Una mirada desde la alcantarilla/ puede ser una visión del mundo/ la rebelión consiste en mirar una rosa/ hasta pulverizarse los ojos[1]A.P.,
Árbol de Diana, 23
En Argentina, España y Estados Unidos ha comenzado una serie de actividades en memoria suya y hay varios sitios de internet dedicados a fomentar la lectura de su obra.
En su país tales acciones han ido desde obras de teatro basadas en poemas hasta presentaciones de nuevos libros que intentan desvelar algunos aspectos de su personalidad que se supone no han sido suficientemente explorados.
En España, desde hace tiempo el Centro Virtual Cervantes, en su muy selecta sección de escritores abrió un amplio espacio dedicado a ella,en el que es posible apreciar, con trazos ágiles, la importancia de su trabajo. Es un monográfico que se presenta así: “Su obra es una de las propuestas más rupturistas y de mayor influencia en la poesía contemporánea, sobre todo en la escrita en lengua española por mujeres. Emparentada con el Conde de Lautréamont y André Breton, la vida y la obra de esta autora puede definirse como una extraña tentación de traspasar los límites, siempre tanteando el milagro, aun a riesgo de asomarse a la locura. Amiga de Cortázar, exploró como él ese otro lado de la realidad en el que se instala lo fantástico”.
El sitio Frontera D puso en marcha el proyecto “Sólo un nombre”, interesante y creativa traducción a 40 idiomas (afrikáans-zazaki) del poema quizá más conciso y autorreferencial de Pizarnik: “
alejandra alejandra/ debajo estoy yo/ alejandra”
, donde señalan: “Otras traslaciones o comentarios podrían surgir de este dispositivo y esto solamente continuaría la dinámica original y demostraría, además, que el texto es un tejido vivo”.
Hay varios sitios que merecen particular atención, dada la pasión con que se ha asumido la tarea de divulgar la vida y obra de la poeta fallecida hace 40 años:
alejandrapizarnik.blogspot.mx que
rastrea y actualiza permanentemente todo lo publicado sobre A.P., y el blog
hablodemi.wordpress.com, que con una paciencia y certeza inusitadas incluye una cuidada selección de textos, videos e imágenes aderezada con poemas que se pueden leer en varios lugares de la página. En Estados Unidos pronto se llevará a cabo un coloquio sobre ella, además de que no hay que olvidar que en la Universidad de Princeton se encuentra su archivo personal, aún inexplorado en varias zonas.
Ciertamente, insistir en los lugares comunes sobre la literatura escrita por mujeres (y más aún, mujeres suicidas) no hace más que enrarecer el acceso a la obra de alguien que, como Pizarnik experimentó una impresionante lucidez escritural y una cabal concentración estética en relación con lo que hacía.
Prueba de que el estereotipo cae por sí solo son las respuestas que dio a un cuestionario típico de otras épocas, en donde no mostró especial predilección por asumir su papel de “mujer escritora”, y aprovechó para decir cosas como ésta: “La poesía no es una carrera, es un destino. Aunque ser mujer no me impide escribir, creo que vale la pena partir de una lucidez exasperada. De este modo, afirmo que haber nacido mujer es una desgracia, como lo es ser judío, ser pobre, ser negro, ser homosexual, ser poeta, ser argentino, etc., etc. Claro es que lo importante es aquello que hacemos con nuestras desgracias”.
[2]
Su poética era sólida y se había gestado a través de lecturas consistentes y de una práctica escritural que fue creciendo a pasos agigantados. En 1968, como resultado de un muestreo de la para una
Antología consultada de la joven poesía argentina, expresó: “La poesía es el lugar donde todo sucede. A semejanza del amor, del humor, del suicidio, de todo acto profundamente subversivo, la poesía se desentiende de lo que no es su libertad o su verdad”.
[3] Esa claridad conceptual, junto con una especie de combustión interna, era el origen de su poesía.
Afirma en su diario: “Desalentada por mi poesía. Abortos, nada más. Ahora sé que cada poema debe ser causado por un absoluto escándalo en la sangre. No se puede escribir con la imaginación sola o con el intelecto solo; es menester que el sexo y la infancia y el corazón y los grandes miedos y las ideas y la sed y de nuevo el miedo trabajen al unísono mientras yo me despeño en el papel e intento nombrar y nombrarme. Aparte de ello olvido lo correspondiente al lenguaje, expresión, etc., materias en las que soy una completa intrusa”.
[4]
La última inocencia, ¡publicado cuando Pizarnik tenía 20 años!, es el volumen que contiene en germen sus hallazgos más característicos y del cual se toman muchas de las citas recurrentes.
Luego de renegar del primer libro,
La tierra más ajena, en donde aún aparece su nombre como Flora Alejandra y que, en efecto, está formado por “tanteos” y búsquedas formales, este segundo poemario manifiesta avances sustanciales en la continuidad, el equilibrio técnico y, sobre todo, en una expresividad contundente que crecerá todavía más en los libros de “madurez”. (Queda claro que muchos de estos términos no son más que escasas brújulas para tratar de orientarse en obras “oceánicas” como la que nos ocupa.)
La forma y el contenido se agolpan en artefactos cuya elaboración es capaz de revelar instantes de vida asediada, según algunos, por los temores de la infancia marcada por los horrores del nazismo. De niña, en la distancia que su familia puso de por medio, Pizarnik creía que Hitler vendría por ella. Acaso el miedo se había instalado de tal forma en su psique, que afloró en versos de extraña diafanidad. He aquí algunos de ellos.
CANTO
el tiempo tiene miedo
el miedo tiene tiempo
el miedo
pasea por mi sangre
arranca mis mejores frutos
devasta mi lastimosa muralla
destrucción de destrucciones
sólo destrucción
y miedo
mucho miedo
miedo
CENIZAS
La noche se astilló en estrellas
mirándome alucinada
el aire arroja odio
embellecido su rostro
con música
Pronto nos iremos
Arcano sueño
antepasado de mi sonrisa
el mundo está demacrado
y hay candado pero no llaves
y hay pavor pero no lágrimas
¿Qué haré conmigo?
Porque a Ti te debo lo que soy
Pero no tengo mañana
Porque a Ti te…
La noche sufre
SUEÑO
Estallará la isla del recuerdo
La vida será un acto de candor
Prisión
para los días sin retorno
Mañana
los monstruos del buque destruirán la playa
sobre el vidrio del misterio
Mañana
la carta desconocida encontrará las manos del alma
[1]A. Pizarnik,
Poesía completa. Ed. de Ana Becciu. Barcelona, Lumen, 2001, p. 125.
[2]A. Pizarnik,
Prosa completa. Ed. de Ana Becciu. Pról. de Ana Nuño. Barcelona, Lumen, 2002 (Palabra en el tiempo, 317), p. 310.
[4]A. Pizarnik,
Diarios. Ed. de Ana Becciu. Barcelona, Lumen, 2003, p. 91.
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