“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.”
[i]
CUANDO YO ERA FUTURO
Recuerdo que siendo muchacho oía a los adultos referirse a los jóvenes como si no viviésemos en el tiempo presente. Me cansé de escuchar la frase “Vosotros sois el futuro”. Claro, quienes nos hablan son el presente, me decía hacia mis adentros; y entonces me preguntaba: ¿Por qué deberían hablarnos de cosas en las que no nos dejan participar hoy, sino mañana? Como si oyesen mi pensamiento, los adultos nos explicaban la conveniencia de prepararnos para un futuro. Peo no nos adelantaban fechas: “de aquí a algunos años vosotros……” nos decían muy convencidos.
Afortunadamente, me encontré con otros que pensaban distinto; a ellos escuché con más afecto. Fui descubriendo con el tiempo a quienes pensaban igual que yo y, sin saberlo, nos embarcamos en actividades que no debían esperar a ser futuro para ser reales. No estábamos solos, había algunos “jóvenes mayores” que iban contra la corriente y apoyaban nuestras iniciativas. Nos pegábamos a ellos como estampillas de correo; admirábamos su desinteresada entrega por nosotros y los amábamos.
Nombrar a algunos es no honrar a todos; sin embargo, hoy recordaré nombres como el apóstol Pablo lo hacía cuando escribía desde sus prisiones al recordar la ayuda recibida de parte de aquellos que, de otra manera, hubiesen quedado en el anonimato.
En la época de la secundaria ¿cómo olvidarme del “Gordo” Verón, de “Carlitos” Juailler, de “Lito” Altare, de Miguel Monese, de Robin Bevan, de Margarita Altare, de Javiera Coutillier, de las hermanas Spero y de las hermanas Monese? Ellos fueron junto a mi hermana mayor mis referentes en quienes fijarme para aprender conductas de entrega y perseverancia en un liderazgo de servicio.
Cuando llegó la edad de ingresar a la universidad tuve que trasladarme a otra ciudad; mis amistades de adolescente dieron paso a nuevas amistades de estudio y nuevos intereses comunes.
Nos juntábamos en grupos a tocar la guitarra y cantar; a contarnos anécdotas y algunos chistes; e invitábamos a alguno de esos jóvenes mayores a quienes respetábamos para que nos dijesen qué hacer de nuestro presente siempre cargado con esa temerosa ansiedad por hacer algo digno y diferente.
Así conocimos a Miguel Ángel Zandrino, Norman Romanenghi, Alberto Pizzicatti, Samuel Escobar Aguirre, René Padilla, Pedro Arana Quiróz, Ruth Siemens, Neuza Itioka, Peter Wagner, Hans Bürki, John White, entre otros comprometidos con los jóvenes del presente. Nacía así la Asociación Bíblica Universitaria Argentina (ABUA) en los albores de los años 60 en el siglo pasado. En cierto modo los beneficiarios de esta pléyade de maestros y maestras guiados por Dios constituíamos sin saberlo un compañerismo internacional de estudiantes evangélicos consustanciados con los principios bíblicos que hicieron de agrupaciones como Inter Varsity e IFES una valiosa misión entre los estudiantes de casi todo el mundo.
Éramos un privilegiado grupo de no más de cien jóvenes que, en todo el país, dejamos de ser futuro para asumir los desafíos del tiempo presente. Al ir comprometiéndonos con el llamado de Jesucristo comenzamos a descubrir que éramos muchos más, porque Dios siempre tiene “mucho pueblo en esta ciudad.”
[ii] Nos sentíamos vivos y –aunque colisionando con los viejos prejuicios- nos sobreponíamos a los ataques de los religiosos y nos apoyábamos en los humildes y valiosos siervos de Jesucristo.
Descubrir la obra que Dios hace en secreto en los corazones de nuestros semejantes llena de un gozo indescriptible que hace olvidar cualquier rechazo, penuria y sacrificio; es un hallazgo que pone incentivos a la aventura de vivir el presente de la misma manera en que recibimos a Cristo: creyendo sólo en Él.
TESTIGOS EN UN MUNDO EN CRISIS
Vivimos actualmente una crisis de la que muchos adultos no quieren hacerse cargo. Son los que han hipotecado la vida de muchos ciudadanos. Si hipotecar es quitarle a un bien su valor real, la juventud contemporánea ha sido hipotecada por una clase dirigente de adultos ambiciosos e irresponsables. Expertos en quedar surfeando en la cresta del tsunami por ellos creado son hábiles ninguneadores a la hora de asumir sus actos con responsabilidad social. Vivir en un mundo así no debe hacernos creer que la Antigüedad fue mejor.
Por eso Pablo aconseja a su hijo espiritual, Timoteo, recordándole la fe de su abuela y la de su madre:“Ninguno tenga en poco tu juventud”.
UN DESAFÍO PARA JÓVENES COMPROMETIDOS
La iniciativa de organizar un concurso de ideas para estudiantes surgió de la visita del doctor Enrique Solana Suárez a Mallorca en noviembre de 2011. Nos reunimos con miembros del GBU local, estando presentes Ruth Lorente y Ana Ribera. Contribuyó a darle forma la visita de Miguel Wickham a Mallorca en diciembre de 2011 con un grupo de alumnos del ISM y la presencia de un grupo del KRIII College de Palma de Mallorca.ARC PEACE internacional y COLABORA (Alemania) auspiciaron el evento “Yo quiero un mundo mejor” al final del cual se entregaron diplomas a todos los asistentes.
La finca que da lugar al concurso es una extensa propiedad de 200 Has. Las ideas deben abarcar desde la conservación del patrimonio arquitectónico hasta la transformación del sitio en un Centro de Sostenibilidad Insular. Incluye, además, agricultura, ganadería, apicultura, fruticultura, fabricación de aceite de oliva, turismo ecológico (u holístico) y otras posibles fuentes de recursos que sean permitidos tanto por la autoridad local como la del gobierno autonómico, para un área declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2011: la sierra de Tramuntana.
Cada equipo deberá conformarse con estudiantes de distintas carreras: arquitectura, planificación, diseño urbano o urbanismo, historia, geografía, biología, agricultura, antropología, turismo, sociología, economía, estadísticas, informática. Se aconseja formar equipos multidisciplinares, aunque no hay una exigencia en cuanto a número.
Pueden participar tantos equipos como deseen por universidad. Los que se inscriban recibirán toda la información necesaria y podrán hacer consultas hasta un mes antes de la recepción de los trabajos. Habrá un jurado compuesto por representantes académicos y de las organizaciones convocantes.
Los trabajos serán exhibidos el 3 de noviembre y los premiados recibirán diplomas y asistirán a la ceremonia de premiación sin costo alguno. Esto nos lleva a alentar a profesionales y empresarios evangélicos a apadrinar a los ganadores haciéndose cargo de sus gastos de traslado y alojamiento.
Quienes deseen más información no tienen más que escribir a: Concurso de ideas, [email protected]
Gracias por participar, y será hasta la próxima si Dios lo permite.
Foto de archivo del autor.
[i] 1ª Carta a Timoteo 4:12-16.
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