Este mismo fin de semana en que sale publicado este artículo se está reuniendo en Texas un grupo de líderes cristianos republicanos. Quieren escoger a uno de los candidatos más conservadores para ver si lo pueden “ungir” como la alternativa a Mitt Romney en las primarias republicanas.
Se dan cuenta que la presencia de varios candidatos conservadores está dividiendo el voto y que Romney está ganando con la pluralidad de candidatos. Estos líderes también recuerdan que lo mismo pasó en el 2008 cuando los candidatos conservadores dividieron el voto de la mayoría cristiana y John McCain ganó con este hecho.
Por otro lado Rick Santorum también declaró recientemente que es importante que haya un candidato cristiano en cada elección. Parece que la inquietud tiene que ver con una línea política, y no la fe en sí, puesto que todos los candidatos a la presidencia, incluyendo el presidente actual, confiesan la fe cristiana públicamente.
Sin embargo, el grupo reunido en Texas confronta varias barreras. Por un lado, no está claro que los votantes tomarían en cuenta su perspectiva. Tampoco está claro que los candidatos aceptarían una decisión de este grupo. Pero el problema principal es que todos los posibles candidatos alternativos arrastran alguna cuestión negativa.
Perry ha perdido la confianza de muchos por sus errores públicos, Gingrich es un hombre que se ha divorciado varias veces, Santorum es católico y Paul es percibido como raro. Es más, los “padrinos” del partido republicano ya han ungido a Romney como su candidato.
La búsqueda de estos líderes en Texas suscita varias preguntas para aquellos de nosotros que queremos votar en una manera consistente con nuestra fe.
Claramente su inquietud “cristiana” tiene que ver con el aborto y el matrimonio del mismo género, algo que comparto con ellos. Pero ellos conectan esos valores cristianos con un capitalismo con pocos controles y la supremacía militar. Paz, justicia y cuidado de los menos poderosos no son valores que ellos vean como cristianos.
Pero también se ve cierta inquietud por el hecho de que un mormón, Romney, pudiera llegar a ser el próximo presidente de los Estados Unidos.
Entre los pre-candidatos republicanos hay dos mormones, Romney y Huntsman. Los dos son vistos como demasiado moderados desde la perspectiva de la derecha cristiana.
Pero además existe una inquietud entre muchos cristianos por el papel que jugaría un presidente mormón. Las sospechas han sido de tal magnitud que el presidente Richard Mouw, de mi seminario Fuller, optó por hacer una declaración pública en la que él declara que los cristianos no debiéramos necesariamente rechazar a Romney o Huntsman sencillamente por ser mormones.
Pero todo este debate me deja con la duda: ¿qué esperaría de un/a candidato cristiano/a? ¿Utilizaría el Sermón del Monte como su plataforma de campaña? ¿Nos invitaría a todos a tomar la cruz y la toalla en servicio del resto del mundo? ¿Llamaría al ejército a convertir sus lanzas (misiles) en hoces (tractores y herramientas agrícolas)? Siendo que no parece probable que ninguno de los candidatos actuales vaya a hacer esto, sé que todavía estoy de este lado del reino.
Obama, el presidente actual, confiesa ser mi hermano en Cristo y es posible que el candidato republicano también haga esa confesión. Pero de una confesión cristiana a un compromiso con todos los valores del reino hay un gran trecho.
Sigo con mi pregunta sobre el lugar de mis valores cristianos en mis decisiones de voto el próximo 6 de noviembre.
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