Los Beatles pasaron de tocar en antros mal iluminados de los rincones de Inglaterra a llenar el Shea Stadium (más de 55 mil personas) en nada más que cuatro años. Durante ese tiempo, la prensa de su país y de Estados Unidos los mimó. Día tras día, los cuatro muchachos de Liverpool aparecían en las portadas y los noticieros. Lo disfrutaron durante un tiempo pero eventualmente se fueron cansando; empezaron a darse cuenta de que los conciertos ya no eran interesantes, que cada vez tocaban peor por la falta de ensayo, que entre los gritos la gente ni los escuchaba, que todas las habitaciones de los hoteles del mundo se parecían bastante.
Empezaron a notar que su música crecía a pasos agigantados y querían hacer cosas en el estudio de grabación que serían imposibles de reproducir en vivo. Tras el lanzamiento del disco
Revolver, los Beatles pusieron punto final. Los fanáticos que se juntaron en el Candlestick Park de San Francisco un 29 de agosto de 1966 no sabían que estaban presenciando el último gran concierto de la última gira de la mayor banda de rock de la historia.
Al alejarse de los escenarios, los Beatles pudieron dedicarse específicamente al trabajo en el estudio de grabación. Ese fue el germen a partir del cual creció
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (La banda del club de los corazones solitarios del sargento Pepper), disco publicado el primer día de junio de 1967 y elegido frecuentemente como el álbum más importante de la historia. El primer disco que grabaron los Beatles,
Please Please Me, se grabó en menos de 10 horas.
Sgt. Pepper fue grabado durante 129 días y requirió unas 700 horas en el estudio de grabación.
Las canciones que dieron el puntapié inicial fueron “Strawberry Fields Forever” (de Lennon) y “Penny Lane” (de McCartney). Aunque no fueron incluidas en
Sgt. Pepper sino en
Magical Mystery Tour, unos meses después, fueron el trasfondo que dio sentido a todo el período. Ambas canciones exploran los recuerdos de la infancia de los compositores: Strawberry Fields era un orfanato del Ejército de Salvación en el que Lennon iba a jugar cuando era niño; Penny Lane era una de las calles y áreas emblemáticas de Liverpool. Todo el disco está empapado de los recuerdo de infancia: atracciones de circo, violencia doméstica, historias del periódico, memorias de la escuela y literatura infantil.
La idea del nombre del disco
Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band nace como una parodia de los nombres largos que estaban de moda entre las bandas psicodélicas del oeste de Estados Unidos (como Quicksilver Messenger Service o Big Brother and the Holding Company).
Se ha dicho en ocasiones que Sgt. Pepper es un disco conceptual, el primero de la historia. Eso no es del todo cierto. Es cierto que fue un disco concebido de forma bastante orgánica y que muestra una continuidad conceptual inusual para la época. Aunque McCartney quería hacer un disco completamente conceptual, la banda se fue cansando de los límites que eso suponía. La idea de Paul era convertir a los Beatles, mientras durara el disco, en una banda álter-ego: la banda del sargento Pepper (que significa
pimienta). Esto les permitiría utilizar una máscara creativa, poder hacer cosas sin estar atados a tener que ser todo el tiempo ellos mismos. Además, podrían enviar el disco “de gira” para no tener que ir ellos. McCartney dijo en una entrevista: "era liberador; podías hacer cualquier cosa en el micrófono o la guitarra porque no eras tú mismo".
Todo el disco
es una especie de concierto que ofrece la banda del sargento Pepper. Para intentar reproducir de mejor manera la idea del concierto, los Beatles eliminaron algunos de los segundos que se usaban para separar las canciones. En la era digital eso no es un problema; pero en la era de los vinilos, no tener la separación entre canciones significaba no poder tener control absoluto sobre la escucha (algo así como llegar tarde a un concierto). Constantemente aparecen diferentes personajes que nos van guiando a través de las canciones: Billy Shears, el anfitrión del espectáculo, y sus amigos (“With A Little Help From My Friends”); Lucy y los personajes de su mundo psicodélico (“Lucy In The Sky With Diamonds”); la joven anónima que se va de la casa (“She’s Leaving Home”); los personajes del circo: el Sr. Kite, los Henderson, Pablo Fanques (“Being For The Benefit of Mr. Kite!”); Rita, la policía de tránsito (“Lovely Rita”); etc. Hay una atmósfera de fiesta y celebración. Se escuchan aplausos y risas del público que está presenciando el espectáculo.
La
mezcla de géneros musicales es una de las características centrales de
Sgt. Pepper. Escuchamos rock&roll, música de bandas de marcha, música concreta y electroacústica, pop, música psicodélica, music hall, música de la India, música de cámara. Este eclecticismo estilístico no
es algo tan raro para nosotros. En la posmodernidad, lo normal es la mezcla, la coexistencia de géneros y tradiciones diversas. Pero
en esa época era algo bastante inusual; los artistas estaban claramente categorizados y muy pocas veces se producían transiciones entre estilos (lo que en inglés se conoce como
crossover). Ese fue uno de los motivos de la importancia histórica de este disco.
La tapa, uno de los elementos más icónicos de la cultura pop, es una recopilación de influencias y referentes.
Es como si, en la banda del sargento Pepper, los hacedores de la cultura que marcaron a los Beatles fueran también músicos que participan en la creación del disco. En esa banda imaginaria hay lugar para Bob Dylan, Mae West, Karl Marx, Laurel y Hardy, Aldous Huxley, Dylan Thomas, Edgar Allan Poe, Marlon Brando, Oscar Wilde, Albert Einstein y muchos más.
Paul McCartney dijo, al respecto de la tapa: "vamos a poder recuperar lo que queramos de la cultura y poner a todos nuestros héroes en un solo lugar".
Como si la originalidad de la tapa fuera poco,
los Beatles también quisieron incluir las letras de las canciones en el arte del disco. Fue la primera vez, en la historia de la música popular, que se incluían los textos de las canciones como parte esencial de un disco. La afirmación que subyace es clara: las letras proponen una experiencia autónoma, tienen entidad artística propia. Las letras de
Sgt. Pepper no son un mero acompañamiento de la música. Los cuatro muchachos de Liverpool nos invitan a que las veamos como poesía.
Puedes escucharSgt. Pepper completo en
Youtube.
Este artículo forma parte del Número 2 de la Revista Protestante Digital Verano. Puedes descargarla aquí (PDF) o bien leerla a continuación:
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