Si me pidiesen que escogiera entre todos los más variados objetos que existen en mi casa, no lo dudaría ni un instante……. Mi piano!!, mi precioso, viejo y querido piano……..
Cuántas horas me pasé delante de él aprendiendo, perfeccionando la música y adorando, dejando verter mis lágrimas delante de mi Señor mientras tocaba deliciosas piezas clásicas de autores excelentes o disfrutando de himnos y canciones con letra cristiana que transportaban mi corazón hasta la presencia del Padre!!.
Quién no ha oído tocar en su vida al piano el inconmensurablemente bello “Claro de luna” de Beethoven?.... es realmente delicioso, sensible, íntimo e inigualable en belleza.
Estos días alguien me regaló el versículo que encabeza este artículo y, va a ser que le di muchas y muchísimas vueltas.
A mucha gente le parece que la vida del creyente consta de una primera y única decisión: seguir o no a Cristo; pero…..no queridos!....pasan años, vienen tormentas a nuestras vidas y, una y otra vez, se nos presentan disyuntivas en nuestro camino y, si!!, todo el proceso de conocer la voluntad de Dios es relativamente fácil y conocido para el que camina en el sendero de la fe; pero hay ocasiones en las que la línea es tan fina, los problemas tan profundos y las heridas tan lacerantes que tenemos que derramar nuestras almas ante el Padre y pedirle consejo y aquí, va a ser que la voluntad de Dios expuesta en la Escritura, la paz interior, el vellón y el rocío -en ocasiones- se nos quedan pequeños y nos sobrepasan. Por eso me acordé del “Claro de luna” y me hizo tanto bien el versículo de Isaías.
Fijaos bien!, el texto comienza diciendo: “Y guiaré a los ciegos. Perdón?, un ciego no ve absolutamente nada de nada y todo lo conocido o sabido, hay veces que no sirve para nada.
Cuando alguien no ve, simplemente siente la más profunda oscuridad en sus ojos. Y acaso no es así cómo nos sentimos en ocasiones?’…. Si!!....lo sabes!!....exactamente así!!.
Pero el texto continúa diciendo: “Por camino que no sabían”…. mmmmmmmmmm ………esto me encanta! Es que hay algún camino que no conocemos?....cerca del Señor, a veces, cometemos el error de pensar que nos lo sabemos todo. Ay queridos!!....craso error!...
Cuanto más avanzamos en la vida y en los entresijos del Padre, más conscientes somos de que hay camino que Dios prepara delante de nosotros que no conocíamos.
Pero el texto bíblico sigue. “Los haré andar por sendas que no habían conocido”. Recordáis la canción “Sendas Dios hará”?....en una parte de esa hermosa canción dice: “un camino hará donde no lo hay”.
Otra paradoja, no es cierto?..... pero Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta y si Él dice que hace un nuevo camino para nosotros donde –literalmente- no lo hay, es que es la más pura verdad y tenemos que aferrarnos a ello con fe. Y un camino nuevo puede suponer infinidad de cosas, cosas increíbles que jamás nos hubiéramos atrevido a soñar.
Más adelante sigue diciendo la Palabra de Dios: “Delante de ellos cambiaré las tinieblas en luz…” Qué hermosura!!.....Qué hermosura!!.....cuando la noche es negra, no hay luna, ni la más mínima estrella y todo son tinieblas a nuestro alrededor, Dios promete darnos nuestro precioso “Claro de luna” y, de repente! iluminar nuestra senda con una luz casi cegadora que nos diga: “Este es el camino, andad por él”.
Y termina diciendo: “Estas cosas haré y no los desampararé”. Y es que la Palabra del Señor es increíble, después de llevarnos paso a paso por el camino, la senda, las tinieblas, la oscuridad, la duda, el miedo, el temor, ………. Nos dice de forma lapidaria una promesa eterna: “No los desampararé”.
Te sientes triste?, preocupado?, no sabes por dónde tirar?, te rodean las tinieblas?, te sientes perdido?.......recuerda que el Padre te promete guía, luz, camino nuevo, senda donde no existe, y, sobre todo, Su amor incondicional.
Quiero dejarte con un versículo conocido universalmente del Salmo 23: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque Tú estarás conmigo”.
Mathew Henry comenta este versículo del siguiente modo: “Cuando hay una sombra, significa que siempre, inexorablemente, hay una luz detrás” y yo añado, esa bendita luz es la que sigue fluyendo de la Cruz del Calvario, del trono del Señor, del que nos dice una y otra vez…..”NO TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ”.
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