ALGO DE UNA POETA CRISTIANA
La más notable poeta palestina de todos los tiempos se llama Fadwa Tuqan (Nablus, 1917-2003), nacida en el seno de una familia cristiana. La tragedia de su pueblo marcó profundamente su poesía.
La tierra ocupada, los agravios y el exilio de miles de palestinos tiene lugar especial en los libros que publicó en vida:
Sola con los días(1952),
La encontré (1957),
Danos amor (1960),
Ante la puerta cerrada (1967),
El comando y la tierra (1968),
La noche y los jinetes (1969) o
Sola en la cumbre de este mundo (1974).
Por ello talló estos versos, cual epitafio para su entierro en la propia ciudad donde vino al mundo, en la Cisjordania ocupada:
Me basta con morir encima de ella,
con enterrarme en ella.
Bajo su tierra fértil disolverme, acabar,
y brotar hecha yerba de su suelo.
Hecha flor, con la que acaso juegue
la mano de algún niño crecido en mi país.
Me basta con seguir en el regazo de mi tierra:
polvo, azahar y yerba.
Su grande apoyo en materia poética fue su reconocido hermano Ibrahim (1905-1941), referencia del pueblo palestino durante la rebelión contra la ocupación británica, entre los años 1933-1937. Así lo reconoce Fadwa, expresamente, en su autobiografía titulada
Viaje montañoso (1985): “Nombre: Fadwa Tuqan. Clase: ninguna. Profesor: Ibrahim Tuqan. Materia: poesía. Escuela: casa”.
Luego, en 1939, Ibrahim la lleva a Jerusalén y la matricula para estudiar Lengua y Literatura Inglesa en la sede de la Asociación de Jóvenes Cristianos, estudios que prosiguió en el Instituto Británico de Nablus. Años más tarde, concluyó su preparación académica en laUniversidad de Oxford (1962-1964).
Cabe mencionar que existen otros poetas palestinos de fe cristiana, como Salim Yubran (Haifa, 1938) o Tawfiq Zayyad(Nazaret, 1929-1994), quien dice: “Con las rosas y el dulce./ Con el amor completo,/ estoy esperando.// Y espío el soplo/ del viento que/ viene del Este.// Pues tal vez en las alas/ de sus alas/ nos venga la noticia.// Cierto día, tal vez, el río grite:// Respira ya…/ Pues tu perdida gente/ me atravesó…/ ¡Crucificado!”.
DOS POEMAS PROPIOS PARA ESTOS DÍAS
Aquí les dejo dos poemas de Fadwa Tuqan, el primero traducido en 1969 por Pedro Martínez Montávez y Mahmud Sobh, poeta palestino y catedrático de estudios árabes e islámicos en la Universidad Complutense de Madrid.
El segundo es labor de Montávez. “Al Mesías, en Navidad”, fue escrito en la Navidad de 1967, tras la guerra de ese año y la ocupación de Jerusalén por Israel.
AL MESÍAS, EN NAVIDAD
Señor,
Rey de las cosas:
En tu fiesta, este año, se crucifican
las alegrías todas de Jerusalén.
En tu fiesta, este año,
Señor,
enmudecieron todas las campanas.
Desde hace dos mil años.
Desde hace dos mil años,
para callar en éste solamente.
Todos los campanarios están de luto,
y la negrura envuélvese en negrura.
Por la Vía Dolorosa,
Jerusalén entera es azotada
bajo la cruz de la pasión,
sangra bajo la mano del verdugo.
Y el mundo es un corazón cerrado al drama.
Indiferente y rígido,
Señor,
ciego y descarriado,
no ha alzado ni una vela en el desastre,
no ha vertido una lágrima
con que lavar las penas de Jerusalén.
Señor:
Los viñadores han asesinado al heredero,
y robado las viñas.
El pájaro del crimen puso alas
a los pecadores del mundo,
y ha volado
manchando a la inmaculada Jerusalén,
cual demonio maldito
que odia hasta Satanás.
Señor
y Gloria de Jerusalén:
del pozo de las penas,
del abismo,
del fondo de la noche
y el corazón del ¡ay!,
se alza hasta ti el lamento de Jerusalén.
¡Apiádate, Señor,
y apártale este Cáliz.
SEGUNDA ORACIÓN AL AÑO NUEVO
Danos amor... Y alzaremos de nuevo
nuestro mundo caído.
Tornaremos
la alegría fecunda a nuestro mundo estéril.
Danos alas, que nos puedan abrir
las altas cumbres, para escapar
de esta cueva asediada,
de los muros de hierro solitarios.
Danos luz, que traspase
las espesas tinieblas.
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