Un refrán español dice que cuanto más grandeza más llaneza. Este es Emmanuel Buch. Es grande en conocimientos y es llano, sencillo, al extremo de preferir el anonimato al protagonismo.
Es un hombre de palabra culta, erudito, inteligente, bien documentado en todas las áreas del saber, forjador de ideas propias, originales. Un gran valor en la élite del protestantismo español, se mantiene medio escondido, huyendo de asociaciones, organizaciones, comités y todo lo que suponga escaparate público.
Como pastor de grandes iglesias entrega su vida al trabajo diario, nada quiere saber de reconocimientos, honores, encumbraciones, ni de otras vanidades que engendran orgullo y soberbia. Decía Albert Schweitzer que el pensamiento que alcanza verdadera profundidad es siempre humilde. Lo escribo de nuevo: Este es Emmanuel Buch. Pastor evangélico desde 1986. Doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Diplomado en Magisterio por la Universidad de Valencia. Es autor de dos biografías, MARTIN LUTHER KING, DIETRICH BONHOFFER, y del ensayo LA ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA DE EMIL BRUNNER. Ha redactado capítulos para otros libros escritos en colaboración.
PROTESTANTE DIGITAL presenta aquí dos de sus libros.
ALENAR, 119 páginas, Editorial Noufront, Sta. Joaquina de Verduna, 7, 43800 Valls, Tarragona, Teléfono 977 606 584.
ALENAR, que ha entrado en su segunda edición, tiene cuatro prólogos.
René Padilla escribe: “Este libro que Emmanuel Buch pone en nuestras manos es un valioso tejido que él ha elaborado paulatinamente con hilos de diferentes tipos y múltiples colores”.
Fernando Bandrés: “Sentencias, definiciones, proverbios. Todo junto puedes encontrar en este libro”.
Samuel Escobar: “¡Detente y respira! Es el mensaje con que me ha impresionado este pequeño gran libro del pastor Emmanuel Buch. Por su brevedad y claridad es una invitación cordial a la lectura y una vez que nos embarcamos en ella nos anima, nos reta, nos sorprende, nos sobrecoge, nos sacude, nos confirma en la fe”.
Prologo del autor: “ALENAR es una palabra catalana cuyo significador real va más allá de la etimología y los diccionarios. Literalmente se debiera traducir al castellano como
exhalar, en referencia a la función biológica de la respiración. Pero ALENAR guarda, además, una intención cálida y sensible, reconocida por los poetas desde antiguo, y que se identifica con el hálito existencial del alma humana”.
La interioridad del libro se estructura en torno a tres capítulos. Buch ofrece en ellos profundas reflexiones sobre temas que acarician y enjuician las diarias actividades del ser humano: Persona. Sufrimiento. Muerte. Amistad. Verdad. La hondura de la vida. Fe. Ministerio. Kyrios, Christos.
Karl Barth decía que el predicador debe preparar sus sermones con la Biblia en una mano y el periódico en la otra. Hay una tercera opción: utilizar los
aforismos, máximas y sentencias procedentes de cerebros privilegiados. Aquí Buch se revela como un maestro de las frases breves, doctrinales unas veces, tiernas y humanas otras, espirituales e inmortales en ocasiones.
Hoy, en un mundo tantas veces roto y desilusionado, este libro de Emmanuel Buch constituye un bálsamo para el alma herida.
LA ANTROPOLOGIA TEOLÓGICA DE EMIL BRUNNER, Fundación Emmanuel Mounier, Melilla 10, 28005 Madrid, 198 páginas.
Libro totalmente diferente al anterior. ALENAR es vida. Con permiso de todos los teólogos que en el mundo han sido, son y serán, la teología es conflicto, sueño, misterio, confusión. Pero si acudimos a las raíces de las palabras, teología es el pensamiento aplicado a la religión.
En este sentido, sentido tiene el libro de Emmanuel Buch. Para él, “el nombre de Emil Brunner (1889-1966) está unido a la llamada teología dialéctica y a la figura de su compatriota Karl Barth (1866-1968). “Ambos pensadores religiosos fueron los padres de “la teología dialéctica, o también de la crisis, o neo-ortodoxia”.
Quienes amen esta ciencia (la teología lo es) tienen en el libro de Buch un caudal de conocimientos aplicados a la relación del hombre con Dios. Brunner, tal como Buch lo presenta, estuvo empeñado en una revisión metodológica en el estudio de la Biblia. Intentó dar actualidad al pensamiento bíblico, despojándolo de todo lo que pueda tener de caduco y al que faltan respuestas a la hora de enfrentar el problema de la existencia humana.
Para Buch, “Brunner advierte que la respuesta a la pregunta por la verdad del hombre no se encuentra de ninguna manera si se parte del hombre. Brunner la halla situándose a la escucha de Dios, tal como se revela en Jesucristo, la Palabra encarnada, verdadero Tú del verdadero yo del hombre”.
Sólo tres capítulos ocupan las páginas de LA ANTROPOLOGIA TEOLOGICA DE EMIL BRUNNER: El teólogo y su teología, Dios y el hombre y Muerte y Resurrección: escatología cristiana. Las primeras páginas del ensayo reviven el antiguo dilema yo o El Otro. Aquí se escriben párrafos esclarecedores sobre las pretensiones racionalistas
yo como centro del Universo, Dios reducido a su paraíso celestial. Buch se rebela, se subleva contra tamaño disparate. “La razón no puede concebir lo que la trasciende”- dice. Y añade: “Esa es la tarea de la revelación…Dios mismo, un Dios personal, se revela a sí mismo al hombre y lo hace, además, en términos de amor incondicional, bien distinto del amor humano, que es ·demasiado humano”.
Bien pensado. Bien dicho.
Antes de dedicar cuatro páginas y media a un apéndice sobre LA PALABRA DE DIOS Y LA BIBLIA, Buch escribe un profundo y delicioso capítulo sobre los últimos tiempos y la consumación del mundo. Ahora, cuando tantos profetas de pacotilla, adivinadores de mentiras, comerciantes de la Biblia especulan con el fin del mundo y escriben libros dignos de figurar en el museo de los horrores, señalan fechas que jamás se cumplen, las 48 páginas del último capítulo en el libro de Buch son 48 rayos de luz bíblica que despejan todas las incógnitas en torno a tan manido tema.
“Una cosa sabemos –concluye Emmanuel Buch- y aún ésta, admitámoslo, inconcebible, que la filiación divina que nos ha sido concedida en forma de promesa será realizada en la consumación como plena participación en la
doxa theu, en la gloria de Dios. Así se alcanza la meta bíblica del
soli Deo gloria, que sólo a Dios sea la gloria. Y así alcanza también la doctrina cristiana su meta y su fin”.
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