“García Lorca en los dramas del pueblo”, por Antonio Ramos Espejo, Centro andaluz del libro, Sevilla, 345 páginas, segunda edición 2011.
¡Andalucía! Así la cantó Manuel Machado:
Vino, sentimiento, guitarra y poesía
hacen los cantares de la patria mía.
Cantares…
Quien dice cantares dice Andalucía.
A la sombra fresca de la vieja parra,
un mozo moreno rasguea la guitarra.
Cantares…
Algo que acaricia y algo que desgarra.
La prima que canta y el bordón que llora…
Y el tiempo callado se va hora tras hora.
Cantares…
Son dejos fatales de la raza mora.
Cantares. Cantares de la patria mía,
Quien dice cantares dice Andalucía.
Cantares…
No tiene más notas la guitarra mía.
“¡Andalucia! ¡La Eva moderna! ¡La Elena romántica! ¡La Venus erótica y vestida!” (P.A. de Alarcón). Dijo Blas Infante que Andalucía es la tierra más alegre de los hombres más tristes del mundo.
Todo el libro de Ramos evoca la tierra andaluza, más concretamente Granada, donde tuvo lugar la tragedia, donde se desarrolló el drama, donde asesinaron a Federico García Lorca un día caluroso de agosto del año 1936.
Antonio Ramos Espejo, natural de Alhama de Granada, es doctor en Periodismo y Licenciado en Filosofía y en Ciencias de la Información. Ha escrito en diarios de su tierra y en la revista TRIUNFO. La agencia EFE y el diario YA lo tuvieron como corresponsal en Roma. Ha sido director de DIARIO DE CÓRDOBA, GRANADA y EL CORREO DE ANDALUCÍA. Es autor de varios libros sobre Andalucía, entre ellos MÁS LLORARON LOS REYES ANDALUCES, CRÓNICA DE GERALD BRENAN y GARCÍA LORCA EN FUENTEVAQUEROS.
En GARCÍA LORCA EN LOS DRAMAS DEL PUEBLO Espejo se ocupa principalmente de la trilogía rural que escribió Lorca: BODAS DE SANGRE, YERMA y LA CASA DE BERNARDA ALBA.
Afirma que en estas obras “García Lorca supo trascender las fuentes locales –Nijar, Moclin y Valderrubio (antigua Asquerosa)- para convertir los dramas del pueblo en obras universales”.
Lorca escribe BODAS DE SANGRE en 1933. Al año siguiente estrena YERMA, y en junio de 1936, dos meses antes de ser matado, LA CASA DE BERNARDA ALBA.
El trabajo de Ramos Espejo en este libro consiste en analizar los orígenes y desarrollo de los tres dramas lorquianos. Lo hace aportando una documentación rigurosa, todo un arsenal de datos y de referencias contextuales que guían al investigador o al simple lector a interpretar en su justa ortodoxia los escritos de Lorca.
Según Ramos, las verdaderas bodas de sangre tuvieron su origen en los campos de Nijar el 22 de julio de 1928. Aquella boda no llegó a celebrarse “porque la muerte se terció traicionera y con reclamo de amor y venganza”.
BODAS DE SANGRE, tragedia de la maternidad inútil, se enlaza con YERMA, tragedia de la maternidad imposible. En BODAS DE SANGRE se ha señalado la influencia de LA HIJA DE IORIO, de D´ANNUNZIO y hasta de LAS COMEDIAS BÁRBARAS, de Valle Inclán. Pero en opinión del crítico Ferrarin, Lorca está libre de esteticismo decadente. Descarta enérgicamente todo lo libresco y se detiene en subrayar los sentimientos elementales, primordiales de los hombres.
En
YERMA Lorca se enfrenta a la religiosidad popular de la Andalucía profunda, la de estampitas de la virgen e imágenes de Cristo eternamente crucificado, como lo cantó Antonio Machado. Ramos Espejo relaciona en YERMA la religiosidad del pueblo con la adoración al Cristo del Paño, una imagen, dice, que se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, de Moclin, a 33 kilómetros de Granada. La gente creía “a pies juntillas en un Cristo milagroso, al que la leyenda concede vida a los yermos y visión a los ciegos”.
Pero leyendo directamente el drama de Lorca no parece que el poeta denuncie expresamente este tipo de religiosidad como lo hace, por ejemplo, en IMPRESIONES Y PAISAJES, donde cuenta lo frustrado que salió de una visita a los frailes de la Cartuja en Granada. “¿Qué Dios será el que buscan los cartujos?”, se interroga Lorca. En YERMA, la fe religiosa adquiere tintes de duda y negación. La vieja primera surge en el drama con una rotunda negación.
-“Dios, no. A mí no me ha gustado nunca Dios. ¿Cuándo os vais a dar cuenta de que no existe?”.
Y a continuación:
-“Aunque debía haber Dios, aunque fuera pequeñito, para que mandara rayos contra los hombres de simiente podrida que encharcan la alegría de los campos”.
LA CASA DE BERNARDA ALBA, última obra dramática de García Lorca, representa el valor de la sangre que mantiene, en lucha contra todo, la unidad de la estirpe. Recuerda Antonio Ramos que Federico sabía que ésa iba a ser su última obra. Sólo dos meses después de fecharla, su vida fue trágicamente cortada. Con el fuego de las balas asesinas España perdió al que habría sido otro Premio Nobel de Literatura. Francisco García Lorca, hermano del poeta, en su estudio sobre LA CASA DE BERNARDA ALBA aclara que “son reales, en su mayoría, los nombres de los personajes… aunque “ninguno de los personajes creados es fiel a su remoto modelo, salvo en detalles”.
Leer a Antonio Ramos Espejo en este delicioso libro es como llegar a un palacio donde siempre quedan puertas abiertas. Su lectura no dejará indiferente a nadie. Escribe con un lenguaje claro y actual; sus páginas nos revelan la esencia del alma andaluza tal como la retrató Lorca en sus obras dramáticas.
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