Recientemente ha surgido un debate en EEUU sobre el hecho de que Dan Cathy, dueño de Chick-Fil-A, restaurante de comida rápida, dijo públicamente que él ha patrocinado a organizaciones cristianas que defienden el concepto tradicional del matrimonio y a Exodus International, organización que trabaja con personas que quieren salir del estilo de vida homosexual.
Varios medios lo han descrito como persona “anti-gay” y los alcaldes de Boston, Chicago y Washington, DC han dicho que ellos no quieren que Chick-Fil-A esté en sus ciudades. Un concejal en Chicago dijo que trataría de parar que se abra una franquicia en su sector.
Como resultado se han organizado dos eventos relacionados a las franquicias Chick-Fil-A. Por un lado el 1º de agosto se declaró un día de apoyo a Chick-Fil-A y personas que comparten la perspectiva del dueño llenaron los restaurantes a tal punto que había cola en muchos de ellos y muchas personas no pudieron entrar.
Pero también se tiene programado una protesta para el día 3. Parejas homosexuales piensan comer en los restaurantes y “demostrar” su cariño públicamente.
La situación presenta varias preguntas sobre la libertad de expresión en este país.
Por un lado, últimamente varios dueños de compañías han hecho donativos a organizaciones que apoyan el estilo de vida homosexual y nadie ha protestado, ni se ha escuchado a políticos denunciar tales donativos.
Pero cuando alguien hace lo mismo, pero en defensa de una perspectiva pro-matrimonio se dice que dicho negocio no es bienvenido.
Siendo que la mayoría de evangélicos, católicos, musulmanes y muchos otros comparten la misma postura sobre el matrimonio, y muchos de ellos dan a estas organizaciones, y otras similares, ¿significa que estas personas no son bienvenidas a establecer negocios en las ciudades mencionadas? O ¿será que el propósito de esta acción es callar las voces a favor del matrimonio tradicional por medio de maniobras políticas y presión económica?
Pero también obliga a las personas que apoyamos la definición tradicional del matrimonio a que seamos claros sobre lo que queremos logar en una sociedad pluralista.
De la misma forma que algunos están tratando de imponer una agenda anti-matrimonio tradicional a toda la sociedad, también hay cristianos que quisieran imponer una teocracia en los Estados Unidos. ¿Qué quieren lograr los que están apoyando a Chick-Fil-A?
Es claro que vivimos en una sociedad dividida en sus posturas, y que las personas de cada lado están seguras de que a suya es fundamental.
¿Cuál es el futuro que buscamos, uno en que un lado “gana” y el otro “pierde”?¿Una postura donde se utilizan etiquetas acusadoras para “deshumanizar” al otro/a? ¿Qué mensaje queremos dar los cristianos a las personas que no están de acuerdo con la definición bíblica del matrimonio?
Ahora es tiempo de que los cristianos en EEUU hagamos algunas cosas claves:
· Orar por un avivamiento. Es Dios que obra el cambio en personas y países, no nosotros. Tratar de imponer un cambio por sistemas políticos humanos es olvidar que la obra es de Dios, no nuestra.
· Trabajar hacia la convivencia social. Urgen cristianos que practiquemos la cortesía con convicción, dispuestos a seguir mostrando el amor divino a personas con las cuales no estamos de acuerdo.
· Aclaremos nuestra postura. ¿Qué es lo que creemos sobre el matrimonio y que es lo que estamos haciendo para apoyar a los matrimonios? ¿Cómo estamos formando a nuestros niños/as para que entiendan la importancia del matrimonio cristiano?
· Planifiquemos nuestra contribución a la sociedad EEUU. ¿Cómo vamos a ser sal y luz en una sociedad dividida?
Según la constitución de EEUU tenemos derecho vivir como cristianos y de defender lo que creemos. Pero que no se nos olvide que si queremos que haya espacio para nuestro punto de vista, también tenemos que permitir que se presenten otras interpretaciones.
En una sociedad pluralista sólo habrá verdaderamente libertad de religión cuando los que somos religiosos también defendamos la libertad de no-religión.
Recordemos que aunque algunos quieren quitarnos el derecho de presentar y apoyar un punto de vista cristiano, eso no cambia la necesidad y el deber de que nosotros sigamos defendiendo el derecho de otros a presentar sus puntos de vista, por muy diferentes que sean del nuestro.
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