Alex Tylee nos explicaba en la primera parte de esta entrevista algunos de los retos que supone para una persona cristiana con tendencias homosexuales encontrar su espacio en la iglesia. En las comunidades cristianas no es fácil, a veces, explicar una situación personal compleja sin recibir un cúmulo de opiniones que van desde el legalismo a las posturas más liberales.
Desde su aceptación total de la Biblia y el deseo de seguir a Dios,
la autora de “Mi amig@ es homosexual” (Publicaciones Andamio, 2010)* responde a cinco preguntas más en esta segunda parte de la entrevista.
Pregunta.- Pongamos por caso que tenemos un buen amigo que no es cristiano. Hemos tenido buenas conversaciones sobre la fe durante un tiempo, y esta persona está realmente interesada en saber más sobre Jesús. Pero cuando sale el tema de la sexualidad, no sabemos bien cómo afrontar el tema porque este amigo se considera homosexual. ¿Qué le dirías a esta persona que honestamente quiere conocer más sobre Jesús pero que no acepta la postura bíblica sobre la homosexualidad?
Respuesta.- Lo que siempre tiene que quedar claro por encima de todo es la Gracia. Lo bueno sería que en todas las conversaciones hasta este punto la Gracia haya tenido tanto protagonismo que ya sea implícito para esta persona que nadie, independientemente de su sexualidad u otros aspectos, está excluido por definición del Reino de Dios. Si es así, no debería ser difícil de comunicar que una persona no está excluida por su sexualidad.
Ahora bien, cuando nos metemos en aspectos más concretos, el vocabulario que utilicemos será clave (por ejemplo, decir que “la práctica homosexual está mal, no la tendencia homosexual en sí”). Además, la Biblia describe la Gracia en Romanos, un texto que nos ayuda a ver que los homosexuales no son los únicos, que
todos pecaron y han sido destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3). También nos ayuda a devolver la conversación a lo central (la Gracia y Jesús), cuando la conversación deriva en temas secundarios.
P.- Hay muchos libros que hablan sobre la homosexualidad desde una perspectiva cristiana. ¿Qué aporta tu libro a este tema?
R.- Lo que es diferente en “Mi amig@ es homosexual” es que intenta formar directamente a los amigos de personas con tendencias homosexuales. Otros libros tratan muy bien los pasajes de la Biblia que hablan sobre el tema o dan respuestas a personas que luchan con su sexualidad. En mi caso concreto, mientras hablaba con otras personas sobre mis propias luchas, no encontraba nada adecuado que recomendar para gente que quería “ser un buen amigo”, fuera con creyentes o no creyentes.
Creo que la iglesia tiene una responsabilidad como conjunto de ser una familia contracultural que incluya a personas que no tienen familia propia, además de acercarse a los perdidos. La comunidad gay es uno de los campos de misión más descuidados en el mundo occidental. Oro que mi libro pueda ayudar a formar a cristianos a cumplir con su obligación con estas personas.
P.- ¿Qué te sugiere la palabra “sanidad”? ¿Es “ser sano” siempre algo directamente relacionado con el cambio de orientación sexual de una persona?
R.- Cuando se usa la palabra “sanidad” en el contexto de la homosexualidad y el Cristianismo, puede llevarnos a algunas polaridades y expectativas que no ayudan a bien. Puede llevarnos a pensar en blanco y negro, a pensar que sólo hay dos extremos: homosexuales practicantes u homosexuales cristianos que han sido sanados. En realidad, hay un espectro muy amplio entremedio que incluye a personas fieles a Dios que pese a ello siguen viviendo con inclinaciones sexuales hacia personas del mismo sexo (un grupo en el que yo misma estaría incluida).
Creo que la palabra “sanidad” se aplica mejor en un sentido más amplio que incluiría todos los cambios que esperamos ver en una vida en la que el Espíritu Santo está actuando. El Espíritu Santo “nos sana” a todos, en mayor o menor medida, en todo tipo de áreas mientras pasamos nuestra vida aquí. Algunos experimentan un cambio y sienten menos ira por ejemplo, otros lucharán con ello por el resto de sus vidas. Lo mismo se aplica a la envidia, la codicia, el orgullo, la lujuria o la orientiación sexual, a lo mejor. En mi propia vida, no he experimentado un cambio de orientación, pero estoy “sanada” (en el sentido de ser más como Jesús) en varias otras formas. El reto es vivir una vida de fidelidad, sea cual sea el nivel de “sanidad” que veamos en nuestras vidas.
P.- ¿Qué realidades te han ayudado a ti personalmente en tu vida, en el caminar hacia adelante en tu situación personal?
Una cosa que me cuesta especialmente es que a menudo me siento muy aislada por haber tomado las decisiones que he tomado en cuanto a mi sexualidad. Da la sensación que mires donde mires, hay personas en relaciones de pareja homosexuales, tanto dentro como fuera de la iglesia. Cuando me siento así [soledad] voy al Salmo 37 o la historia de Noé en Génesis. EL Salmo 37 me recuerda que el salmista vivió el mismo tipo de frustraciones que yo (aunque por motivos diferentes) y Génesis me da otro ejemplo de un cristiano que hizo algo que todos a su alrededor pensaban que era una locura, pero Noé finalmente fue recompensado por su obediencia.
Amistades cercanas me ayudan de forma muy práctica. Hago todo lo posible para pasar mucho tiempo con amigos cristianos que me den muchos abrazos, amor y apoyo.
R.- Y finalmente, ¿qué le dirías a alguien que está luchando con tendencias homosexuales?
R.- Le diría que no está solo o sola. Que lea Sofonías 3:17, ¡Dios se regocija por ti con cánticos! Que lea el salmo 139, ¡estás hecho de forma maravillosa! Que lea el Salmo 34, el Señor está cercano a los que tienen el corazón quebrado. A veces es difícil para alguien con atracción hacia personas del propio sexo que estas cosas son verdad para ellas mismas. Quiero insistir que realmente son verdad.
Por último, animaría a esta persona a leer el libro y que lo regale a todos sus amigos, así les ayudará a entender su situación y le podrán apoyar mejor.
* “Mi amig@ es homosexual”, de Alex Tylee, se puede conseguir poniéndose en contacto con Publicaciones Andamio: [email protected] o en la web. También puede conseguir el libro en la página web de la editorial, o en su librería cristiana más próxima.
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