Esta semana pasada se celebró el segundo de los debates presidenciales (falta uno) y ya se celebró el único debate de los candidatos vice-presidenciales de los dos partidos principales.
Según los analistas la cuenta va empatada, Romney ganó el primer debate, los vice-presidenciables empataron y Obama ganó el segundo debate.
Lo interesante de los debates es que parece que sí han tenido una influencia en la tendencia de voto.
La victoria de Romney en el primer debate le dio nuevo impulso a una campaña que parecía haber perdido su norte. Los indecisos parece que sí están tomando en cuenta el resultado de los debates.
Pero también
está claro que no hay mucho entusiasmo a favor de ninguno los candidatos. Cada candidato tiene un grupo de personas que tradicionalmente apoyan a su partido, pero que ahora no están muy contentos con el candidato de turno.
Entre los bloques poco entusiastas están los evangélicos.
Romney ha buscado el apoyo entusiasta de los evangélicos de raza blanca por medio del apoyo público de miembros de la familia de Billy Graham.
Parece que algunos líderes evangélicos que no habían mostrado mucho interés ahora están comenzando a levantar su voz a favor de Romney. Está por verse si estos esfuerzos dan resultado en la participación electoral.
En 2008 la mayoría de evangélicos latinos apoyó a Obama. Obama hizo dos promesas que los persuadieron; dijo que trabajaría a favor de una reforma migratoria y que no estaba de acuerdo con el matrimonio del mismo género.
Pero durante su presidencia no ha trabajado a favor de una reforma y deportó a más de un millón de indocumentados, mayormente latinos.
También se ha declarado a favor del matrimonio gay, así es que
muchos evangélicos latinos sienten una especie de doble engaño. Ya varios líderes evangélicos latinos han dicho que no votarán por Obama en esta vuelta, pero no hay mucho entusiasmo a favor de Romney.
Parece que no hay mucho ánimo entre los evangélicos latinos por votar en estas elecciones.
Da la impresión que el mejor apoyo que puede esperar Romney entre los latinos es que muchos no voten el 7 de noviembre. Si baja el voto latino esto sería de beneficio potencial para él.
Parece que ni Obama ni Romney están haciendo gran esfuerzo por ganarse el voto evangélico latino, aunque tanto los republicanos como los demócratas invitaron a un pastor evangélico latino a orar durante sus convenciones (Samuel Rodríguez entre los republicanos y Gabriel Salguero entre los demócratas). La campaña de Romney espera conseguir un porcentaje pequeño del voto latino, pero desea una mayoría del voto de los evangélicos latinos. (Está por verse.)
Entre los afro-americanos la situación está peor. Muchos líderes evangélicos afro-americanos se indignaron con la decisión de Obama de favorecer el matrimonio del mismo género, pero la campaña de Romney no ha hecho mayor cosa por tratar de ganarse ese voto frustrado. De nuevo, la estrategia de Romney parece depender de que no haya mucho entusiasmo entre los afro-americanos en estas elecciones.
Como cristiano tengo la responsabilidad cívica de participar en el proceso electoral. Pero la realidad es que los debates han demostrado lo que yo ya sabía; ninguno de los dos candidatos va a buscar el voto evangélico latino. Parece que Obama ya lo perdió y Romney no lo puede ganar.
Así que me pregunto: ¿qué quiero escuchar en el último debate? ¿Qué me podría dar entusiasmo para estas elecciones siendo que estoy entre los latinos que tienen poco entusiasmo para estas elecciones? Personalmente, reconozco que hasta ahora los debates sólo confirman lo que ya sabía; me será difícil votar este noviembre.
Obama ha tomado la decisión de la acción diferida hacia los jóvenes indocumentados, pero no ha dicho nada sobre cambiar su política de deportaciones masivas. Si fuera a decir algo así en el próximo debate… Por otro lado, si Romney fuera a tomar una postura pro-reforma migratoria al estilo del Presidente Bush…
Sigo soñando, sigo orando y sigo trabajando. A ver qué pasa en el último debate.
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