Hoy nos vamos a Valencia, en el Levante español, para hablar con Samuel Escobar, teólogo peruano reconocido internacionalmente. Es catedrático emérito de Misionología en el Seminario Teológico Bautista del Este de Pennsylvania (EEUU) y profesor del Seminario Teológico de la UEBE en Madrid.
Entre sus libros destacan: Decadencia de la religión (1973), Evangelio y realidad social (1988), Tiempo de misión (1999), The New Global Mission (2003) o En busca de Cristo en América Latina (2012), entre otros.
Ha sido asistente y participante destacado de los tres congresos Lausana celebrados desde 1974. Y también parte del comité que preparó el Pacto de Lausana.
Con motivo del encuentro que sobre esta temática se celebrará en Madrid este 24 de noviembre, quisimos entrevistarle para conocer sus impresiones.
Pregunta.- En el movimiento de Lausana a partir de 1974, cada uno de los congresos de evangelización realizados han producido un documento con sus respectivas conclusiones y llamados a la acción. Del más reciente de ellos, Lausana III, surgió el “Compromiso de Ciudad del Cabo”. ¿En qué consisten las declaraciones en él plasmadas?
Respuesta.-Como en los casos anteriores,
Pacto de Lausana en 1974 y
Manifiesto de Manila en 1989, el
Compromiso de Ciudad del Cabo tiene dos partes definidas: una afirmación de verdades de fe que los firmantes exponen y comparten y luego una llamada a la acción. Las verdades que se mencionan y se exponen brevemente son, por ejemplo la fe trinitaria, la autoridad de la Palabra de Dios, el contenido del Evangelio, como se entiende el pueblo de Dios y la misión de Dios. Si vamos a trabajar juntos es necesario de que estemos de acuerdo en estas verdades fundamentales.
Luego, en la llamada a la acción se describen los desafíos que presenta un mundo plural y globalizado, la urgencia de construir la paz en un mundo roto y dividido, la vivencia del amor entre la gente de otras religiones, el discernimiento de la voluntad de Cristo para la evangelización del mundo, la llamada a que la iglesia vuelva a la humildad, la integridad y la sencillez y el trabajo hacia la unidad de las iglesias para la misión.
La revista
Alétheia de la Alianza Evangélica Española, en su número 2 del año 2011 ha publicado el texto completo del Compromiso y un breve trabajo introductorio de mi parte.
P.- ¿Tiene conocimiento de que dicho documento esté siendo utilizado como hoja de ruta por las iglesias, agencias misioneras, cristianos en su lugar de trabajo…? Me parece que eso es lo que se pretendía.
R.-Sin ir más lejos aquí en España quienes asistimos a Lausana III estamos trabajando en un comentario del
Compromiso de Ciudad del Cabo, explorando lo que éste implica para la misión en España hoy en día. El próximo 24 de noviembre habrá un encuentro en Madrid para seguir considerando las consecuencias de nuestras afirmaciones.
P.- ¿Hay también en él un llamado al ecumenismo?
R.-El término “ecumenismo” necesita aclaración. Se lo suele vincular con el movimiento de las iglesias protestantes y ortodoxas vinculadas al Consejo Mundial de Iglesias de Ginebra, o con el esfuerzo de la Iglesia Católica Romana para acercarse a todas las iglesias y propiciar que regresen a su seno. En el
Compromiso de Ciudad del Cabo no hay llamado al ecumenismo en ese sentido.
Pero si hay una expresión de búsqueda de unidad y cooperación. Dice, por ejemplo, “El discipulado y la reconciliación son indispensables para nuestra misión. Lamentamos el escándalo de nuestra superficialidad y falta de discipulado y, asimismo, el escándalo de nuestra desunión y falta de amor, ya que ambos perjudican gravemente nuestro testimonio del Evangelio”.
P.- Al día de hoy, ¿se puede afirmar que hemos sido fieles a los compromisos asumidos en Lausana I en 1974 y en Lausana II en 1989, sobre dar testimonio de Jesucristo en todo el mundo y seguir el modelo de Misión Integral dejado por Jesús?
R.-Una pregunta importante es quién es el sujeto de su expresión “hemos sido fieles”. ¿Es la iglesia local, las iglesias y misiones protestantes evangélicas en una ciudad o en un país? Supongo que me pregunta acerca de los evangélicos de España. Sin entrar en los detalles de esa pregunta creo que puedo decir que sí, que ha habido esfuerzos por ser fieles a los compromisos asumidos. Por ejemplo, conozco en diferentes regiones y países del mundo esfuerzos por evangelizar con un espíritu de cooperación más bien que de competencia. Las redes de servicio misionero en áreas como la pobreza, el tráfico de personas o la niñez son expresión de esta búsqueda de fidelidad a la misión en espíritu de unidad. Sobre el modelo de misión integral ofrecido por Jesús, entre los evangélicos hoy hay mucho menos debates que en las décadas pasadas acerca de alegadas contradicciones entre evangelización y servicio a las necesidades humanas. Pero queda mucho camino por recorrer.
P.- ¿Piensa que una de las preocupaciones de los líderes de las iglesias debe ser la de transmitir a sus congregaciones la importancia de la ética en el trabajo y en la sociedad? Es otro de los puntos asumidos en el Compromiso de Ciudad del Cabo.
R.-Ese es un punto importante al cual el Compromiso presta atención especial, lo relativo al testimonio en la vida diaria que debe acompañar al celo evangelizador. Ahora que en España hay libertad religiosa, por ejemplo, está bien que algunos quieran tener presencia pública con desfiles para llamar la atención de la población. Pero sería importante que junto a los desfiles se insistiera en la calidad de vida, de modo que sea la ética personal y social en el trabajo, los negocios, la vida profesional, la calidad de la vida familiar lo que también llame la atención de los ciudadanos. De otro modo no seríamos diferentes a los funcionarios corruptos que hacen gala de su religiosidad católica en las fiestas populares.
P.- ¿Qué piensa acerca de que los evangélicos deben participar con más contundencia en la arena pública?
R.-Por su condición de minoría y por las abusivas restricciones impuestas por la Iglesia Católica Romana en el pasado, los evangélicos no han tenido una participación activa en la vida pública. Sin embargo, hay evangélicos que por vocación sirven a sus comunidades en forma notable y que podrían pasar de la vida ciudadana a la vocación política. Por ejemplo, en el libro
Minorías de lo mayor (Icaria, 2007) que estudia la integración de los inmigrantes en la comunidad valenciana, se reconoce el papel positivo jugado por las iglesias en ese sentido. Eso es participación ciudadana responsable que podría llevar a algún activista o estudioso evangélico a especializarse y hacer una contribución política, no necesariamente partidaria, en ese aspecto. La experiencia ambigua de los evangélicos latinoamericanos en lo político se debe a que en varios casos saltaron a lo político más por la manipulación del voto vendido a ciertos partidos que por el espíritu de servicio probado en la vida social. Ha tenido resultados muchas veces vergonzosos como el apoyo a dictadores o políticos corruptos en países como Guatemala, Brasil y Perú, y debiera servir como advertencia.
P.- Como usted ha mencionado, dentro de unos días se reunirán un grupo de expertos para debatir sobre Lausana III. ¿Podría informarnos acerca de los objetivos de esta reunión?
R.-Más que un “grupo de expertos” es una reunión de las personas que asistieron a Lausana III en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en 2010, y algunos más, con la finalidad de considerar qué pasos dar para la aplicación en España del compromiso contraído.
Finaliza la entrevista. Gracias, hermano Samuel, por dedicarnos un tiempo a pesar de estar inmerso en varios proyectos editoriales. Y nuestras gratitudes por seguir en la brecha buscando la excelencia en la extensión del reino de Dios.
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