Me encanta Shakespeare, sigue siendo uno de mis autores favoritos en el que se conjugan muchas controversias internas y capaz de escribir en Macbeth frases como la tan conocida: “La vida es una historia contada por un idiota, una historia llena de estruendo y furia que nada significa”. Pero si hay una constante en este gran autor es que cada uno de sus personajes, de sus héroes, tienen una debilidad de carácter como los celos, la venganza y toda clase de debilidades.
Si hay algo que me encanta es que, en la Biblia, todos y cada uno de los héroes de Dios se nos muestran tal cual, con sus grandes virtudes y con alguna que otra debilidad.
No hace mucho estaba repasando la vida de Abrahám y descubrí una gran debilidad en su vida que le llevó a cometer algunos errores graves. Debilidad en Abrahám??... Pues si señores!. La debilidad de este gran hombre, el padre de la fe, el hombre escogido por Dios y el gran patriarca fue, nada más y nada menos que el miedo.
Tanto cuando Abrahám y Sara viajaron a Egipto como cuando lo hicieron a Gerar, a nuestro héroe le asaltó el miedo a causa de la belleza de su esposa y, en ambos casos, esgrimió un argumento como respuesta que -en realidad- era una media mentira, pero bien grande y enrevesada. Si era su media hermana, pero estaba casado con ella y por auténtico miedo dijo que era su hermana. Sinceramente, me resulta bastante poco ético y en los dos casos hubo grandes problemas por esa causa.
En Egipto, Sara fue llevada a casa de Faraón y comenzó a haber grandes plagas y en Gerar, Dios se le apareció al rey Abimelec en un sueño revelándole la verdad y advirtiéndole del gran peligro que corría.
No sé... Pero me imagino a Abrahám cabizbajo, arrepentido y avergonzado y a Sara, con su inconfundible carácter, no demasiado calladita por más que le llamara a su marido señor!.
Es fácil observar los errores de los demás y -en ocasiones- destrozar sus preciosas vidas por algún error. Sinceramente creo que antes deberíamos mirarnos a nosotros mismos, hacer un ejercicio de introspección y también algunas preguntas en este caso con respecto al miedo que, muchas veces, compartimos con el héroe del artículo de hoy.
En unos tiempos de crisis brutal, no es cierto qué temblamos a perder el trabajo?... Por miedo a parecer un tanto arcaicos, comprometeríamos nuestra integridad?... Por temor a que se nos ridiculice, perderíamos la oportunidad de compartir el evangelio con alguien?... Y puedo seguir y seguir y seguir.
Hemos de confesar que, en nuestras propias vidas, por auténtico miedo, miedo a arriesgarnos, que -en definitiva- es falta de fe en el Señor, hemos dejado pasar oportunidades de inmensa bendición. Solamente hay algo que puede vencer nuestros miedos: la fe firme en la presencia, la protección, el poder y las promesas de Dios.
Creo firmemente que si nuestro miedo pone en riesgo los increíbles planes de Dios para nuestra vidas, debemos recordar que nuestro Dios jamás nos pedirá que hagamos nada que El no pueda completar y hay algunas palabras que, aunque no son del todo aplicables a esto, olvidamos con frecuencia: “ El que comenzó en vosotros la buena obra, la completará.....”.
Si! Abrahám puso en auténtico riesgo el plan de Dios, creo que no me equivoco si digo el plan de la venida de Jesús y por tanto todo el plan de la Salvación.
Estaré yo poniendo hoy en riesgo algún plan increíble que Dios tiene para mi vida?...
Quiero terminar con una frase, de la cual desconozco el autor, que me parece preciosa y deseo que bendiga tu vida como lo ha hecho con la mía.
“Deja que tu fe conquiste el miedo y Dios convertirá tu angustia en adoración”.
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