Hoy entrevistamos a Julio Díaz Piñeiro, nacido en La Coruña, rector y profesor de Historia de la Iglesia en la Facultad Protestante de Teología de la Unión Evangélica Bautista de España (antes Seminario Teológico UEBE), ubicada en Alcobendas (Madrid); allí también obtuvo su Diplomatura en Teología en 1989.
Díaz Piñeiro está Licenciado en Teología, con especialidad en Historia de la Iglesia, por la Universidad Bíblica Latinoamericana, con sede en San José, Costa Rica, y en el año 2010 obtuvo su doctorado (PhD), en la especialidad de Teología Pastoral, en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Entre 1989 y 1994 ha pastoreado la Iglesia Evangélica Bautista “El Buen Pastor”, de Madrid, de la que actualmente es miembro, y ha ocupado diferentes responsabilidades en la Unión Evangélica Bautista de España, entre ellas la de Pastor Consejero de la Unión de Jóvenes Bautistas (1990-1992) y la vicepresidencia de la UEBE (1997-2001).
En el año 2000 asumió la dirección de la institución teológica, función que compatibiliza con su ministerio docente y pastoral, y con la presidencia de la Comisión para la Acreditación de Centros y Títulos de Teología Protestante (CACTTP), dependiente de la FEREDE.
Pregunta.- Es de mi conocimiento que con su tesis de licenciatura pretendió realizar una valoración de la teología latinoamericana. ¿Cuáles las conclusiones?
R.-En realidad, mi tesis de licenciatura, titulada
El desafío de España: perspectivas de las misiones protestantes latinoamericanas, analiza las características teológicas, misionológicas y metodológicas de los misioneros y agencias misioneras latinoamericanas que trabajan en España, partiendo del hecho que en las últimas dos décadas se ha multiplicado el número de misioneros evangélicos latinoamericanos que están sirviendo en nuestro país. Lógicamente, la investigación exigía estudiar el marco teológico de referencia, en este caso la teología latinoamericana, un término que abarca diferentes expresiones teológicas, tanto católicas como protestantes, conservadoras y progresistas, con raíces foráneas y autóctonas. En términos generales, podemos decir que la teología latinoamericana católica es sistemática, dogmática y sacramentalista, pero busca conectar con la sociedad, desde la convicción que una teología alejada de la realidad social es irrelevante. La teología de tradición protestante, pero también de determinados sectores católicos progresistas, tiene una perspectiva eminentemente eclesiológica y comunitaria, creando espacios para la libertad, la creatividad y la participación de los laicos en la actividad eclesial.
De todas las corrientes teológicas latinoamericanas, la más conocida es la teología de la liberación, que se define por su entendimiento de la teología como una reflexión crítica sobre el hacer, más que sobre el creer. La teología de la liberación se proyecta a sí misma como una forma latinoamericana de teología política, en la que Dios es visto como liberador desde la óptica del oprimido, mientras que las masas empobrecidas y oprimidas se constituyen en sujeto teológico y agentes de liberación, con legítimo derecho a voz y protagonismo en el escenario histórico.
No deja de ser sorprendente la riqueza, variedad y vitalidad de la teología latinoamericana, que no es tan dependiente de la teología europea o norteamericana como cabría pensar, teniendo en cuenta que el cristianismo se exportó a América Latina desde Europa o los Estados Unidos. En su devenir histórico, los cristianos latinoamericanos han sido capaces de repensar la teología recibida y darle un carácter propio, singular, que se pone de manifiesto en la importancia que la teología latinoamericana da al hecho de conectar el mensaje cristiano con la realidad social, la situación en la que viven las personas, algo que no siempre ocurre con la teología del denominado Primer Mundo.
P.- ¿Por qué la teología latinoamericana pone tanto énfasis en la ortopraxis?
R.-Como mencioné anteriormente, a diferencia de la teología europea tradicional, que concibe la reflexión teológica como disciplina intelectual, fruto del encuentro de la fe y la razón,la teología latinoamericana tiende a considerar que una teología alejada de la realidad social está vacía de contenido si no es capaz de responder a las aspiraciones concretas de los fieles a los que esta teología pretende ayudar a entender y vivir su fe. Por eso, para una teología que nace en un contexto de profundas desigualdades sociales, más importante incluso que la ortodoxia es la ortopraxis, es decir, qué tiene que decir la revelación cristiana a la persona o comunidad que vive en situación de pobreza, exclusión o injusticia social, y cómo se expresan esas enseñanzas en la cotidianeidad. El énfasis en la ortopraxis no significa que la teología latinoamericana renuncie a la dimensión intelectual propia de la reflexión teológica. La prueba está en que de América Latina han surgido importantes teólogas y teólogos reconocidos a nivel mundial. Pero se resiste a limitarse al pensamiento abstracto, filosófico, que ha caracterizado a la teología europea, buscando más bien ser una teología contextualizada, popular y comprensible, con la que las personas se sientan identificadas en su existencia cotidiana.
P.- ¿Es que los cristianos no podemos decantarnos por una sociedad más justa e igualitaria; debemos pasar de largo, haciendo lo contrario que el Buen samaritano?
R.-Por supuesto que no. Sin ir más lejos, los cristianos españoles vivimos en una sociedad en crisis que produce, a la vez, desajustes profundos en las personas, porque son víctimas del sufrimiento provocado por el derrumbe de las estructuras sociales tradicionales. Es precisamente en un contexto así donde los cristianos debemos dar testimonio del poder restaurador del evangelio. Construir una sociedad más justa e igualitaria es intrínseco a la vocación cristiana, como también lo es, desde la Palabra de Dios, contribuir a la realización personal de las personas que sufren de soledad, extrañamiento y alienación y a la recuperación de su dignidad, a sentirse personas.
P.- ¿La situación que se vive actualmente en España debería llevarnos a pensar en una teología acorde con estos nuevos tiempos?
R.-A diferencia de lo que ocurría en etapas anteriores de la historia reciente de España, en las que la religión constituía el referente último de la sociedad, ahora nos encontramos con una sociedad poscristiana, que desafía el marco bíblico-teológico evangélico tradicional. La nueva situación obliga a que la teología evangélica, más allá de estar orientada principalmente al interior de la iglesia y de estar al servicio de la comunidad cristiana, se dirija también a las personas que no forman parte de la misma.Como me dijo en una ocasión un compañero de ministerio, mientras la sociedad española se está transformando a un ritmo acelerado, las comunidades evangélicas de España parecen seguir parapetadas ante una represión ya inexistente, encerradas en su capillismo y en actitud defensiva frente a los que están afuera porque
son del mundo. Abrir la visión del pueblo de Dios al mundo que le rodea, enseñarle a vivir en la diversidad y a dialogar con la sociedad secular y laica debería ser el reto de la teología evangélica del siglo XXI, una tarea que sólo puede hacerse desde la dependencia de la gracia divina y el poder del Espíritu Santo.
P.- Su tesis doctoral, titulada: “Una lectura de la historia de las Iglesias Bautistas de España desde la Teología Pastoral Práctica…”, me induce a preguntarle acerca de los motivos que le llevaron a abordar este tema.
R.-Los títulos de las tesis doctorales suelen ser extensos, y el de la mía no es una excepción:
Una lectura de la historia de las iglesias bautistas de España desde la teología pastoral práctica: análisis documental y etnográfico. Entre los motivos que me llevaron a realizar esta investigación está el hecho de que, así como existen excelentes publicaciones sobre la historia de los bautistas de España, como la de uno de los directores de mi tesis, el Dr. Máximo García Ruiz, no existía todavía una historia de este colectivo narrada desde la perspectiva de la teología pastoral práctica. Consideré que, más allá de la memoria de los hechos, era necesario rescatar la teología y práctica de los misioneros extranjeros que establecieron y tutelaron la obra bautista en España a partir del último tercio del siglo XIX, como también lo era analizar la teología y práctica de determinados pastores bautistas españoles de nuestra historia reciente, reconociendo así su esfuerzo por elaborar una teología pastoral práctica autóctona a partir de las influencias foráneas que recibieron. Así, llegué a conclusiones como que los misioneros europeos extranjeros que establecieron la obra bautista en España, y los norteamericanos que la tutelaron después durante casi medio siglo, transfirieron a las iglesias españolas los patrones teológicos y prácticos adquiridos en sus respectivos contextos geográficos y culturales, de forma que las iglesias bautistas de España se constituyeron y organizaron, primeramente, sobre la base de una teología bíblica y pietista, para desarrollarse después sobre una teología conservadora y eclesiocéntrica y un denominacionalismo militante, elementos que han moldeado el carácter de las iglesias bautistas de España durante el siglo XX. Pero la investigación también me ha permitido descubrir que pastores bautistas de España han abierto, desde su propio compromiso ministerial, nuevos cauces de reflexión teológica y producido modelos de acción pastoral autóctonos de referencia para las siguientes generaciones de pastores, no sólo bautistas, sin evangélicos en general.
P.- ¿Cómo es la realidad pastoral en España? ¿Responde a las necesidades de nuestra sociedad?
R.-En mi opinión, y siempre hablando en términos globales, porque en todo hay excepciones, los pastores evangélicos de España se caracterizan por su alto sentido del deber y de la vocación cristiana; por la importancia que dan a las personas en su tarea pastoral; por su capacidad para afrontar el sufrimiento y las adversidades propias y ajenas; por suesfuerzo de adaptación cultural y apertura a modelos pastorales emergentes; por su empeño en hacer de las personas y comunidades de fe referencias válidas para la sociedad secular; por una creciente apertura a la sociedad, que se traduce en el compromiso social y el servicio efectivo a otros; por su riqueza doctrinal y sobriedad teológica; y por su capacidad de delegar en otros y trabajar en equipo, multiplicando así la acción pastoral. Y sí, con este perfil, nuestros pastores y pastoras están respondiendo a las necesidades de nuestra sociedad.
Por otra parte, también hay que decir que la evangelización y la cura de almas, propias de la pastoral evangélica, están siendo sustituidas, en algunos casos analizados, por una pastoral eclesiocéntrica y a un desplazamiento hacia la gestión administrativa de las congregaciones, que tiende a situar el contacto con las personas y el acompañamiento pastoral en un segundo plano, lo que no debería ocurrir. Con todo, y lo digo como pastor y teólogo, mi valoración de la pastoral evangélica de España es altamente positiva, aun reconociendo nuestros fracasos y limitaciones.
P.- ¿Cuál la contribución de su trabajo a la teología pastoral española? ¿Tiene previsto publicarlo?
R.-Más que de contribución, me atrevo a hablar de contribuciones. Por una parte, mi trabajo se suma a la recuperación de la memoria histórica del protestantismo español, examinando desde una perspectiva histórica, teológico-pastoral e interdisciplinaria el lado humano de la actividad de los misioneros bautistas extranjeros que sirvieron en España a partir del último tercio del siglo XIX, así como la de pastores bautistas españoles que jugaron un papel decisivo en el desarrollo posterior de la teología pastoral bautista de España. También incorpora secciones dedicadas al desarrollo de la teología pastoral práctica en las tradiciones católico-romana y protestante y a las escuelas contemporáneas de esta disciplina teológica, entre ellas la escuela europea-iberoamericana (TPPEI), que es la más difundida en el contexto español. Desde un interés más específico, la tesis describe las diferentes corrientes teológicas y prácticas que han intervenido en el origen y evolución de la teología pastoral práctica bautista de España, identifica las tendencias o escuelas pastorales presentes en el panorama bautista de España y suma esfuerzos a la actualización y contextualización de la TPPBE en la España del siglo XXI.
También cabe destacar que la metodología seguida en la investigación resulta novedosa en el campo de la TPPEI, porque el uso de la etnografía en la obtención de datos primarios y, sobre todo, del método de la TPPEI, pero en diálogo con la teología pastoral práctica caribeña de habla hispana, y del método correlacional de Paul Tillich, revisado por los teólogos estadounidenses Tracy y Chopp, en el análisis teológico de los datos obtenidos, representa un acercamiento metodológico que aporta nuevas perspectivas y posibilidades al método de la TPPEI, basado en la secuencia ver-juzgar-actuar y la teología sistemática clásica.
Sí tengo previsto publicar mi tesis, posiblemente en el transcurso de este año, pues me están animando a ello.
P.- ¿Se pude hablar de una teología evangélica española, sin influencia de teologías llegadas de otras latitudes?
R.-Los pioneros del protestantismo español contemporáneo, que protagonizaron en el siglo XIX lo que se conoce como Segunda Reforma en España, establecieron las primeras congregaciones evangélicas sobre la base de una teología heredera de la tradición protestante centroeuropea del siglo XVI. Las nacientes comunidades evangélicas adoptaron los patrones teológicos, eclesiológicos y pastorales de sus fundadores, organizándose a semejanza de las tradiciones europeas y norteamericanas que les servían de referencia, bajo la influencia de una teología salvífica y una espiritualidad pietista, que se puso de manifiesto en su prioritario afán evangelístico, presionadas en todo momento por la necesidad de crecimiento numérico, más que por la búsqueda de una genuina identidad teológica, como ya hizo ver en uno de sus libros Máximo García.
Siglo y medio después, la teología evangélica española continúa siendo, metodológicamente, muy dependiente de modelos importados, sean del hemisferio norte o del hemisferio sur, aunque, afortunadamente, en España contamos desde hace algunas décadas con teólogos/as evangélicos de talla y de carácter profundamente pastoral que, a partir de la herencia teológica recibida de sus antecesores, están produciendo una teología autóctona y fecunda, una situación similar a la que se da en América Latina. Con todo, los evangélicos españoles necesitamos renovar y actualizar nuestra teología desde la fe y el compromiso cristiano, desde la sensibilidad y la atención a los hombres y mujeres de hoy, sean o no parte de la comunidad cristiana.
P.- ¿Es el tema pastoral una de las preocupaciones en el ámbito de las iglesias, y en el de la formación de los futuros líderes?
R.-Todos estamos de acuerdo en la importancia de la labor pastoral para la buena salud de nuestras congregaciones, pero ésta no siempre recibe la atención que merece. Urge la revisión y actualización de determinados modelos pastorales, al tiempo que se requiere de las iglesias que velen por la salud integral de quienes las guían en el nombre del Señor. Aquellas/os que estamos sirviendo en la pastoral, y las propias congregaciones, debemos recordar que ésta es una tarea que sólo puede hacerse desde la dependencia de la gracia divina y el poder del Espíritu Santo, la vocación y la espiritualidad cristiana, la autenticidad y sensibilidad de la persona, la autoconciencia de nuestra vulnerabilidad, la centralidad en la Palabra de Dios y el compromiso con Dios y con su obra.
P.- ¿Qué tipos de pastoral deben ser imprescindibles para el buen funcionamiento de la vida eclesial?
R.-Para responder a esta pregunta, deseo remitirme a un teólogo bautista ecuatoriano, José Orellana, quien menciona siete características que debe
tener la pastoral cristiana si desea hacer de la iglesia un referente alternativo y de esperanza para la sociedad secular. Orellana habla de una pastoral bíblicamente cimentada, teológicamente reflexiva, axiológicamente radical -es decir, no neutral en cuanto a los valores del Reino de Dios-,socialmente involucrada, compasiva,misionológicamente comprometidae históricamente trascendente, o lo que es lo mismo, que no pase desapercibida en el mundo y la historia. Me parece una explicación excelente. Con una pastoral así, muchas cosas cambiarían en nuestras iglesias.
P.- ¿Por qué eligió Costa Rica y Puerto Rico para completar su formación bíblico-teológica?
R.-Principalmente, por el deseo de conocer y analizar de primera mano el contexto teológico y eclesial del que procedían los numerosos creyentes latinoamericanos que, sobre todo a partir de la década de los noventa del pasado siglo, se estaban incorporando masivamente a las iglesias evangélicas españolas, hasta el punto de llegar a constituir la mayoría en no pocas de ellas. Desde mi punto de vista pastoral, se estaba produciendo a pasos acelerados una transformación en el perfil de las congregaciones, que estaban pasando de estar formadas casi exclusivamente por personas nacidas en España a tener un carácter multirracial y multicultural, y en las que nuevas perspectivas sobre la fe, la comunidad y la adoración se estaban introduciendo, sin que las iglesias y pastores supiéramos con claridad cómo abordar este fenómeno que, por otra parte, estaba revitalizando nuestras congregaciones. Así que, usando una expresión popular, quise “ir al meollo del asunto”, y encontré en la Universidad Bíblica Latinoamericana (antes, Seminario Bíblico Latinoamericano), de San José, Costa Rica, el entorno adecuado para continuar mi formación teológica y buscar respuestas a mis preguntas.
La elección de Puerto Rico para realizar mis estudios doctorales es consecuencia de lo anterior. Por su condición de territorio de los Estados Unidos, Puerto Rico cuenta con una excelente red de universidades privadas con una amplia oferta educativa en inglés y castellano, entre ellas la Universidad Interamericana, que en 2001 había creado una Facultad de Teología que estaba ganando renombre en América Latina y el Caribe. Además del hecho de recibir una beca parcial para estudiar en esta Facultad -que no puedo negar fue un importante aliciente, porque, de otro modo, no hubiera podido costear por mí mismo mis estudios- Puerto Rico tiene una característica que me interesaba particularmente, y es que esta pequeña isla situada en el Atlántico es un crisol cultural y teológico donde confluyen influencias españolas, estadounidenses, latinoamericanas y caribeñas, lo que la convierte en un lugar único para el estudio y la reflexión. Esta fue mi presuposición, y no quedé defraudado, porque las experiencias vividas allí han enriquecido profundamente mi vida y mi teología.
P.- ¿Cuáles los retos para los evangélicos españoles en este siglo XXI?
R.-Es difícil resumir aquí todos los retos de los evangélicos españoles en el siglo XXI, pero quisiera mencionar los siguientes: a) Recuperación del concepto bíblico integral de la misión cristianaque ha caracterizado al pueblo evangélico de España en su recorrido histórico; b) creación de modelos congregacionales autóctonos, que no sean copia de los existentes en otros contextos; c) un posicionamiento claro y valiente ante los temas que preocupan a la sociedad; d) diálogo abierto entre las denominaciones evangélicas españolas, al objeto de llegar al entendimiento y la comprensión; e) desde la pastoral, fomentar en los creyentes el sentido de pertenencia a la comunidad cristiana y la cooperación de todos en la misión de la iglesia; f) transmisión a las nuevas generaciones de una herencia teológica centrada en la Palabra de Dios, como ya afirmó el teólogo Samuel Escobar en uno de sus artículos; y g) el fortalecimiento de nuestra identidad evangélica, como antídoto frente a las distorsiones que se producen en el interior de las congregaciones y en la propia práctica pastoral.
Finaliza la entrevista. Muchas gracias, Julio, por estas reflexiones, que nos pueden hacer repensar y no descuidar esa evangelización y cura de almas propias de la misión pastoral.
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