En marzo del 2007 compré en México un ejemplar de la primera edición de la novela LA PUTA DE BABILONIA, escrita por Fernando Vallejo y publicada en la capital azteca por Editorial Planeta Mexicana.
Aquella primavera realicé varios viajes largos por diferentes países de la América hispana y conmigo en el avión iba el libro de Vallejo. A medida que leía subrayaba líneas; tenía intención de comentarla en “Protestante Digital”. Cuando llegué a la última página, desistí. No le haría crítica alguna. Demasiado crudo el libro, muy duro el vocabulario, ataques inmisericordes contra la Iglesia católica, relatos de situaciones vividas por el autor en el seno de esta Iglesia, que estremecían, espeluznantes. Vallejo lo advertía y ponía en guardia a sus lectores sobre el contenido de la obra. El título estaba tomado del capítulo 17 de Apocalipsis. Lo que allí se dice de la gran ramera de Babilonia, Vallejo lo aplicaba a la Iglesia católica. Y ya desde la portada anunciaba: “La católica, la apostólica, la romana, la jesuítica, la domínica, la impune bimilenaria tiene cuentas pendientes conmigo desde mi infancia y aquí se las voy a cobrar”.
Fernando Vallejo es un escritor colombiano de prestigio, autor de novelas, entre ellas LA VIRGEN DE LOS SICARIOS, y de libros de ensayos científicos. En 2003 ganó el premio de novela Rómulo Gallegos, entonces dotado con cien mil dólares. Este dinero lo donó íntegro a una asociación protectora de animales. El gran amor de su vida son los animales.
Entonces no quise reseñar aquí esta novela.
Ahora me llega otro libro polémico, que también encara a la Iglesia católica y a sus máximos dirigentes, los papas. Con este libro sí me atrevo. No es el primero que se escribe en torno al tema. Existe una abundante literatura en italiano, inglés, francés y español.
Curioso: Frattini estampa en primea página la misma cita de Apocalipsis capítulo 17 que utiliza el autor colombiano. Pero hay diferencias entre ambos libros. La obra de Vallejo es testimonial, autobiográfica en gran medida. La de Frattini es informativa. Uno cuenta experiencias, otro aporta investigación, acumula datos y argumentos.
Eric Frattini no es un escritor advenedizo de los que tanto abundan hoy, locos por destacar escribiendo libros de escándalos. No.La hoja de servicios de Frattini impresiona. Ha escrito una veintena de libros, entre los que destacan OSAMA BIN LADEN, LA ESPADA DE ALÁ, SECRETOS VATICANOS, LA SANTA ALIANZA, CINCO SIGLOS DE ESPIONAJE VATICANO, LOS ESPÍAS DEL PAPA, una tetralogía sobre la historia de los más famosos servicios de espionaje (CIA, KGB, MOSSAD Y MIG), CONJURA PARA MATAR A LORENZO DE MÉDICIS y otros. Su obra ha sido traducida a más de quince idiomas.
Aquí,
en LOS PAPAS Y EL SEXO, el escritor italiano nos introduce “en las oscuras estancias papales donde sus huéspedes escribieron historias de conspiraciones, vicio y sexo”. Frattini “sacude lo que desde hace siglos se juzgó como inconcebible en la Iglesia: el sexo puro y duro visto a través de los ojos de 261 pontífices que ocuparon la silla de San Pedro”.
Siguiendo una línea de interpretación marcada por investigadores protestantes, Frattini admite que “clasificar a Pedro como primer Papa en sentido estricto podría ser un error histórico, ya que la posición de este junto a Jesús estaría a un nivel distinto de una posición ministerial”.
Nada feo dice de Pedro, excepto que estaba casado, cosa que sabemos quienes hemos leído los tres primeros Evangelios.
El primer Papa a quien Frattini latiguea con palabras es Dámaso I(366-384). Lo más suave que dice de él es esto: “Organizaba grandes banquetes para agasajar a sus poderosos invitados e incluso se dejaba querer por la esposa de algún noble, cuyo marido deseaba ascender en el círculo eclesiástico”. Otros juicios más siniestros los silencio por considerarlos irreproducibles.
Las últimas páginas del libro están ocupadas por Juan Pablo II, el papa polaco, y por BenedictoXVI, el Papa alemán que actualmente manda en el Vaticano. De Juan Pablo II el autor destaca la estrecha relación que mantuvo con Anna Teresa Tymieniecka, “una bella, menuda y rubia filósofa estadounidense nacida en Polonia, con quien redactó PERSONA Y ACCIÓN, su mayor obra filosófica y centrada en la sexualidad”. Citando al doctor George Houston Williams, que pasó largas horas de conversación con la filósofa, Frattini escribe: “No cabía la menor duda de la relación erótica que se había desarrollado entre ellos. Sí, por supuesto que la hubo. En cierto sentido, Eros es la base de la filosofía. Uno tiene que amar”.
Entre Dámaso I en el siglo IV y Benedicto XVI en el XXI, Eric Frattini documenta 12 papas casados, 7 fetichistas, 22 homosexuales, 10 incestuosos, 17 pederastas, 10 proxenetas, 20 sádicos masoquistas, 9 violadores, 6 hijos de curas, 4 papas hijos de papas y 4 papas padres de papas.
Fuerte, todo muy fuerte, lo sé. La conciencia y la fe del lector católico pueden sentirse lastimadas, pero ahí están los documentos, no he inventado nada, he silenciado mucho. La bibliografía aportada por el autor incluye nueve páginas en letra apretada. Sabe lo que dice.
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