El martes pasado los votantes en el estado de Carolina del Norte aprobaron por abrumadora mayoría (61-39%) una enmienda constitucional que define el matrimonio como entre un hombre y una mujer.
Al siguiente día el Presidente Obama públicamente dio su apoyo al matrimonio del mismo género, aunque reconoció que debiera ser una decisión estatal.
Estos dos eventos marcan la división nacional. No importa la encuesta que uno cite el país está dividido. Ocho estados han legalizado el matrimonio del mismo género y treinta y dos han aprobado legislación como la de Carolina del Norte. Hay esfuerzos por cambiar la ley en varios de los estados en que se ha legalizado y también esfuerzos nacionales por conseguir que la corte suprema de un “visto bueno” al matrimonio del mismo género.
En el caso del Presidente Obama las razones por hacer el anuncio en este momento parecen estar ligadas a la campaña presidencial. No hizo la declaración antes de las elecciones de Carolina del Norte, probablemente porque sabía que no podría influir en el resultado y no quería “quedar mal”. Pero también se sabía que muchos de los patrocinadores más liberales, y ricos, del presidente estaban disgustados con el hecho de que el presidente no ha sido campeón de causas liberales durante su primer término.
Ya habían declarado que no le iban a apoyar con las cantidades que le habían dado en la campaña del 2008. Como prueba de la importancia de esta declaración al siguiente día de su anuncio el presidente viajó a California para una actividad de recaudación de fondos entre artistas de Hollywood donde la “entrada” era un donativo mínimo de $400,000.
Lo interesante es que es muy probable que este anuncio le favorezca al candidato republicano, o a lo menos al partido republicano.
En el 2008 Obama contó con fuerte apoyo de afro-americanos y latinos cristianos que claramente se han declarado en contra del matrimonio del mismo género. Ya varios han dicho que no lo van a apoyar en esta vuelta. Y muchos latinos ya estaban disgustados con él por causa de su política de deportaciones de indocumentados.
Aunque no es probable que Romney gane gran cantidad de votos entre estas comunidades, sí es muy posible que esta gente no se movilice fuertemente para votar en estas elecciones.
En el 2008 Obama ganó el 53% del voto nacional y mayorías nutridas y abrumadoras entre los afro-americanos y los latinos. Pero las encuestas actuales presentan una elección mucho más reñida. Sin el apoyo entusiasma de la iglesia afro-americana y sin una mayoría abrumadora entre los latinos evangélicos, Obama podría perder la elección. Aun más probable es que el partido republicano se quede en control de tanto el senado como la cámara de representantes.
Lo que ya está claro es que el debate sobre este tema será acalorado y que marcará una división profunda en el país, no importa quien gane la presidencia.
Aparentemente la campaña del presidente espera que esto no sea tema principal de la campaña y que los votantes se preocupen más por la economía. También está por verse que hará Mitt Romney con esta situación. Lo que sí parece claro es que la declaración de Obama le va a favorecer a Romney. ¿Cuánto? quien sabe.
Ya muchos líderes cristianos se declararon en contra de la postura de Obama, algunos con declaraciones muy fuertes. Está por verse que dirá el pueblo cristiano, especialmente entre latinos y afro-americanos.
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