Campeones de la Eurocopa: jóvenes, deporte y alcohol

Ya han pasado algunos días desde esos momentos tan intensos y agradables de ser testigos de la ascendente trayectoria y la victoria de la Roja. Para los que amamos al deporte, ahora parece que nos falta algo: un respiro antes de las olimpiadas! Pero no puedo estar más de acuerdo con las declaraciones de Ignacio Calderón, director general de la Fundación de Ayuda contra la drogadicción (FAD), al ser preguntado sobre la forma que tuvo la Roja de celebrar su triunfo por las calles de Madrid, al utilizar botellas de cerveza y champán para rociarse entre ellos y festejar así el título de Campeones de Europa 2012.

Fue en la presentación de una nueva campaña de sensibilización sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes en el verano. 'La celebración que hubo a mí me chocó y no me gustó, pero creo que no son conscientes, lo que me parece preocupante es que no se lo diga nadie'. Y añadió: 'Me parece triste e inconsciente. Yo creo que si alguien les dijera algo serían los primeros en decir oye pues es verdad, nos equivocamos y no lo volveremos a hacer'.

No creo que fuera el único al que le llamara la atención. La pena es que es uno de los pocos que reaccionó en público –es su deber–, pero parece que nadie tiene la valentía de decir la verdad.Los que somos educadores luchamos continuamente para que los jóvenes aprender a vivir vidas sanas y equilibradas, intentando que aprendan a ver las consecuencias de sus acciones, e intentando que sepan que hay que decir NO a algunas cosas que se les ofrecen, bombardeados por una publicidad que no discrimina lo bueno de lo malo, y cuyo único objetivo es ganar dinero. De ahí que dos de las empresas que han invertido más en publicidad en este torneo sean dos empresas de cerveza nacionales muy conocidas. No somos ‘aguafiestas’, sino que intentamos inculcar una actitud responsable. Vemos el resultado a través de los años.

Antes de ser educador, fui futbolista en Inglaterra, y conozco bien la asociación del alcohol y el deporte, especialmente presente en el mundo del rugby. Y eso que éste es un deporte de colegios privados, de gente con una preparación académica elevada. Era normal en los equipos en que participé, tanto de cricket, como de fútbol (dejé el rugby a los trece años) que el equipo se dedicara a beber después de un partido. Recuerdo haber hecho cosas junto con mi equipo, bajo la influencia del alcohol, de las que aún hoy en día me arrepiento. ¡Los detalles los dejo para mi biografía!

En el viaje hacia la Cibeles del equipo victorioso de la selección española me empecé a dar cuenta de que no había ningún control, ninguna limitación al consumo del alcohol por parte de los jugadores en el autobús. Soy inglés, pero llevo muchos años en España, y me enorgulleció ver todos los valores positivos del deporte en este equipo durante el campeonato. Persistencia, sacrificio, entrega a los demás, generosidad, amistad, perdón y reconciliación. Luchando por un objetivo común a pesar de las criticas y las diferencias y problemas que había al principio. Pero todo al final deslucido por un comportamiento en público muy poco responsable por parte de algunos, no todos los jugadores, que neutralizaba directamente los intentos, como esta campaña publicitaria de la FAD, de reducir el problema del alcohol en nuestra juventud, especialmente en el periodo vacacional. Dos mensajes a la juventud totalmente opuestos. Mensaje y práctica en oposición.

Los jugadores son ‘unos referentes sociales, … unos mitos; son gente que transmite comportamientos a la gente joven', dijo el responsable de la FAD. Admitió que“está seguro de que fue algo "inconsciente", y que no pensaron en ello. Además, está convencido de que han visto el error que fue. Con ello, Calderón ha añadido que, comparados con elimpacto mediático de la selección, "ríete de cualquier campaña".

¡Pero se puede disfrutar del deporte sin el alcohol! Se puede disfrutar de una victoria sin tener los sentidos mermados!

Más de un millón de jóvenes, de edades comprendidas entre 14 y 18 años, dedican 144 horas al consumo de alcohol durante los tres meses de verano y, especialmente, en los botellones.Realmente no nos damos cuenta de sus estragos. Los educadores lo vemos en las familias, la policía en la calle; el alcohol es una droga, y frecuentemente el beber se asocia con la masculinidad. Al final beber alcohol es un síntoma de la vanidad, de la búsqueda de identidad, de la soledad, de la búsqueda de aceptación por los demás. En los jóvenes es peor porque no se dan cuenta de los peligros asociados, ni hasta qué punto, al igual que el tabaco y la droga, poco a poco engancha. Aunque no tenga la característica de crear una dependencia tan marcada e inmediata como las otras sustancias, el alcohol tiene un efecto negativo mayor sobre la sociedad. Afecta a más personas, a más familias.

Por ello es tan importante que los jóvenes tengan una buena educación, no solo en conocimientos sino también en valores. Y estos se transmiten por la familia en primer lugar, por sus educadores, y por los referentes sociales como estos futbolistas, que en la mayoría no son conscientes del impacto de su comportamiento en los jóvenes.

Por ello la valentía de Calderón, Falcao, Kaká, David Luiz, Jonathan Santana, Lucio, y otros futbolistas –me acuerdo mucho de Donato y Baltazar de su tiempo en el Atlético de Madrid– que no tienen miedo de hablar de la nueva vida que el hombre puede tener en Jesucristo, y que viven en consecuencia con su fe, a pesar de ser ridiculizados, haciendo una labor silenciosa en el vestuario de dar testimonio de Aquél que es el único que puede dar felicidad al hombre, el que venció a la muerte, el que es la clave del amor y de la vida eterna. Estos jugadores basan sus valores en los que encuentran en la Biblia, que por cierto habla bastante claro y alto sobre el alcohol y sus estragos cuando es consumido en exceso (2).

El verdadero ‘champion’ es el que invierte ahora en el futuro, tanto aquí como en la eternidad, depositando su confianza en Jesucristo.

1. Para más datos sobre el consumo de alcohol entre los jóvenes, ver estos dos artículos de prensa en la Cadena SER y Trazos.

2. Varios pasajes bíblicos avisan de los peligros del alcohol (Levítico 10:9; Números 6:3; Deuteronomio 14:26; 29:6; Jueces 13:4, 7, 14; 1ª Samuel 1:15; Proverbios 20:1; 31:4,6; Isaías 5:11, 22; 24:9; 28:7; 29:9; 56:12; Miqueas 2:11; Lucas 1:15). Sin embargo, la Escritura no necesariamente prohíbe a un cristiano beber cerveza, vino, o cualquier otra bebida que contenga alcohol. Los cristianos están llamados a evitar la embriaguez (Efesios 5:18). La Biblia condena la embriaguez y sus efectos (Proverbios 23:29-35). Los cristianos no deben permitir que sus cuerpos sean “dominados” por cualquier cosa (1ª Corintios 6:12; 2ª Pedro 2:19). La Escritura también prohíbe a un cristiano hacer lo que quiera que pudiera ofender a otros cristianos, o a hacer cualquier cosa que pudiera animarlos a pecar contra su conciencia (1ª Corintios 8:9-13). A la luz de estos principios, sería extremadamente difícil para cualquier cristiano decir que está bebiendo alcohol para la gloria de Dios (1ª Corintios 10:31).