Hace semanas que ronda por mi cabeza la preciosa y vieja historia de Jacob cuando lucha con el mismísimo Dios y dice literalmente: “No te dejaré si no me bendices”.
La vida de Jacob fue complicada….. Una madre para la que no encuentro calificativos, el robo con mentiras de la primogenitura que no le correspondía, su encuentro con Dios en Betel….Raquel…. José…. Y cuando va caminando hacia el final de su vida, pide, lucha, grita y pelea por la bendición de Dios.
Si!!, aquel hombre elegido por el mismo Señor; pero con una vida llena de aciertos y muchos errores, necesita la bendición de Dios y…. allí que se va a luchar por ella.
Me imagino que Jacob estaría cansado, angustiado, cansado y todo el episodio comienza en mitad de la noche y continúa hasta rayar el alba. Y ahí, en mitad de la noche y en medio de la penumbra, aparece un varón que se encuentra en una lucha a muerte con nuestro héroe. Pero aquí encuentro una primera preciosa lección, esas dos figuras entrelazadas en la oscuridad de la noche y bajo la luz de la luna, nos hablan de la intimidad preciosa y profunda de un encuentro así de fuerte con Dios. Si!!...... Lo he vivido tantas veces…….
En un momento de la lucha “El varón tocó en el sitio en el encaje de su muslo y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras luchaba”. Y aquí encuentro otra preciosa gran lección: cada vez que queremos una intimidad, cercanía y bendición especial de parte de Dios, salimos “heridos” de alguna manera. Duele!, duele mucho!, pero al final logramos conseguir la bendición.
Jacob sintió un inmenso dolor, casi no puede con su pierna, pero fijaros que detalle más precioso…..”Déjame; porque ya raya el alba. Comienzan en lo más oscuro de la noche, llegan hasta el alba y -precisamente ahí- Jacob vio la luz la preciosa luz de Dios y se sintió iluminado y bendecido y me imagino que su mente se retrotrajo a muchos años atrás en Betel, cuando durmiendo sobre una almohada de piedra tuvo un inolvidable sueño y cuando despertó tuvo que exclamar: “Ciertamente el Señor está aquí y yo no lo sabía”.
He de reconocer que, a pesar de que Jacob cometió unos cuantos errores a lo largo de su vida, simplemente me encanta!. Toda su vida parece una sucesión de errores y derrotas; pero era el elegido de Dios y el Eterno no para de seguirle con su mirada siempre fija en él y Jacob, sin darse cuenta, a pesar de todos sus fracasos busca con anhelo la bendición de Su Dios.
Te sientes identificado con esta historia de alguna manera?, estás buscando desesperadamente un encuentro tremendamente íntimo con el Rey de la Gloria?.... Te lo advierto, te va a doler, te va a doler mucho, pero también te aseguro que Dios te concederá tu deseo y , de algún modo tu nombre será cambiado.
El nombre de Jacob que significa “engañador”, fue cambiado por el de Israel, que significa “Dios prevalece”. Necesitas desesperadamente un encuentro cara a cara con Dios?, necesitas de su bendición aunque lleve implícito dolor?, quieres tener tu propio Peniel?.... Te voy a confesar un secreto, yo lo ansío con toda mi alma; así que te invito a que te unas a mi y en el silencio de tu cuarto hagas lo mismo que yo.
No hacen falta testigos, es algo demasiado íntimo. Enciérrate a solas con Dios y, en el silencio de la noche clama con todas tus fuerzas: “No te dejaré sino me bendices”….Bendíceme!!!.... Y tu nombre, tu vida y todas tus circunstancias serán cambiadas para siempre.
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