Les propongo que esta semana y la siguiente vayamos a Madrid. A ver qué pasa en el
congreso sobre Reforma Protestante Española, que ya este diario ha avisado de su celebración (2, 3 y 4 de noviembre) en la Universidad Complutense de Madrid.
Como son tres días,
hoy nos detendremos con la primera mitad de la actividad: un día y medio, siguiendo el orden del programa (aunque ya existe alguna pequeña alteración), y la próxima, d. v., (siempre deo volente, si Dios quiere) cuando ya esté para su inicio, miramos el resto.
Escribo estas notas el sábado, justo al límite de entrada para que salgan en el dominical; y llevo más de una hora en la posición de “asombro”, sin teclear nada. [En una antigua introducción a la Historia de la Filosofía, se mencionaba que el inicio del pensar filosófico estaba precisamente en el asombro del ser humano ante la realidad. Nunca dejemos de asombrarnos.] La portada de este diario da para eso y más. Un futbolista que mete goles; un monumento a un pastor bautista sin que pongan en las citas de sus actividades nada de Dios [su figura es, cuando menos, compleja; creo que es mejor así]; la decisión de la banda ETA de dejar su actividad armada [una gran noticia, sin duda. No puedo dejar de pensar ante la alegría mostrada por este hecho, que siguen cien mil –más o menos– personas perdiendo su vida cada año en España a manos de la “Sanidad”, en el ámbito donde se supone que más tendría que ser defendida: el vientre materno y el hospital; eso sí, con la más absoluta igualdad de género, no como en otros países bárbaros que miran el sexo primero para eliminar preferentemente a las niñas]; un cristiano asesinado a manos de islamistas; anuncio de una manifestación en Barcelona para que las iglesias evangélicas defiendan, o pidan, la libertad de cultos [sobre esto, mejor no comento nada]; y otros asuntos variados y relevantes como cualquiera puede ver. Bueno,
y el anuncio de la celebración del congreso sobre Reforma Española del XVI, que es de lo que quería contar algo.
Y todo ello con la dinámica de la comunicación moderna: todo se mueve rápido. No hay mucho tiempo para pararse. No permitamos, sin embargo, que todo pase sin poso. Raíces, raíces, que si no, nos lleva el viento. La Reforma Española del XVI tiene que ver con la Historia, y a la Historia solo podemos verla, y “tenerla” para ser personas, “parándonos”. En este sentido, cuanto más nos paremos, con más agilidad y firmeza caminaremos en el presente. Si no nos asentamos en la Historia, los vientos del presente se lo llevarán todo por delante, porque todo estará seco. Nos parecerá que estamos muy bien porque nos movemos de un lado a otro, junto a los demás que también se mueven, pero será un movimiento sin vida, como el de las hojas secas que arrebata el remolino. Sin Historia solo queda histeria. Estad quietos y ved; paraos, paraos en los caminos… No consintamos que una herramienta tan valiosa como es el caudal de información [felicitaciones a este diario por ofrecerla], se torne en red que esclavice y asfixie.
Y llegamos a Madrid. A su Universidad Complutense (que por razones que no vienen al caso, no está ahora en Alcalá de Henares, como indicaría su nombre), para encontrarnos con profesores e investigadores que hablarán sobre la Reforma Española del XVI. Pienso en Latinoamérica
. Tenemos una Historia común como evangélicos, no la olvidemos, y sus raíces están también aquí recordadas. Tenemos libertad, mucha libertad social en España. Los que en otra época tuvieron que dejar esta Universidad y la propia España (en algunos casos, la propia vida) por causa de su conciencia, hoy están en las mesas de conferencias. Tengamos gratitud por nuestro tiempo donde podemos oírles libremente. Y ayudemos a conservar esta libertad.
Colaboran, además de la propia Universidad (su Facultad de Filosofía), la Casa de Velázquez. También el Consejo Evangélico de Madrid. Siempre en buena dinámica de servicio a favor de la libertad religiosa: la Fundación Pluralismo y Convivencia. Y otra entidades; a todas, gratitud.
A estos que agrupamos bajo el apelativo de “Reforma Protestante Española”, creo que con acierto, aunque siempre hay que equilibrar y matizar los calificativos, los traen manos, llenas de afecto por su trabajo, muy diversas.
En este primer día y medio:
José Luis Villacañas Berlanga,
director del congreso. Autoridad en filosofía alemana. Maestro en el conocimiento de las ideas del pensamiento español. Sus trabajos sobre la formación de los reinos y la situación de España hasta ese periodo del siglo XVI, son lectura obligada.
Stefanía Pastore, investigadora que ha editado principalmente en italiano. Su trabajo sobre
conversos, alumbrados e Inquisición (Una Herejía Española, 2010) la pone en contacto con la lengua castellana, y nos refuerza esa impresión de que en España tuvimos una situación extensa y enriquecedora de despertar religioso, de la mano del propio texto bíblico. Con la presencia continua del sector de los judíos convertidos al cristianismo, en los que vive el Mesías Redentor, con su “nuevo nacimiento”, mucho antes de que Lutero clavara sus tesis en fecha que ahora se recuerda.
José Luis Egío,
investigador en Ginebra. Proporciona caudal de conocimiento sobre
la Reforma Francesa. Será muy bueno “traerlo” a España a través de los Pirineos, para que ocupe el espacio de investigación prolongando el terreno por el reino de Navarra. Sus trabajos son excelentes.
Esteban Anchustegui Igartua, de la
Universidad del País Vasco, y
Álvaro Adot Lerga, de la
Universidad Pública de Navarra, los pongo juntos porque ambos nos traen esa
Historia fundamental de España, que tiene su columna de soporte en ese territorio y su gente. Como tantas veces, una Historia ocultada o desfigurada, y, como he señalado, que solo podemos recuperar “parándonos” en ella. Y se está haciendo, y se hará, d. v., con más extensión el próximo año, cuando se cumple el V centenario de la conquista del reino cristiano de Navarra por Fernando el Católico. En ese contexto nacieron los jesuitas.
Antonio Rivera García, de la Universidad de Murcia. Lectura obligada para el buen entender del
pensamiento protestante. Mientras que se dan por ahí “calvinólogos/as” de fuste sin haberse acercado siquiera al Calvino fundamental que vive con, y de, la cruz de Cristo, el profesor Antonio Rivera muestra un conocimiento integral de la cuestión. Lo dicho, lectura obligada. Y gratitud por su trabajo; es una indicación más del tiempo favorable que vivimos para pensar y escribir con libertad.
Acabamos el primer día con la presentación de una obra (en dos volúmenes): La Reforma en la Sevilla del XVI (Editorial Mad, Sevilla). Estará su autor
, Tomás López Muñoz, y el director de la tesis doctoral cuyo contenido se publica, Ignacio García Pinilla. El primer volumen se dedica a la historia de la Sevilla vigorosa en libertades de esa primera mitad del siglo XVI, y la represión de esas libertades. La Historia misma. Y hay que “pararse” mucho en ella para no ser llevados por la corriente del interés del poder, y, sin embargo, poder seguir la corriente de libertad de la Historia. El segundo volumen es un corpus documental de más de 500 páginas, donde se pueden leer los documentos propios para luego pensar y sacar conclusiones con libertad. Esto supone tiempo, dedicación y eficacia. [No puedo dejar de lamentar aquí los títulos, titulillos, de “doctor” que a veces se conceden en entidades “evangélicas”. Eso es lamentable. ¡Hay quien lo consigue por correspondencia en unos meses¡ Se debe tener mucho cuidado con estas cosas, propias de los que quieren que los llamen “Rabí, Rabí”, pero que dañan a las que con trabajo están logrando un nivel y rigor adecuados, y el justo reconocimiento académico de sus titulaciones.] Y respecto a los libros, felicitaciones al autor, y también a la Editorial Mad, que con esta publicación apoya a los jóvenes investigadores que trabajan.
La mañana del día siguiente: Máximo García Ruiz, de la Facultad de Teología Bautista, se ha editado recientemente un trabajo suyo sobre la Reforma y los Derechos Humanos, expondrá su
valoración sobre si tuvo continuidad esa Reforma del XVI.
Luego tenemos
unos paneles de comunicaciones. Manuel de León, Gabino Fernández, José Moreno Berrocal, Samuel Escobar, Pedro Tarquis, José de Segovia, Julio Díaz, Juan A. Monroy, y algunos más. Que me perdonen por no hablar de ellos. No queda tiempo. Hay que enviar ya esto a Redacción, pues también como te “pares” demasiado, te paralizas y te lleva la corriente.
Gratitud, gratitud, para todos. Las cenizas están ya como testigos fieles del alma de nuestros padres (y madres) del XVI. A su tiempo, todo “a su tiempo”, así descansamos en el reposo de quien considera a las naciones, aun las más poderosas, como mota de polvo en la balanza.
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