Todo siete de diciembre a las 18 horas (6PM) se ven múltiples quemazones en las calles guatemaltecas. El pueblo está “quemando al diablo”, una costumbre del catolicismo popular.
La “quema” consiste en sacar cosas viejas e inútiles de la casa y quemarlas en la calle. Algunos juntan “basura” todo el año para hacer grandes fogatas, mientras que otros hasta hacen efigies del diablo para ponerlas en el fuego.
Esta costumbre está ligada al tiempo de adviento. Para estar listos a recibir al huésped especial, el niño Jesús, se necesita limpiar la casa.
Mi esposa y yo nos hemos dado cuenta que tener huéspedes en casa nos invita a un proceso similar. Al prepararnos para recibir a amigos o familiares tenemos que revisar la casa. Estas visitas nos obligan a limpiar, a arreglar, y a analizar el estado general de la casa.
En ocasiones nos hemos dado cuenta que, si no fuera por nuestros huéspedes, no notaríamos la necesidad de arreglar cosas que se están deteriorando.
El adviento es un tiempo de preparación y anticipación para la venida de Cristo. Parte de la preparación para recibir a un huésped es la limpieza, quitar el polvo y la basura que se ha acumulado, todo aquello que daría un mensaje negativo al invitado.
Comenzar el adviento con limpieza es indispensable.
A través del año nos llenamos de cosas que nos quitan la vista de la venida de Cristo. Por un lado la acumulación de cosas materiales nos puede atar emocionalmente a lo que tenemos y hacernos olvidar que todo esto pasará. Por otro lado, se nos pueden acumular frustraciones, enojos, disgustos, amarguras y tantas otras cosas que ensucian nuestras vidas y nos hacen anfitriones poco agradables.
También es posible que durante el año hayamos fortalecido algún hábito que no nos sirve.
En palabras del libro de Hebreos el adviento es un buen tiempo para despojarnos de “todo peso y del pecado” que carga sobre nosotros y nos quita de poder estar en gozosa anticipación de la venida del rey que nos llega como un niño.
Así que, me quiero preparar este adviento por medio de hacer una limpieza general de mi vida y de mi casa. Materialmente, quiero soltar cosas que ya no necesito y que me quitan de disfrutar la vida.
Es tiempo de regalar cosas que he acumulado y que no estoy usando, pero que podrían ser de gran bendición a otros.
También me urge limpiar mi agenda sobrecargada. Hago muchas cosas importantes, pero muchas veces no tengo tiempo para disfrutar la presencia del Señor, ni para verdaderamente estar con las personas tan especiales que Dios ha puesto a mi alrededor.
En este adviento quiero disfrutar la venida de Cristo y de mis hermanas y hermanas que son presencia del Señor en mi vida.
Qué lindo sería si pudiéramos deshacernos de influencias y cosas malignas por medio deuna hoguera. Pero un montón de fogatas urbanas tristemente sólo contaminan el medio ambiente. Sin embargo, necesitamos un proceso de limpieza en preparación para el adviento.
La “quema del diablo” me recuerda que ha llegado el tiempo de sacar las basuras de mi vida en el poder del Espíritu Santo. Siendo que quiero estar listo para la venida del Señor, hoy, siete de diciembre, comienza la “quema” en mi vida.
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