En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.(1)
LA REVELACIÓN, BASE DE LA ACCIÓN
Pablo recuerda aquí una frase de Jesucristo que, llamativamente, ninguno de los cuatro evangelistas menciona. Es evidente que el apóstol había escuchado de boca de alguno de los discípulos de Jesús, o el mismo Espíritu se lo había revelado, este axioma medular de la fe cristiana. Tampoco es difícil creerle cuando da testimonio de haber sido instruido directamente por el Señor glorificado.
Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.(2)
Pablo sabía al dedillo que cualquiera fuese la enseñanza de humana religiosidad que uno reciba jamás puede igualarse al profundo goce que se experimenta en el acto de dar voluntariamente. Esta verdad brillaba en su mente y corazón, con destellos del trono de Gracia hacia donde subía el perfume de su generosa y diaria entrega. Su pasión por servir a los demás no pudo ser frenada por la cárcel; trascendió el cepo y los maltratos de su carcelero y, convertida en cartas de amor sin paralelo, contribuyó a galvanizar en muchos creyentes la fe en Jesucristo.
Acérrimo perseguidor oficial de los seguidores de Jesucristo, Saulo de Tarso fue alcanzado de manera personal en plena acción y, ya reducido a prisionero del Imperio Romano, se convirtió en paradigma de la libertad cristiana.
Ser apóstol, un enviado, tipifica fielmente lo que el Creador planificó y ejecuta por amor de su criatura. De tal manera nos amó Dios que nos envió al cordero preparado desde antes de la creación, a Su hijo amado en el que tuvo todo contentamiento, único que quita el pecado del mundo; y puso así en marcha la misión más maravillosa que puede conocerse y llevarse a cabo: darse uno mismo por amor.
El objeto de nuestra misión como cristianos genuinos es vivir de tal manera que nuestros vecinos que creen en quien nos ha enviado no se pierdan sino que obtengan la posesión más buscada, la vida eterna.
Seguramente Pablo sabía que la pauta a seguir era, y aún es,
“De gracia recibisteis, dad de gracia”(3)esas palabras que tanto le habría gustado escuchar de la boca del Maestro de Galilea.
IGLESIA Y ORGANIZACIONES
Casi todas las organizaciones civiles sin fines de lucro que llevan adelante programas de ayuda a los más necesitados trabajan en red por internet. En sus páginas web suelen tener una solapa rotulada “visión” y “misión” donde explican a los interesados su razón de ser, sus objetivos.
La mayoría de ellas apela a la sensibilidad de los que están en condiciones de colaborar con parte de su tiempo o de sus bienes. Para ello han desarrollado y perfeccionado técnicas varias bajo el término “fundraising” cuya traducción castellana sería “captación de fondos”. Con lo recaudado hacen posible programas de ayuda a los más necesitados.
Sabemos muy bien que hay muchos que se enrolan en una ONG (Organización No Gubernamental) con fines diferentes a los de esas agencias humanitarias. Tampoco ignoramos que hay organizaciones que bajo maravillosos testimonios de responsabilidad social ocultan reprobables maniobras. Uno desea que quienes usan la caridad (amor práctico) para beneficio propio no sean sino las excepciones que confirman la regla: que hay miles de seres humanos que se ocupan de los despreciados y marginados del planeta por amor a ellos.
Hecha la aclaración
estamos en condiciones de asegurar que la mayoría de esos ejemplares esfuerzos que se llevan a cabo por miles de voluntarios tienen poco o nada en común con la visión y misión de la iglesia de Jesucristo.
¿Cómo se atreve a hacer tal declaración? pensará más de un lector. Me remito a la advertencia que hace el Señor cuando habrá de apartar a los corderos de los cabritos.
Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.(4)
Podemos hacer todo el bien que decidamos hacer, y ojalá cumpliésemos cada vez que lo prometemos, pero si lo hacemos para nuestro propio bienestar o para exaltar el nombre de nuestra organización o denominación, no nos hace servidores de Cristo, no nos salva del peligroso auto engaño. El bien así hecho será de beneficio para quienes lo reciban, pero nunca nos hará mejores delante de quien juzgará las obras humanas, sin posibilidad de apelación.
¿POR QUÉ ALGUNAS IGLESIAS ACTÚAN Y HASTA FIGURAN REGISTRADAS COMO ONGS?
Supongo que lo hacen por un genuino interés en la ayuda social; lo sepan o no, porque están imbuidas del formidable espíritu que devino en el Metodismo, iniciado en el siglo XVIII por cristianos influyentes como los hermanos John y Charles Wesley y George Whitefield, o como el poderoso activista, luego convertido a Cristo, Willam Wilberforce.
Doctrinalmente arminianos (la mayoría de ellos sostiene que el pecador se salva porque es quien decide aceptar a Cristo como Salvador) esos miles de filántropos y voluntarios operaron como agentes de cambio dentro de la abúlica iglesia anglicana y dirigieron sus esfuerzos a paliar las inhumanas y devastadoras consecuencias de la Revolución Industrial en Gran Bretaña, en sus colonias y en EEUU.
La iglesia debe dejar en manos de los gobiernos todo lo atinente al bienestar social,he oído decir muchas veces a admirados predicadores del evangelio. Y sus seguidores oran por las autoridades civiles (por Dios establecidas) para que sean salvas y cumplan con sus funciones, lo que no está nada mal.
La iglesia debe fundar agencias misioneras y ocuparse de salvar a las almas en todo el mundo, es otra de las definiciones que siguen escuchándose, y gracias a Dios son muchos los que responden al llamado.
La iglesia debe colaborar con las organizaciones civiles secularesque obran con transparencia de modo de alcanzar con el amor de Cristo no sólo a los beneficiarios, sino también a los voluntarios y coordinadores que trabajan en ellas; este es otro de los enfoques, tal vez el menos difundido.
¿QUIÉNES HACEN Y QUÉ COSAS POR AMOR AL PRÓJIMO?
Este es uno de los objetivos de “Nuestro actuar común”, el encuentro internacional que se está organizando en Mallorca, para llevarse a cabo, DM, del 1 al 4 de noviembre próximo.
Bajo la frase “
Hablemos menos y colaboremos más” ya hay numerosos interesados de más de diez países que desean participar en este encuentro que se realiza a 25 años del documento “Nuestro futuro común”, que dio inicio a un cambio fundamental en las relaciones entre los seres humanos y el medio ambiente, con el fin de contribuir al desarrollo sostenible.
La iglesia, como sal y luz de la tierra, tiene aquí una oportunidad más para mostrar por qué y para qué es el cuerpo de Cristo en la tierra.
Los interesados en saber más sobre este evento no tienen más que escribirme a: “Nuestro actuar común”,
[email protected].
Hasta el próximo domingo, si Él lo permite.
(1) Los Hechos 20:35
(2)Gálatas 1:11-12
(3) Mateo 10:8
(4)Mateo 7:23
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