser una estado comunista bajo la dictadura de Enver Hoxha. Durante su gobierno se prohibió taxativamente toda manifestación religiosa organizada. Las iglesias y las mezquitas fueron derribadas o convertidas en museos, cines o letrinas públicas. En 1967 Albania se declaró como el primer estado totalmente ateo del mundo. Hoxa murió en 1985, dejando al país en un estado de ruina económica y de aislamiento internacional. El régimen comunista desapareció finalmente en 1992, dejando una herencia nefasta.
Se vislumbra algo de progreso, pero Albania sigue siendo uno de los países más pobres de toda Europa, con un paro muy elevado, especialmente entre los jóvenes, generando una fuga masiva de recursos humanos. La capital, Tirana, es el centro económico y la mayor ciudad donde se concentra una tercera parte de la población del país.
Las vías de comunicación son deficientes, lo cual obliga a los agricultores a vender sus productos a orillas de las carreteras. Además, la industria del país va despuntando en algún sector y genera altos índices de contaminación, lo cual incide en nacimientos de niños con defectos. La salud y la educación son también asignaturas pendientes para el país; los niños ingresan en la escuela a los siete años y solo unos pocos privilegiados llegan a cursar estudios secundarios y universitarios. Por su parte la atención sanitaria tiene un coste elevado y prohibitivo para unos albaneses cuyo salario medio es de 300 euros.
No es de extrañar que la Unión Europea le haya negado a Albania su entrada en la misma, exigiéndole aplicar más reformas.
También hay que destacar que años de propaganda comunista han creado en las generaciones mayores un gran desinterés por cualquier tema religioso. Y es preocupante la proliferación de jóvenes musulmanes radicales que son beneficiados con becas desde Pakistán y Oriente Medio.
P.-¿Cuál es, entonces, la situación actual de las iglesias evangélicas?
R.-La caída del régimen comunista abrió la puerta para la penetración del evangelio en Albania por medio de un gran esfuerzo misionero. A mediados de la década de los noventa, el país tenía proporcionalmente la mayor concentración de misioneros del mundo entero. Actualmente los jóvenes están respondiendo al evangelio. La estimación del número de cristianos evangélicos ha aumentado desde unos mil en 1991 a cerca de veinte mil en la actualidad; sin embargo, siguen siendo un grupo muy minoritario frente a la mayoría musulmana.
Gran parte de las congregaciones evangélicas tienen un porcentaje alto de jóvenes. Hay cuatro distintas traducciones de la Biblia al albanés. Radio Tirana, una emisora creada para difundir propaganda comunista, ahora transmite los programas de la entidad evangélica Radio Transmundial. No obstante, los evangélicos son vistos con suspicacia; sólo se reconoce a las iglesias Católica y Ortodoxa Oriental.
P.-¿Cómo ve el futuro de la obra evangélica en Albania?
R.-La iglesia evangélica en Albania se enfrenta a grandes desafíos. Primero, el islam es cada vez más militante, y va en aumento el número de musulmanes radicales. En segundo lugar, la iglesia necesita recobrar el entusiasmo por la proclamación del evangelio que la marcó en los años inmediatamente posteriores a la caída del régimen comunista. Tercero, muchos líderes son jóvenes y creyentes de primera generación, que necesitan una enseñanza sistemática por parte de maestros bíblicos competentes.
Además, hay que señalar que los obreros cristianos nacionales sirven al Señor con entusiasmo en una gran variedad de ministerios; por ejemplo, en las universidades, en las cárceles y en actividades evangelísticas y de Acción Social. Debemos orar para que el Señor siga edificando la iglesia en el país.
P.- ¿Qué perspectiva tiene sobre las iglesias en España después de sus visitas a este país?
R.-Conozco más las iglesias de las Asambleas de Hermanos, que es la “tribu de Israel” entre la que lo general me muevo. Es un sector de la obra evangélica que en el pasado se ha beneficiado de la actividad de misioneros oriundos del Reino Unido y de otros países, que no sólo se dedicaron a la tarea de evangelizar, sino también invirtieron tiempo y esfuerzo en actuar como mentores para creyentes nacionales llamados a convertirse en los líderes futuros de las iglesias. Entre ellos cito a Ernesto Trenchard y a Pablo Wickham.
Enfatizaron la importancia de la predicación bíblica sistemática y consecutiva y animaron a generaciones más jóvenes a seguir estos principios. Como resultado, se ve en España la aparición de un número creciente de obreros nacionales que están asumiendo un papel de liderazgo y formando a gente más joven según los mismos principios.
Donde las iglesias disponen de un liderazgo espiritual competente, el futuro se ve positivo.
P- ¿Están cambiando los parámetros de la labor misionera a escala mundial con la incorporación de cada vez más misioneros de países que no tienen una larga tradición misionera?
R.-Sin lugar a dudas. Paralelamente al declive espiritual en Europa y Norteamérica, el crecimiento acelerado de las iglesias evangélicas en muchos países de América Latina, África y Asia está fomentando un esfuerzo misionero muy notable desde estas áreas del mundo.
Creo que es muy factible que en un futuro cercano un país como Gran Bretaña, que en el pasado ha enviado a numerosos misioneros, se convierta en una nación que recibirá a muchos misioneros de otras áreas del mundo con la visión de re-evangelizar a los británicos. ¡Y serán muy bienvenidos!
Finaliza la entrevista. Gracias, Andy, por acercarnos a Albania y a nuestros hermanos albaneses y de otras latitudes que luchan por sembrar el evangelio en campos nada fáciles. Nos hace repensar.
Traducción de Timoteo Glasscock
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