Decíamos la pasada semana que el movimiento pentecostal no es precisamente conocido por su interés en temas científicos ni en las relaciones ciencia y fe. Precisamente por eso resulta fascinante que el último número de la revista
Enrichment (
Enriquecimiento) de otoño de 2012, dirigida a pastores y líderes de las Asambleas de Dios, se titule:
“Fe y ciencia: Interpretación de la Palabra de Dios y del mundo de Dios”. La revista contiene una abundante documentación sobre prácticamente todos los principales temas en la agenda de diálogo ciencia y fe que, durante décadas, han sido estudiadas por los científicos y teólogos cristianos (especialmente en el ámbito anglosajón).
La repercusión de esta revista no es menor, dado que se publica en 15 ediciones con 15 idiomas diferentes, incluyendo una edición española. Pero su interés no radica sólo en su difusión e influencia mundial. Una lectura atenta de los materiales que incluye nos muestra unas ideas interesantes y relevantes para los temas actuales de interés en ciencia y fe. Resulta muy reconfortante ver como una gran iglesia, que por mucho tiempo no parece haber estado muy activa en este campo, decide enfrentarse a estos complicados temas de manera resuelta y valiente. Los artículos están organizados en cuatro bloques temáticos. En el artículo anterior pasamos revista a los primeros tres bloques.
CUARTO BLOQUE
El cuarto y último bloque afronta la “Defensa de la Fe contra la Nueva Ciencia ‘Atea’” (aquí la traducción ha perdido el sentido del original que se refiere a la ciencia del “Nuevo ateísmo”, que es cómo se denomina al conjunto de autores recientes ateos que utilizan profusamente la ciencia en su confrontación con la religión: Dawkins, Dennett, Hitchens, etc.).
Como es de esperar por esa temática, los artículos son muy diversos:
¿Comprueba la ciencia que Dios no existe? Un vistazo a Richard Dawkins (
Gregory E. Ganssle),
¿Es la fe religiosa sólo una función del cerebro? (
Paul Copan),
Informe del libro de Sam Harris The Moral Landscape [El panorama moral] (
William Lane Craig) y
Ciencia, dudas, y milagros (
Timothy McGrew).
PRIMER ARTÍCULO
El primer artículo muestra como Dawkins basa su mejor argumento contra la existencia de Dios en la afirmación de que nuestro universo se ajusta mejor con el ateísmo que con el teísmo.
La característica que indica Dawkins es el hecho de que la vida compleja se desarrolló durante un largo período de tiempo a través de la selección natural. En un universo sin Dios, pero con una vida compleja, se espera que haya habido un largo proceso de desarrollo. Si la vida se desarrolló de esta manera, se contaría como prueba de que el universo encaja mejor con el ateísmo. Sin embargo, se identifican otras características del universo que apuntan a una conclusión diferente. Cada una de ellas se ajusta mejor a un universo teísta que a uno ateo.
SEGUNDO ARTÍCULO
El siguiente artículo discute acerca de si es la fe religiosa sólo una función del cerebro o no. Comienza el artículo haciendo una serie de referencias a varias posiciones de científicos que defienden de un modo u otro que la idea de Dios es localizable en el cerebro, por lo que la religión tiene una explicación científica.
En primer lugar trata acerca de si el hombre está biológicamente preparado para ser religioso, si existe un “origen biológico de determinadas creencias religiosas”. Continúa la discusión evaluando si la psicología humana está preparada para la creación de agentes sobrenaturales y, en tercer lugar, el autor discute acerca de si el hombre comunica estas convicciones religiosas y compone libros sagrados e instituciones religiosas con el fin de reforzarlas.
Frente a estas tres ideas pone de relieve los problemas derivados de la “biologización” de la idea de Dios. El primer problema es que los datos científicos no pueden eliminar el alma y sus capacidades. El segundo problema se centra en el tema de que el presente escenario no logra distinguir entre la biología de la fe y la racionalidad de la fe, y termina con la conclusión de que los procesos biológicos de los que se discute en realidad encajan de forma más adecuada con la idea de haber sido hechos para creer en Dios y relacionarnos con Él. “Las explicaciones naturalistas que sugieren que la teología es una ficción útil -o peor, un engaño perjudicial-, no nos dicen por qué el impulso religioso está tan profundamente arraigado. Sin embargo, si Dios existe, tenemos una excelente razón de que la religión debería aparecer en la escena.”
TERCER ARTÍCULO
En el tercer artículo de este bloque, el Dr. W.L.Craig desarrolla una reflexión acerca del libro de Sam Harris The Moral Landscape [El panorama moral]. Según Harris, no hay una fuente de obligaciones o deberes morales objetivos, y tampoco posibilidades de deberes morales objetivos. Por tanto, en su opinión, a pesar de sus protestas, no hay bien o mal objetivo. Por lo tanto, el punto de vista naturalista de Harris no proporciona una base sólida para las obligaciones y los valores morales objetivos. Si Dios no existe, estamos atrapados en un mundo carente de valor moral en el que nada está prohibido.
Lo que el teísta ofrece a Sam Harris no es un nuevo conjunto de valores morales (por lo general compartimos una amplia gama de posiciones de ética aplicada), sino lo que se aporta es una base sólida para los valores y deberes morales que ambos valoramos.
CUARTO ARTÍCULO
Finaliza este bloque con un artículo del Dr. T. McGrew en el que se pregunta si contradicen los milagros a la ciencia moderna, y si puede la ciencia moderna resolver el asunto de los milagros. Según el filósofo del siglo XVIII, David Hume, el milagro es una violación de las leyes de la naturaleza.
El autor aporta otra perspectiva al respecto, planteando que un milagro no es una excepción a aquello que no tiene excepción; sino una ocasión en que la naturaleza no se deja a su suerte. El artículo concluye defendiendo que la ciencia explicará los límites de la naturaleza, pero nunca nos dirá que no hay nada más allá de esos límites.
CONCLUSIÓN
Finalmente, hay un artículo de conclusión,
Una manera pentecostal de seguir adelante a través de los desafíos que [sic, debería decir “de”] la ciencia (
George P. Wood, redactor ejecutivo de la revista).
Aunque el autor reconoce los rápidos y maravillosos descubrimientos que la ciencia hace día a día, atempera su entusiasmo usando las palabras de Romanos 1, con su sonora denuncia de la maldad e ingratitud humana hacia Dios. Es por ello que afirma: “Porque la creación es maravillosa y el corazón humano es perverso, me siento ambivalente acerca de la ciencia.”
Tras denunciar que “muchas personas —incluso muchos pentecostales— creen que el cristianismo está en contra de la ciencia”, se pregunta: “¿Cómo, entonces, debemos los cristianos vivir en medio de los beneficios de la ciencia y la problemática que parece representar para nuestra fe?”.
Wood da tres claves. En primer lugar destaca que “
debemos ser llenos del Espíritu”, y habla de la importancia de la experiencia Cristiana, especialmente destacada en la tradición Pentecostal, que emana de la fe en un Dios que “es una Persona viviente”. En segundo lugar defiende que “
tenemos que articular una apologética inflexible”(la palabra “inflexible” tiene unas connotaciones negativas en España que no están presentes en el original inglés, “tough-minded”, que se traduciría mejor como “fuerte” o “robusta”); basándose en Hechos 17, Wood afirma que “Pablo no se limitó a
evangelizara los perdidos, él
razonócon ellos
,y les
explicóy
demostróla muerte vicaria de Cristo y su resurrección victoriosa.” Finalmente, Wood propone que debemos“
interpretar con humildad las Escrituras y la naturaleza”, aquí se hace eco de la antigua tradición cristiana que ve a Dios como el autor de los “dos libros”, la Biblia y la creación. Su artículo finaliza con estas palabras de ánimo:
“Un nuevo bautismo en el Espíritu Santo, confianza en la verdad de Jesucristo, y humildad a la luz de nuestras limitaciones es una manera pentecostal de seguir adelante a través de los desafíos que la ciencia plantea a la fe, a la vez que disfrutamos de los muchos beneficios que confiere.”
Es nuestra esperanza que estas ideas se extiendan a través de la amplia comunidad que son las Asambleas de Dios, del mundo pentecostal y evangélico en general, así como entre todos los cristianos.
Autores:
Pablo de Felipees doctor en Bioquímica y Biología Molecular, presidente de Cristianos en Cienciasy profesor de Ciencia y Fe en la Facultad de Teología SEUT(El Escorial, Madrid).
Fernando Méndezes doctor en Biología y responsable de la Comunidad Cristiana Japonesa de Madrid.
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