Hasta el momento, mucho sobre el tema de ciencia
[1] y fe se ha construido en el cristianismo de occidente aunque es clara la carencia de visión unificada.
[2] Willem B. Drees cree que mucho de los desacuerdos sobre el tema de ciencia y fe en el cristianismo de occidente se deben, en parte, a la falta de consideración de los contextos.
[3]
Tanto la ciencia como la religión son prácticas sociales
[4] y las reflexiones sobre ambas toman lugar en contextos sociales y culturales.
[5] Aunque la misma forma de cómo funciona la ciencia, no depende del contexto (la ley de la gravedad es igual en cualquier lugar del mundo), existen distintas percepciones de significado y sentido cuando los reclamos del conocimiento científico se proclaman dentro de contrastadas cosmovisiones.
[6]
Cualquier modelo que se pretenda utilizar para desarrollar los asuntos de fe y ciencia en Latinoamérica (L.A), debería de tomar muy en cuenta su contexto social, cultural y religioso.
¿PORQUÉ UN MODELO MISIONAL EVANGÉLICO?
Mi propuesta es “un modelo misional para asuntos de ciencia y fe” precisamente porque escribo desde un contexto latinoamericano y desde una herencia cristiana evangélica. Michael Roberts cree que los evangélicos pueden ser definidos por las siguientes características: activismo, biblia, conversión, muerte de Cristo, entusiasmo y comunidad.
[7]
Sumado a esto, su crecimiento por todo el mundo indica que hablar de evangélicos es hablar de misión.
[8] De allí que la semilla para un progresivo y fructífero desarrollo sobre las discusiones de ciencia y fe, por lo menos desde la tradición evangélica latinoamericana, debiera ser plantada y cultivada en los terrenos de su labor misionera.
MISIÓN PARA LA CIENCIA EN UN CONTEXTO DE FE
Latinoamérica presenta un índice bajo de producción científica a diferencia de Europa, los Estados Unidos e incluso algunos países de Asia. La Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) reportó que el 5,3% de los estudiantes de la región cursan carreras de ciencias naturales y exactas, 2,5% ingeniería y tecnología mientras que el 14,2% son de humanidades y el 56,4% ciencias sociales.
[9] Hay un gran interés cultural por parte de las ciencias sociales y poco por las actividades científicas y tecnológicas.
Este patrón sociocultural va de la mano con el cristianismo en L.A. Tanto el evangelicalismo contemporáneo más académico en L.A, al igual que los promotores de la teología de la liberación han hecho contribuciones importantes a la misión cristiana desde las ciencias sociales. En cuanto a tópicos desde las ciencias naturales y exactas ha habido poca aportación.
[10] Desde este panorama, el evangelicalismo en L.A no presenta un contexto propicio para el buen desarrollo sobre los asuntos de ciencia y fe.
Por otro lado, L.A presenta un contexto altamente religioso. En el 2005 había 498 millones de cristianos y se espera que para el 2025 sea el segundo bloque continental con mayor cantidad de cristianos en todo el mundo.
[11] El contexto de L.A es altamente religioso y supersticioso, en donde las aseveraciones universales de la ciencia, a menudo, son rechazadas en favor de la espiritualidad y la fe. En un contexto así, como señala Drees, los tópicos de ciencia y religión pueden servir como apologética para las ciencias.
[12] El modelo que defiendo es, entonces, el de una misión para la ciencia desde un contexto de fe cristiana.
UN MODELO MISIONAL CRISTIANO DESDE Y PARA LA NATURALEZA
Un modelo misionero en L.A, para la ciencia y en un contexto de fe, necesita tomar como punto de partida una teología de la naturaleza. Por teología de la naturaleza se quiere decir una teología que comienza con una tradición religiosa con base en la experiencia y la revelación histórica a la vez que intenta reformular ciertas doctrinas tradicionales a la luz de la ciencia actual.
[13]
Este tipo de teología pretende significar, en palabras de John Haught, que el encuentro con el Dios de la fe cristiana se produce en y a través del mundo observable.
[14] No se le conoce únicamente por los sucesos de la historia humana sino también a través de los fenómenos y el drama de la naturaleza en virtud de la encarnación de Cristo.
[15]
Desde esta teología de la naturaleza se puede engendrar una teología de la misión que sea de utilidad para el tema de ciencia y fe en un contexto como el de L.A. 5 aspectos a considerar en este modelo de misión desde y para la naturaleza son:
1.
Misioneros para ciencia y fe: La labor del inquiridor científico, y quien reflexiona su fe a la luz de sus encuentros con la naturaleza, como argüía Robert Boyle, deben apreciarse como una labor sagrada. Esto implica dirigir los esfuerzos misioneros al campo del saber científico.
2.
Una misión glocal: una misión para la naturaleza lleva a una misión tanto
global como
local. La diversidad y universalidad de la naturaleza debería ser un modelo para nuestro encuentro con ella, una misión global y contextual.
3.
Una misión educacional: El orden y la comprensión que se extrae de la naturaleza conjuntamente con la misión cristiana de
haced discípulos y enseñar el depósito de la fe cristiana, nos invita a promover una misión de ciencia y fe con gran énfasis educativo.
4.
Una misión de Integración: Es cierto que tratándose de los tópicos de ciencia y fe, hay declaraciones que presumen ser de aceptación en cualquier contexto, pero la naturaleza misma manifiesta una realidad estratificada que nos lleva a asumir múltiples ciencias y modelos para aprehenderla.
[16] Creer que alguna disciplina puede explicar todo, como dice el filósofo argentino Mario Bunge, es una noción de imperialismo sin imperio.
[17] En el mejor de los casos son programas de investigaciones que fracasaron y en el peor, ideologías.
[18] Esto nos invita a crear una misión de integración e interdisciplinaridad.
5.
Una misión evangélica reformulada: retomar las características evangélicas, que señalé al principio, propuestas por Roberts y reformularlas sería de gran utilidad para este modelo de misión evangélica en L.A. a) Un activismo abarcador y dirigido a este tipo de misión; un bibliocentrismo desde nuevos acercamientos literarios; b) la muerte de Cristo pero también encarnación, obra y resurrección; c) una conversión que incluya las dimensiones de restauración y redención de toda la creación; d) Un entusiasmo por experimentar nuevos encuentros con la naturaleza y e) una comunidad de fe que alimente la espiritualidad, significado y sentido del “mundo natural como lo suponemos fundado de la realidad del Dios que en Cristo y a través del Espíritu Santo, hace nueva todas las cosas”.
[19]
El autor es César Navarro,
Licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Panamá en donde hizo investigaciones en espectroscopia Mössbauer e Infrarroja en el departamento de Físicoquímica. Ha trabajado como profesor de química y como laboratorista en análisis de combustible. Tiene un Profesorado de Teología por el Seminario Teológico Centroamericano (Guatemala), en donde también es estudiante del programa de Maestría. Actualmente realiza investigaciones de posgrado sobre la interacción de Ciencia y Teología y es el presidente de una naciente Sociedad Educativa Latinoamericana para Fe y Ciencia www.selfyc.org.
[1]Cuando me refiera al término
ciencia lo haré pensando en las ciencias naturales al menos que especifique.
[2]Willem B. Drees,
Religion and Science in Context: a Guide to the Debates (New York: Routledge, 2010), 2.
[3]Ibid. Otros factores que él incluye necesarios a considerar son
propósito, criterio y perspectiva de lo que la religión puede llegar a ser.
[4]Mikael Stenmark,
How to Relate Science and Religion: a Multidimensional Model (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2004), 12.
[5]Drees,
Religion and Science, 3.
[6]John Headley Brooke and Ronald L.
Numbers, Science and Religion around the World (New York: Oxford University Press, 2011), 2.
[7]Michael Roberts,
Evangelicals and Science (Connecticut: Greenwood Press, 2008), 9-10.
[8]Hay algunos libros donde se muestran los factores, desarrollo y estado de las sociedades misioneras del pasado, en contextos cristianos protestantes occidentales, hasta la creación de nuevas entidades misioneras evangélicas de origen latinoamericanas. Justo L. González y Carlos F. Cardoza,
Historia General de las Misiones (Barcelona: Editorial CLIE, 2008). Arturo Piedra, Sidney Rooy, H. Fernando Bullón,
¿Hacia dónde va el protestantismo? (Buenos Aires: Ediciones Kairos, 2003).
[9]El estado de la ciencia, 2010, publicación de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura, gráfica 4.1.
[10]Existen excepciones como las del teólogo católico brasileño Leonardo Boff que muestra en sus libros un gran interés por la relación entre ecología, ética y teología.
[12]Drees,
Religion and Science, 3.
[13]Ian G. Barbour,
Religion and Science: Historical and Contemporary Issues (San Francisco: HarperCollins Publishers, 1997), 100.
[14]John F. Haught,
Cristianismo y ciencia: hacia una teología de la naturaleza (Cantabria, ESP. Editorial Sal Terrae, 2009), 67.
[16]Alister E. Mcgrath,
The Science of God (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 2004), 146.
[17]Mario Bunge,
Mitos, hechos y razones: Cuatro estudios sociales (Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2004), 65.
[19]John F. Haught,
Cristianismo y ciencia, 36.
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