Los destinatarios de la misión (II)

De acuerdo al relato del Génesis hubo una época en que se hablaba un solo idioma en toda la tierra; sin duda eso contribuía a que la gente fuese emprendedora y tuviese proyectos en común.

Un día decidieron abandonar las montañas en las que vivían y partieron hacia el poniente en busca de nuevos horizontes. En efecto:

“Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras. Y aconteció que cuando salieron de oriente, hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego. Y les sirvió el ladrillo en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla. Y dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de toda la tierra. Y descendió Jehová para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres. Y dijo Jehová: He aquí el pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; y han comenzado la obra, y nada les hará desistir ahora de lo que han pensado hacer. Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero. Así los esparció Jehová desde allí sobre la faz de toda la tierra, y dejaron de edificar la ciudad. Por esto fue llamado el nombre de ella Babel, porque allí confundió Jehová el lenguaje de toda la tierra, y desde allí los esparció sobre la faz de toda la tierra.”⁽³⁾

Gracias a esta bíblica pincelada sobre el mundo post-diluviano he encontrado que la llanura de Sinar está entre los mares Negro y Caspio al suroeste de las montañas del Cáucaso. Allí nacieron la técnica de fabricación de ladrillos cocidos, y el uso del asfalto en lugar de la mezcla para asiento de los mampuestos. Como consecuencia, los industriosos constructores y urbanistas, descendientes de Noé, vieron allanado el camino para construir la primera ciudad de nuestra era. Nació así la relación que vincula estrechamente a la madre de las industrias, la arquitectura y el urbanismo con los recursos naturales. Las consecuencias están a la vista.

Llama la atención que la decisión de nuestros antepasados de construir una torre “cuya cúspide llegase al cielo” ya estuviese impulsada por el deseo de ganar fama, tener una identidad y ser reconocidos en caso de terminar siendo “esparcidos sobre la faz de la tierra”; cosa que finalmente ocurriría. La diferencia fue que la decisión, esta vez, no sería tomada por ellos sino por Dios y por razones muy superiores a las humanas.

La tendencia a construir rascacielos es predominante en todo el planeta como símbolo de prosperidad y poder.Donde es mayor es en los países productores de petróleo. Este recurso no renovable gracias al cual se desarrolló el transporte terrestre, marítimo y aéreo se agotará dentro de pocos años. Como se sabe, los combustibles derivados del petróleo generan emisiones de C02 que dañan la salud, contaminan el medio ambiente del planeta y contribuyen a aumentar la denominada “lluvia ácida”. El medio construido por el hombre a lo largo de la historia también ha contribuido con el deterioro ambiental a causa del elevado uso de energía eléctrica tanto en la producción de los materiales de construcción como en el mantenimiento de edificios de enormes proporciones; algunos de ellos superan holgadamente la altura de los 500 metros, y se construyen y planifican otros que la duplicarán. ⁽⁴⁾ Empresarios, profesionales y políticos se asocian en este delirio de grandeza.

¿Qué relación encontramos, entonces, entre “mundo” y la sociedad humana, su cultura y religiosidad? Esto es lo que veremos a continuación. ⁽⁵⁾

EL MUNDO DE LAS CULTURAS Y LAS RELIGIONES
No pocas veces, al referirnos a la Humanidad como “seres humanos”, erramos pensando en ella como algo homogéneo, sin tomar en cuenta que se manifiesta por medio de una gran diversidad cultural, y que esto es producto de una decisión soberana de Dios. A lo largo de la Biblia se menciona 175 veces a “mundo”; 77 veces refiriéndose a él en el plano meramente físico, y 98 veces como el conjunto estructural en el que conviven las distintas culturas: naciones, tribus y lenguas⁽⁶⁾.

En mayor o menor grado y de distintas maneras, las culturas tienen un contenido religioso; el espíritu religioso del ser humano impregna y da forma a las culturas; de allí provienen giros idiomáticos como “rendir culto”, “lugares de culto”, etc.

Basándonos en el claro mensaje bíblico los testigos de Cristo podemos afirmar estas tres realidades:

1. Todos los seres humanos, por haber sido creados a imagen de Dios recibimos de Él una revelación general ⁽⁷⁾; y de ella podemos encontrar alguna evidencia en los elementos religiosos de cualquier cultura.

2. Todos los seres humanos somos pecadores; por esa causa distorsionamos y oscurecemos esa revelación divina porque nuestra voluntad nos lleva a desobedecer a Dios ⁽⁸⁾. Como resultado, en todas las culturas los humanos expresamos esa revelación general a través de formas religiosas oscuras y deformes.

3. Satanás también opera y se hace presente en las distintas culturas del mundo; lo hace introduciendo elementos engañosos y malignos en todas las religiones para sembrar confusión, fanatismo, odio y muerte ⁽⁹⁾.

En conclusión: todas las religiones del mundo pueden incluir elementos de la verdad de Dios, pero también pueden estar fuertemente cargadas de pecado y ser sistemas de esclavitud e idolatría satánicos.

LA “DOBLE PERTENENCIA” DE LOS SEGUIDORES DEL SEÑOR JESUCRISTO
Jesús, hablando con su Padre, pide por los escogidos en vísperas de enfrentarse con la cruz. Define a sus discípulos como a hombres que, a pesar de estar en el mundo, “no son del mundo” ⁽¹⁰⁾. Todos los seguidores de Cristo nos enfrentamos a una innegable realidad: pertenecemos a Jesucristo y tambiénnacemos y vivimos dentro de alguna cultura.El desafío es el de ser fieles al pacto que nos une al Señor Jesucristo como peregrinos en este mundo, mientras inevitablemente portemos una identidad cultural definida.

En el mundo occidental los cristianos enfrentamos el desafío de esta “doble pertenencia”: somos discípulos de Jesucristo, y vivimos en culturas signadas por el consumismo, el militarismo o pseudo-democracias basadas en el culto al personalismo. Estamos llamados a tomar conciencia del poder idolátrico y cuasi-religioso de esas fuerzas culturales dominantes; y a velar para no caer inconscientemente en sincretismos e idolatría cultural ⁽¹¹⁾.

Hay seguidores de Jesucristo en pueblos de culturas no conectadas originariamente con el cristianismo; que en su intento de ser fieles forman pequeños grupos para tener comunión, enseñanza, adoración y oración centradas en la persona de Jesucristo y la Biblia. No pueden manifestarse abierta y masivamente so pena de arriesgar su vida porque nacieron y/o viven en comunidades con culturas antagónicas al evangelio. De hecho a menudo nos enteramos de cristianos que son discriminados, perseguidos y asesinados por confesar a Cristo ⁽¹²⁾.

Seguir a Jesús dentro de cualquier tradición religioso-cultural, sea occidental u oriental, exige una cuidadosa evaluación bíblica y teológica para poder vivir en misión. El sincretismo⁽¹³⁾ es un tentador atajo en la vida del creyente, pues lo invita a desentenderse del dificultoso camino a recorrer si decide contextualizar con fidelidad el mensaje bíblico. Estamos llamados a discernir cuidadosamente en cualquier cultura religiosa los elementos que son marcas de la gracia y providencia comunes de Dios, de aquellos que son idolátricos.

EL MUNDO DEL PECADO Y LA REDENCIÓN
Este es un mundo pecador y está habitado por seres pecadores. El pecado produce quebranto. Algunos signos visibles de ello son:

· los efectos negativos de la globalización, comenzando con la pérdida de la identidad local
· la creciente pobreza global e injusticia económica administradas por gobernantes insensibles
· los desafíos de la aceleración del crecimiento mundial de la población y del proceso de urbanización
· la destrucción del medio ambiente natural, el cambio climático generado por el hombre y el sufrimiento y mortandad de los pobres del mundo que son los primeros en padecer las consecuencias
· el flagelo del VIH-SIDA
· el aumento de la violencia social, racial y de género que permea todos los niveles de la sociedad
· el terrorismo y sus causas subyacentes: narcotráfico, fundamentalismo religioso, grupos mafiosos
· manipulación desde el poder de los seres humanos, generando divisiones étnicas y religiosas

Reducir la lectura de la realidad sólo a cantidades o porcentajes de población es eludir un aspecto clave de nuestra misión: somos responsables de contextualizar todo aquello que del mundo afecte a nuestros semejantes. No basta con repetir estadísticas de superficies geográficas y cantidad de habitantes para definir al “mundo” cristiano del pagano. Como testigos de Jesucristo hemos de reconocer a nuestros interlocutores en la estructura socio-político-económico-religiosa a la que pertenecen y en el medio ambiente en el que viven.

Estamos llamados también a consumir de manera más cuidadosa y crítica, a producir con creatividad, a denunciar con la palabra profética, a defender los derechos humanos, a movilizarnos a nivel personal, de iglesia, de comunidad, de país e internacionalmente a favor de las víctimas de injusticias, vivan donde vivan.

Como miembros del cuerpo de Cristo, y pueblo del Dios creador y redentor, padecemos en nosotros mismos la lucha de ser personas caídas (pecadores) y, al mismo tiempo, estar redimidos para ser sal y luz en la tierra. Compartimos el quebrantamiento del mundo (al que a menudo contribuimos) y, simultáneamente, somos redimidos para vivir en forma redentora dentro del mundo.

Tenemos un mensaje triplemente valioso para entregar a sus destinatarios:

1. el hecho único de la redención por medio de la cruz y la resurrección;
2. el podercontinuo de Dios a través de Su Espíritu que obra constantemente en nuestros días; y
3. el testimonio de la esperanza en la redención final de toda la creación.

No debemos pretender arreglar el mundo, simplemente porque no podemos. Pero, gracias a que Jesucristo es nuestra única esperanza de gloria ⁽¹⁴⁾ podemos ser fieles mayordomos de Dios mientras estemos en el mundo si confiamos plenamente en la victoria que ya ha sido alcanzada a través de Cristo.

Teniendo la garantía irrevocable de que Dios hará nuevo todo lo quebrantado esperemos ese glorioso día con paciencia, comprometidos en la misión de anunciar todo el evangelio a todo el mundo, siempre.

Cómo hacerlo lo veremos en “La metodología de la misión”, la última nota de la miniserie, si el Señor lo permite.


(*) Fuente:http://indalics.com/blog/inform%C3%A1tica-profesional-la-torre-de-babel
(**) Los países árabes, con una estructura social, política y religiosa distinta a la predominante en los países occidentales, compiten en la construcción de rascacielos invirtiendo billones de dólares provenientes del petróleo que yace en el subsuelo del desierto.

3. Génesis 11:1-10
4. El edificio más alto es el Burj Dubai (Torre Dubai) con 800 metros, altura que sería superada de construirse el Forum baf (1.000 metros), en Buenos Aires, y el Al Burj (La Torrre, también en Dubai), de 1.050 metros.
5. Tomado y adaptado deldocumento “Reflexiones del Grupo de Trabajo de Teología de Lausana”, Tercera Parte, C. y D.Ver original entrando a: http://www.lausanne.org.
6.Dato proveniente de la investigación personal del autor en la Biblia versión Reina-Valera 1960; allí el término “tierra” es mencionado 2.184 veces; la mayoría de ellas para referirse a grandes extensiones de suelo, a regiones, tribus, países o reinos; pero también se lo emplea en el mismo sentido que “mundo” en su aspecto físico, como planeta, por ejemplo en Isaías 40:22:“El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas;”
7. Romanos 1:18-32; Pablo desarrolla aquí en profundidad este concepto que ya había presentado a los atenienses (Hechos 17:18-31)
8. Romanos 3:23. También Pedro resalta la condición de rebeldía humana hacia Dios y su apego por la idolatría (2ª Pedro 3:5)
9. Job 1:7; Isaías 12:14, 16, 17; Juan 10:10; Efesios 2:2; 2ª Corintios 11:3; 2ª Timoteo 2:26; 1ª Pedro 5:8
10. Juan 17:16
11. Efesios 6:12; 4:14,22
12. Más información sobre esta realidad en: http://www.protestantedigital.com/ES/Hemeroteca/
13. Es la forma de mezclar tradiciones religiosas con la fe cristiana, confundiendo la verdad sin percibirla a simple vista.
14. Colosenses 1:27