Durante años, los evangélicos españoles de mi generación que no tenían acceso a otros idiomas sólo disponían prácticamente de un libro sobre doctrina bíblica: La RELIGIÓN CRISTIANA EN SU EXPRESIÓN DOCTRINAL, de Edgar Young Mullins, traducido por Sara A. Hale y publicado en El Paso, Texas, por la Casa Bautista en 1933.
En torno a los años 50 se añade un poquito de Samuel Vila en PRUEBAS TANGIBLES DE LA EXISTENCIA DE DIOS y otro poquito de Ernesto Trenchard en los cuadernos que publicaba en Barcelona en torno al tema, apiñados por Editorial Portavoz en el 2002 en un tomo que tituló ESTUDIOS DE DOCTRINA CRISTIANA.
Cuando los tiempos se fueron destapando escribieron de doctrina José María Martínez, Jose Grau y Francisco Lacueva, si bien no siguieron la línea única de Mullins y Trenchard; se abrieron más a las especulaciones teológicas en general: FUNDAMENTOS TEOLÓGICOS (Martinez), FORMACIÓN TEOLÓGICA EVANGÉLICA (Grau) y FORMACIÓN TEOLÓGICA (Lacueva).
Ahora se incorpora a este grupo de estudiosos un hombre de honda raigambre evangélica, pastor, escritor y traductor de francés e inglés que anda por la vida sin hacer ruido, como las pisadas de Caperucita sobre la yerba del bosque:
Félix Benlliure Andrieux, hijo de padre español y madre francesa.
Benliure obtuvo la Diplomatura de Ciencias Bíblicas en Paris y en España concluyó un Master en Teología Protestante. La “Theological University of America” se unió a los anteriores reconocimientos con un Doctorado en Teología. Uno de sus últimos libros es LOS HUGONOTES, en mi opinión lo mejor que existe sobre el tema en el idioma de Cervantes.
Benlliure justifica sus trabajos de doctrina con estas palabras de escritor humilde, una fauna tan escasa como el auténtico caviar. Dice: “Este librito (son 220 páginas) no pretende ser un tratado teológico dictado desde el pedestal de la abstracción, sino desde la plataforma eclesial, intentando sistematizar esquemáticamente la doctrina hallada en la Revelación y hacerla pertinente para el pueblo de Dios”.
En una cosa difiero del autor: En el título dado al libro, en llamarlo bosquejo.
No estoy conforme con que el autor llame a su obra bosquejo. Y doy mis argumentos. Bosquejo se dice de la idea vaga de algo que exige un mayor desarrollo. Y Benlliure presenta aquí estudios completos, completísimos, de los más importantes asuntos que forman la doctrina bíblica. Leyendo las páginas que ha escrito esponja el ánimo al ver el número y la exactitud de citas bíblicas que ha manejado, ordenándolas matemáticamente, magistralmente, en sus respectivos textos y contextos. Todo lo hace con la Biblia y sin la Biblia nada hace. Benlliure no escribe, cita, señala, asigna con conocimiento y autoridad. Hasta diría que de la Biblia hace otra Biblia, resumida en 220 páginas. Afirma que este trabajo es fruto de largos años de actividad interactiva con miembros de iglesias donde ha ministrado la Palabra. Lo creo. Las páginas de BOSQUEJOS DE DOCTRINA BÍBLICA no surgen del aire. Requieren investigación, conocimiento del Libro, arte para ubicar cada pensamiento divino en la expresión doctrinal correspondiente.
La pregunta que todo escritor se hace: ¿Para quienes escribo el libro? El de Félix Benlliure viene de perlas para predicadores, para pastores de no importa qué denominación, para profesores en clases de Biblia. Todos ellos tienen aquí un valioso material, convenientemente ordenado, que puede ser de gran ayuda en sus trabajos. Las ideas están acompañadas de referencias bíblicas, de tal manera que quien tenga que pronunciar un sermón o enseñar una clase, no tiene más que acudir al libro con un papel en limpio y un bolígrafo de cualquier color.
Aquí tenemos una obra que distingue la importancia de la doctrina en la plenitud de la Revelación al servicio de la Iglesia. En estas páginas de reflexión Benlliure no pretende encerrarse en sí mismo, sino que busca la luz y determina los modos más aptos para acercarnos a la doctrina en un ejercicio eminentemente bíblico, teológico y espiritual.
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