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La vida espiritual que lo llena todo

Cuando tomamos en cuenta que Dios está y vive dentro de mí, que soy templo y residencia de Él, puedo llegar a aprehender el significado de que “en él vivimos, y nos movemos, y somos”.
JUVENTUD DIVINO TESORO AUTOR Yván Pinto Sierralta 26 DE JULIO DE 2013 22:00 h


Juventud y Espiirtualidad - Serie: Juventud Divino Tesoro from Yvan Pinto on Vimeo.


Llegados a este punto, he intentado introducir la categoría “juventud” haciendo un planteamiento de análisis de los contextos en lo cuales ésta participa, a saber: la sociedad, la familia, la escuela y la iglesia (existen muchos otros, pero por honor al espacio, me he centrado en estos y de manera superficial).

Ahora, e iniciando con este artículo, pretendo comenzar con lo que desde mi humilde opinión es necesario que conversemos y revisemos, para el desarrollo de los jóvenes de forma integral.


LA ESPIRITUALIDAD Y EL JOVEN
Todo esfuerzo en transmitir una espiritualidad integral y funcional en los contextos donde viven los jóvenes, serán pocos, debido a la carencia que estamos mostrando en la estructuras eclesiales de hoy
en día. Libros como el escrito por Daniel Pujol, La Fuga, demuestran el estado actual de la cuestión, en relación a la oferta que se les está haciendo a la juventud desde nuestras comunidades cristiana. Por ello, desde mi humilde opinión, creo que debemos revisar nuestros planteamientos y acercamientos para que el joven se sume, y asuma su responsabilidad en la construcción del Reino. Cuando les invitamos a formar parte de la familia de Dios, ¿A qué les estamos invitando de verdad?

LA VIDA PROMETIDA Y LA PROMESA DE VIDA
Un error que puedo observar en nuestras estructuras eclesiales, y básicamente lo observo puesto que yo mismo he sido partícipe de él, es el hecho de que ofrecemos la opción de que el joven pueda decidir si aceptar o no, la invitación de Jesús, una invitación a ser restaurado y a colaborar con él en la restauración de nuestro mundo, pero que no tiene que ver con una entrega constante sino con un evento en el pasado. Me explico: cuando tú y yo hemos decidido seguir a Jesús, lo hemos hecho a través de un evento concreto, al que la tradición le ha denominado “oración de fe”. No estoy quitándole valor a esta oración de fe, solo que basar nuestra fe en un evento en el pasado, le resta la importancia de hacerlo cada día.

Pregunto: ¿Cuándo entregas tu vida a Jesús, qué entregas? Por lo general pensamos en entregar nuestras vidas desde ahora hacia el futuro, pero en realidad no podemos entregar el futuro, básicamente porque no existe, todavía ha de suceder. Y lo único que podemos entregar es nuestro presente, y si nos ponemos un poco filosóficos, en realidad nuestra vida es una serie de “presentes” que van siendo vividos y experimentados a cada instante. Por ello, cuando invitamos a jóvenes a entregar su vida a Jesús, no le estamos dando un pase o ticket para ir a un lugar específico. Lo que deberíamos estar haciendo es invitarles a entregar su vida como una serie de “presentes”, en el presente en el que viven. ¿Me he sabido explicar con suficiente claridad?

Lo intento desde otra perspectiva. Soy casado y mi matrimonio se celebró hace 15 años. Ese día dije “sí quiero” y me comprometí a una vida junto a Lorena, mi esposa. ¿En realidad a qué fue lo que me comprometí? A una vida vivida en el compromiso, una vida donde cada momento, cada “presente” está rendido a esa promesa que hice. En ningún momento la promesa o compromiso de hace 15 años me da licencia a vivir como si no estuviese comprometido con ella.

Cuando no hacemos énfasis en un espiritualidad donde cada momento es entregado a Dios, podemos caer en el error de vivir vidas como “ateos funcionales”, puesto que se viven vidas o
“presentes” no entregados a Jesús, y como hice mi oración de fe hace X número de años, tengo el pase para la vida cristiana, aún cuando mis “presentes” no lo están.

Esta vida vivida en cada “presente”, apercibidos de la presencia y la entrega a Dios, es lo que vemos en la vida de Jesús. Su vida fue una comunión ininterrumpida con el Padre, y los evangelios nos dan cuenta que nada hizo fuera de esa comunión. Esta es la vida que aspiro que trasmitamos a los jóvenes, una vida donde la entrega de cada “presente” sea la constante. Es un vida como contra-propuesta a la tesis secularista de este mundo, donde se nos propone vivir sin el apercibimiento del mundo espiritual, en definitiva en contra de vivir un vida sin Dios. Sé que muchos de nosotros seguimos creyendo en realidades espirituales, pero nuestros momentos continuos de vigilia no se encuentran muchas veces apercibidos de la entrega constante de nuestras vidas o “presentes” a Jesús.

Pablo es otro que nos anima a vivir este tipo de vida, cuando nos invita a “orar continuamente”, cuando nos recuerda que “llevemos cautivo todo pensamiento a Cristo”, cuando nos dice que “nos trasformemos a través de la renovación de nuestra mente”. En definitiva a vivir una vida en la presencia de Dios. Mi hermano y buen amigo Rubén Gómez habla de esto en su artículo “Revisando el Concepto de Espiritualidad” en este mismo magacín, te invito a leerlo.

Jesús dijo: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí”. El verbo permanecer viene del término griego μένω (meno), que significa: “tener residencia permanente en”. Por ello, la manera de tener residencia permanente para un joven de hoy, es vivir una vida en la presencia de Dios, donde cada instante, cada momento, cada “presente” está apercibido de la realidad espiritual circundante.

ESPIRITUALIDAD DUALISTA
Lo anteriormente descrito, también podría definirse como una contra-propuesta a la espiritualidad dualista que nos invade en nuestras estructuras eclesiales. El dualismo, que experimentamos hoy en día, tiene su origen en el movimiento doceta de la antigua Grecia.

Para ellos, los docetas, lo material era intrínsecamente malo y lo espiritual intrínsecamente bueno. De hecho, el concepto de la Encarnación, en donde Dios/espíritu/bueno se había hecho hombre/ material/malo supuso un gran obstáculo en la mente de algunos de los miembros de la naciente ekklesia del primer siglo, y creó una ruptura que ha marcado la vida de la comunidad universal decreyentes. Puedes leer la primera carta de Juan, y darte cuenta que es una propuesta para mantener a la comunidad cristiana libre de estos docetas gnósticos.

Pero lo triste no es lo que vivían estos hermanos del primer siglo, sino que los mismos patrones dualistas los encontramos hoy día, después de casi dos milenios. Por razones históricas y de influencia socio-cultural, la iglesia ha sido permeada con la tesis docetista y experimenta una espiritualidad dual. A saber, el simple hecho que otorguemos valor espiritual y sagrado a ciertos aspectos como días, lugares, momentos, roles, nos hace ver como esta dualidad no nos está ayudando a desarrollar a nuestro jóvenes. La espiritualidad dual está divorciada de la vida diaria, y por lo general no tiene nada que decir en ella.

Esta fragmentación de nuestra experiencia espiritual hace que no sepamos aplicar nuestra fe a nuestro trabajo, haciendo que tengamos un tipo de vida el domingo o en la reunión de la iglesia, y otro el lunes en el trabajo. Hace que podamos ser percibidos como personas espirituales el domingo y que podamos explotar a nuestros empleados de lunes a sábado. Hace que tampoco sepamos conectar nuestra fe con nuestro tiempo libre, alejándonos de considerar el ver una buena película o escuchar de buena música como una razón para disfrutar de Dios y de la capacidad de apreciar mi entorno. Hace que una ama de casa, o una madre/padre con hijos no tenga espacios para dar sentido espiritual a los quehaceres diarios. Lamentablemente solo podemos dar sentido espiritual a aquellos momentos bautizados como tales, que se llevan a cabo en lugares sagrados, momentos sagrados o por personas consideradas con cierto nivel espiritual.

Si nos damos cuenta, mucho de nuestra vida cotidiana está moldeada por lo valores de nuestra sociedad, y muchos de nuestros conflictos vienen dados por el choque entre valores de fe y valores sociales. De hecho, muchas de nuestras preocupaciones cotidianas no reciben la atención debida en nuestras estructuras eclesiales, puesto que muchas son consideradas como no espirituales. He aquí el dejo dualista/doceta.

Creo que necesitamos una base para construir y ofrecer a nuestra juventud un planteamiento de espiritualidad integral, no fragmentada, que les ayude a vivir en cada momento, cada lugar y ante cualquier situación como hijos de Dios entregados al señorío de Cristo. En este punto, es que creo que Rubén Gómez lo explica muy bien en el artículo que antes recomendé: La encarnación como base doctrinal para entender nuestra vida y llamado en la sociedad, así como su manifestación en nuestra cotidianidad tienen que ver con saber disfrutar de la vida como don de Dios y poder redimir el placer. Aprender a conectar el cielo y la tierra. Aprender a vivir como cristianos monoteístas, donde Jesús es señor de toda mi experiencia vital (hogar, trabajo, sentimientos, pensamientos, sexualidad, relaciones, hobbies, etc.). La base de esta espiritualidad tiene que ver, desde mi humilde opinión, con lo que explica Pablo en su carta a los Colosenses: “Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres”. O como lo dice el autor Alan Hirsch cuando se refiere a la integralidad de nuestra espiritualidad: “El corazón del asunto, es un asunto del Corazón”.

DIOS INMANENTE VS. DIOS TRASCENDENTE
Me perdonaréis por la longitud del artículo, pero el tema da para mucho, e intento sintetizar mucho de los aspectos que creo son importantes en nuestra propuesta de espiritualidad a nuestros jóvenes.

Para concluir, quiero reflexionar en dos aspectos de una misma realidad de Dios que tienen que ver con todo esto que estamos desarrollando. El Dios inmanente y el Dios trascendente, o podríamos decir, el Dios esencia y el Dios más allá, o el Dios dentro y el Dios fuera, y quizás, solo en un sentido más filosófico/ontológico, el Dios subjetivo y el Dios objetivo.

¿Qué quiero decir con esto? Para mucho de los jóvenes cristianos con los que estoy en contacto, el Dios con el que se relacionan es un Dios “objetivo”, un Dios que vive fuera de su experiencia diaria. Es un Dios ex-machina. Esto se refiere al recurso lingüístico de traer un agente/personaje externo para resolver la trama, sin ninguna consideración o relación a ella. Me explico, un “dios ex machina” siempre actúa como recurso en momentos de necesidad, y lamentablemente para muchos cristianos ese el Dios al que siguen, uno que solo es un recurso cuando se le necesita. Dios actúa siempre “ex-machina”, desde afuera, pero no desde dentro.

Cuando entendemos la propuesta de Jesús y vemos que el resultado es morar/vivir en nuestros corazones, nos convertimos en “templos”, en residencias del Dios mismo transcendente, que ahora se hace inmanente. En otras palabras, el Dios de afuera se hace de adentro, o que el Dios ex-machina, fuera de la trama, se hace un personaje más de la narrativa, o que el Dios objetivo se hace subjetivo. No entiendas subjetividad como percepción arbitraria de la realidad de Dios en nuestras vidas, sino como relación entre un sujeto y su objeto, subjetividad como imbricación de nosotros y Dios, donde Dios deja de ser una realidad externa y se convierte en vida interna.

¿Por qué creo que es importante esto? Mientras vivamos nuestro cristianismo como sujetos no afectados por la divinidad y pensar que esta solo es necesaria en tiempo de aflicción o necesidad, entonces tendremos un solo lado de la moneda, solo estaremos viviendo un concepto de espiritualidad incompleta, en donde el Dios de afuera es la única realidad que conozco. Pero cuando tomamos en cuenta que Dios está y vive dentro de mí, que soy templo y residencia de Él, que me convierto en una carta, una buena noticia viviente, parafraseando las palabras de Pablo, puedo llegar a aprehender el significado de que “en él vivimos, y nos movemos, y somos”. La realidad de Dios lo inunda todo, tanto mi experiencia objetiva del mundo circundante, como mi experiencia subjetiva en relación con Él.

El reconocer a este Dios de dentro, subjetivo, inmanente, aplanaría el terreno a muchos jóvenes para poder experimentar y construir una espiritualidad integral en constante conversación con sus sueños, sus dudas, sus preguntas, sus aflicciones, sus preocupaciones, sus conflictos, e incluso su tiempo de ocio.

Vivamos primero nosotros, formadores de jóvenes, una vida de “presentes” rendidos al señorío de Jesús, una espiritualidad no fragmentada y reconozcamos a ese Dios que mora en nosotros, para que podamos ofrecer a esta generación una propuesta de espiritualidad en consonancia con los tiempos que viven.

Este artículo forma parte de la revista P+D Verano 04, que puedes leer a continuación odescargar aquí (PDF).

 

 


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COMENTARIOS

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D. Ward
21/08/2013
15:13 h
18
 
Cuando Jesús es misión, todo está más claro.
 
Respondiendo a D. Ward

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
17
 
Resumiendo, mi problema con la famosa 'construcción del Reino', repito, muy usada en terminología católica (lo digo por la teología implícita), es que enfatiza como misión lo que no creo que sea misión, sin menospreciar el valor, la necesidad y el papel de las buenas obras según nos muestra repetidamente la Palabra de Dios. Soy de los que piensan que cuando 'todo' es misión, entonces 'nada' es misión. Bendiciones.
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
16
 
No obstante, entiendo que no todas las cosas buenas que podemos y debemos hacer conforman la misión de la iglesia. Entiendo que la misión de la iglesia es aquella tarea que Dios ha mandado de forma explícita: Predicar el evangelio y hacer discípulos. No entiendo las buenas obras como misión en sí mismas, sino como elementos inherentes (importantes y necesarios) de los que predican y hacen discípulos. Por ilustrarlo, la misión de un soldado es destruir el centro de operaciones enemigo. Sí, en el proceso tiene que ayudar a sus compañeros, defenderse, comunicarse con su base, obedecer órdenes, ser sabio, disparar, etc. pero esas cosas como tales no conforman su misión, su misión es conseguir aq
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
15
 
¿En qué aspectos de esa venida del Reino estás tú involucrado? ¿En qué aspectos estás trabajando para que el Reino sea una realidad en tu contexto? Buenísimas preguntas. Dentro de mi pobre servicio, en cuanto al Reino, diría que estaría involucrado (con mucha mediocridad) en lo siguiente: (1) Orando por su venida, (2) Anunciándolo, (3) Diciéndole a otros cómo entrar (evangelización), (4) con el testimonio diario intentar mostrar al mundo un reflejo de ese Reino (como iglesia ser una manifestación anticipada del Reino), mediante buenas obras.
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
14
 
En términos prácticos el problema viene cuando decimos a la gente que hagan cosas que la Biblia no les pide (construir el Reino). Y el problema viene cuando le decimos a la gente que su misión es construir el Reino haciendo toda una serie de obras sociales, crear espacios, dar ayuda emocional, cuando la Biblia no identifica la construcción del Reino con tales obras. Cuando dispersas la misión en términos tan amplios, aun cuando lo que les exiges son cosas buenas, necesariamente estás marcando una teología misional específica y ya no es cuestión solo de terminología. Al fin no hablamos de un tema trivial, hablamos de la misión de la iglesia.
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
13
 
Los hombres entran (Mt 5:20) pero nunca se dice que lo construyan. Lo reciben (Mr 10:15), lo heredan (Mt 25:34), lo poseen (Mt 5:4) pero nunca lo establecen. Oramos para que venga (Mt 6:10)… podemos hacer cosas a causa del Reino (Mt 19:12) pero nunca se dice que los seres humanos actúen sobre el Reino mismo. Lo predicamos (Mt 10:7).
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
12
 
La Biblia habla del Reino en términos muy distintos. Es de ayuda pensar en la tierra prometida de Israel (Canaán). Piensa en cómo los israelitas contribuyeron a construir su tierra prometida…? George Eldon aportó luz sobre este desconocido asunto del Reino al decir que: El Reino se acerca a los hombres (Mt. 3:2), viene (Mt. 6:10), llega (Mt. 12:28), aparece (Lc 19:11), Dios lo da a los hombres (Mt 21:43), se lo quita a los hombres (Mt 21:43).
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
11
 
Para resumir, la esencia del problema es que existe la noción genérica de que hacer cosas buenas en este mundo significa construir el Reino, y algunos identifican esta idea amplia como la misión de la iglesia. Esta ideología, común en la iglesia católica, implica que dar de comer a los pobres, hacer el bien, sanar emocionalmente a la gente, algunos dirían hasta reciclar, y un largo etcétera son la misión de la iglesia y son construir el Reino...
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
06/08/2013
09:51 h
10
 
Yván, gracias por tomarte el tiempo. Aprecio tus respuestas y con gusto intentaré explicar lo que me preocupa de la expresión 'construir el Reino'. En primer lugar, y no lo tomes como ataque, no has aportado un verso que diga que nuestra responsabilidad sea construir el Reino. El quid es que la Biblia no enseña esta idea y esto es un hecho. Los términos que usamos, al fin y al cabo, importan. La idea de construir espacios geográficos, afectivos, espirituales que permitan al Reino existir o venir, tampoco la encontramos.
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Yván Pinto Sierralta
03/08/2013
09:42 h
9
 
5.- Patricio, vaya tela, como me has inspirado…jejeje. (espero no te tomes a mal mi humor). Ahora que hablamos del Reino, y de su 'construcción' (dejaré de usar la palabra si lo deseas) o de su venida, déjame preguntarte: ¿En qué aspectos de esa venida del Reino estás tú involucrado? ¿En qué aspectos estás trabajando para que el Reino sea una realidad en tu contexto? No te lo tomes a mal, tan solo intento indagar acerca de como experimentas tu misión, o la misión de Dios al mundo, o la que Dios te haya mostrado como tal, puesto que estoy trabajando en mi próximo artículo y estaré, Dios mediante, hablando de Jóvenes y Misión. Un abrazo para tí.
 
Respondiendo a Yván Pinto Sierralta

Yván Pinto Sierralta
03/08/2013
09:42 h
8
 
4.- Patricio, segundo post… ;-) Veo que tu pregunta viene dada por el hecho que estás buscando que desarrolle mis planteamientos, pero lo que no me queda claro en ningún momento es la motivación de la misma. Verás, el Reino, en mi concepto teológico, tiene que ver con espacios humanos, visibles y no visibles, donde Jesús ejerce un reinado sobre aquellos que han decidido apropiarse de su obra, y acatar las formas y relaciones con el Rey (hay más pero decido sintetizar en esto). Ahora, en estos espacios (que no son sólo geográficos), reinan los valores del Reino, un reino que se caracteriza por la paz, el amor, la bondad, el dominio propio, etc. Si te fijas, creo que podríamos usar Gal. 5:22 y
 
Respondiendo a Yván Pinto Sierralta

Yván Pinto Sierralta
03/08/2013
09:42 h
7
 
3.- Patricio, sigo son tu primer post, lo que dan de sí tus tres líneas! ;-) Creo que haces bien en preguntar e indagar para aclarar y echar fuera toda duda por tu parte acerca de mi postura teológica, en esta caso. Sin embargo, lo que no comparto es que sin esperar respuesta, juzgues y animes a otros a considerar mi artículo como en el límite de la ortodoxia (entendiendo la heterodoxia como una falta!!), o incluso fuera de ella. Sacas conclusiones acerca de mis expresiones, y las declaras como distantes de la Biblia. Entiendo que quizás sea la forma que tienes de tratar a otros, pero tengo la firme convicción que preguntando y debatiendo es como aprenderemos unos de otros y si crees que en
 
Respondiendo a Yván Pinto Sierralta

Yván Pinto Sierralta
03/08/2013
09:42 h
6
 
2.- Patricio, la otra frase 'Colaborar en la restauración de este mundo', si de verdad deseas que la explique, en ningún momento la debes separar de la idea completa donde se encuentra. En otras palabras, para rebatir tu duda y tu presunta acusación de herejía, jejeje (es un chiste, aunque puede que lo creas!!), tendrías que utilizar la frase siguiente: 'la invitación de Jesús, una invitación a ser restaurado y a colaborar con él en la restauración de nuestro mundo.' Esta frase completa, lo que desea trasmitir es que la oferta que nos hace Jesús es que él completará la obra que se ha iniciado en nosotros, una obra de santificación, una obra de restauración de nuestra forma de relacionarnos c
 
Respondiendo a Yván Pinto Sierralta

Yván Pinto Sierralta
03/08/2013
09:42 h
5
 
1.- Patricio, la frase 'construcción del Reino', tiene que ver con el hecho de que tenemos la responsabilidad de crear/construir espacios geográficos/afectivos/espirituales que permitan al Reino existir o si lo prefieres, venir. He de concederte el hecho que la frase podría ser mal entendida, en la manera de que nosotros hemos de construir el Reino como tal, pero la verdad en ningún momento es lo que artículo expresa en su estructura general. Por el contrario, el artículo establece claramente la relación de este reinado de Jesús y nuestra rendición a Él.
 
Respondiendo a Yván Pinto Sierralta

SALVO POR GRACIA
02/08/2013
09:48 h
4
 
El Reino de Dios se establece cuando Jesús está reinando, creo que Yván está diciendo que en la medida que nosotros nos sometemos a su Reinado, permitimos que este reino sea visible y lleve a cabo su propósito. Creo que llamar a esto 'Colaborar' es legítimo y apropiado para no perder de vista nuestra responsabilidad ante Él. Somos un pueblo que proclamamos a Jesús como Señor, y al obedecerle los propósitos de su Reino se cumplen... pasajes bíblicos: las historias de los discípulos en los evangelios, en hechos... personas restauradas, sanadas, liberadas, que pasan de muerte a vida mediante el ministerio de una iglesia en misión.
 
Respondiendo a SALVO POR GRACIA

vrampue
02/08/2013
00:13 h
3
 
En mi humilde opinión, ' Venga a nosotros tu Reino' podría ser una respuesta a las dos preguntas Patricio. Disculpen que no tengo recursos en teología como 'ciencia que trata de Dios', según la RAE, pues el peso que Dios ha puesto sobre mí cuando decidí seguirle está más dirigido al lebrillo y la toalla que al de la ciencia (a unos nos da el don de servicio y a otros de ciencia). No obstante, me he sentido llamada como joven que soy (y sobre todo en Cristo) a profundizar en estas expresiones y ver como, según su parecer, distan de la Biblia. Yván dice: aprender a conectar el cielo y la tierra. Aprender a vivir como cristianos monoteístas, donde Jesús es señor de toda mi experiencia vital
 
Respondiendo a vrampue

Patricio Ledesma
31/07/2013
22:02 h
2
 
Yván, ¿podrías dar al menos un pasaje bíblico que enseñe esa idea de la 'responsabilidad en la construcción del Reino'? Y segundo: ¿Qué significa 'construir el Reino'?
 
Respondiendo a Patricio Ledesma

Patricio Ledesma
31/07/2013
13:52 h
1
 
'Construcción del Reino' y 'Colaborar en la restauración de este mundo' dice mucho del tipo de teología de este artículo. Animo a los lectores a profundizar en esas expresiones y ver como distan de la Biblia. Un abrazo.
 



 
 
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