Ladeando principios de “Protestante Digital” damos a conocer aquí este libro por cuanto su autor es antiguo y brillante colaborador del medio.
Normalmente son las editoriales, evangélicas y seculares, las que nos envían ejemplares de sus publicaciones para ser glosadas en esta sección. No ocurre así con Publicaciones Andamio. Si algún título suscita nuestro interés y queremos que los lectores lo conozcan, hemos de comprarlo. Nada gratis. Y ellos se perjudican. Pierden la oportunidad de dar a conocer sus productos literarios a miles de personas sin pagar un solo euro. Porque nosotros no disponemos de un fondo dedicado a comprar cuatro o cinco libros cada mes, que son los que comentamos.
Dicho lo anterior, cambio de giro y me quedo en primera persona del singular.
EL ASOMBRO DEL PERDÓN es un libro excepcional sobre el carácter de Dios.Se habla mucho, por escrito y en los púlpitos, del perdón de Dios considerado comúnmente como una especie de debilidad afectuosa, una cierta indulgencia cariñosa, reducida a un mero sentimiento enfermizo, copiado de las emociones humanas. La verdad bíblica es otra. El perdón de Dios es intrínseco, no hay nada en el ser humano que pueda provocarlo, nada en la criatura que pueda atraerlo o impulsarlo. “Pensamos, dice Segovia, como el cínico francés que “el buen Dios me perdonará; es su oficio o su especialidad. Si hay un Dios, tendrá que ser un Dios de amor, capaz de perdonarme, haga lo que haga”.
No es tan sencillo. Ni tan fácil. El perdón de Dios tiene sus condiciones, claramente expuestas en las páginas del Nuevo Testamento. Cumpliendo esas condiciones, viene a decirnos el autor, Dios se rinde, porque nos ve rendidos. Sin cumplirlas, Dios aplica Su ley, Su justicia. Dios es misericordioso, pero no el Juan Calzones de la farándula.
Si por azar hubiera entre los lectores de “Protestante Digital” uno sólo que no supiera quién es José de Segovia, aquí lo presento: Estudió periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y teología en dos prestigiosas instituciones extranjeras: Universidad de Kampen (Holanda) y Escuela de Estudios Bíblicos de Welwyn (Inglaterra). Preside la Comisión Teológica de la Alianza Evangélica Española y pastorea una iglesia en el barrio de San Pascual, en Madrid. Como conferenciante es reclamado de continuo por iglesias, centros culturales y Universidades tanto de España como de otros países. Su dominio del inglés es completo, también del alemán y del holandés. Además de una columna semanal en “Protestante Digital” escribe en otros medios de nuestro país y de otros países más allá del nuestro. Escribe mucho y bien. El otro día dije aquí mismo que admiro a José de Segovia por sus profundos conocimientos y su memoria prodigiosa. Es un empollón. Además de saber de todo y tocar todos los géneros de la literatura es capaz de recitar el Levítico o la guía telefónica de Nueva York con el solo auxilio de la memoria. Cada vez que asisto a una de sus charlas me deja embobado. Para una conferencia yo escribo entre 20 y 25 folios a doble espacio. El aparece en la plataforma con cuatro líneas garabateadas en un papel y es capaz de hablar una o dos horas, sin cansar al oyente.
En EL ASOMBRO DEL PERDÓN Segovia escribe nueve capítulos sublimes: El problema del perdón, el complejo de Peter Pan, el misterio del mal, la doble vida que carga en el alma todo ser humano. “Todos llevamos máscaras en esta vida para intentar ocultar aquella realidad de nosotros que nos disgusta… Y hay quien ha desarrollado tal esquizofrenia, que asume diferentes personajes según el lugar o la persona con que se encuentre”. Al capítulo doble vida sigue el milagro del perdón, la expiación, el Dios pródigo, el problema del perdón y la maravilla del perdón.
Este último capítulo está dirigido directamente a la persona convertida, al cristiano y la cristianaque practican vida de comunidad en el seno de la congregación local. “El perdón nace del corazón –dice Segovia-. Si no perdonamos a alguien en nuestro corazón, no le perdonamos realmente”. Y añade con palabra sabia:“El perdón es necesario para nuestro bienestar espiritual. La amargura entristece al Espíritu de Dios, que vuela como paloma, dejándonos sin ninguna paz interior. Rehusar perdonar nos daña emocionalmente y afecta a nuestra comunión con Dios”.
Tengo en Salamanca un joven amigo de 17 años llamado José Alfredo Alencart. El otro día le envié un ejemplar de mi último libro, EN UN CRUCE DE CAMINOS, enfocado de primera intención para el elemento juvenil. Cuando nos vimos poco tiempo después me confesó que le había gustado porque no estaba cargado de citas bíblicas, era fácil de leer, según él.
Pues este de José de Segovia le chiflaría. Segovia es un intelectual exquisito, lee mucho. Además sabe tanto de cine, de títulos de películas, de directores, de actores, de argumentos cinematográficos como puede saber de San Pablo o de Lutero. Entre las 168 páginas no hay una, una sola donde Segovia no describa una escena de película, haga referencia a autores literarios o alusión a novelas y ensayos clásicos y modernos.
Decir que EL ASOMBRO DEL PERDÓN se lee como una novela no sería justo. Mejor que una novela. Porque sus párrafos edifican, despiertan inquietudes, provocan el pensamiento, elevan el ánimo, nos acercan más a Dios y nos desafían a ser mejores personas. José de Segovia demuestra aquí cómo se puede dar a conocer en su plenitud el mensaje de la Biblia, sin la Biblia.
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