¡Qué bello libro! ¡Qué bien escrito! ¡Qué bien ilustrado! ¡Qué bien maquetado! ¡Qué bien editado!
Tres grandes escritores evangélicos de nuestros días se han dado la mano y han unido el pensamiento y el arte en la producción de este libro.
Francisco Royo es guionista profesional. De sus trabajos en televisión destacan series como “MÉDICO DE FAMILIA”, “PERIODISTAS” y la afamada “CUÉNTAME CÓMO PASÓ”. Ha enseñado en Universidades de Valencia y Madrid. Desde su época universitaria colabora con el Grupo Bíblico Universitario. Es miembro de una Iglesia evangélica en Madrid.
José de Segovia es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha estudiado teología en prestigiosos centros de Inglaterra y Holanda. Es autor de varios libros. Si Alfonso Guerra dijo de Fraga Iribarne que tenía el Estado en la cabeza, basta con escuchar una conferencia de Segovia para concluir que de su cabeza cuelga la Biblia y una gran parte de la literatura secular.
Cuando conocí a
Daniel Jándula en Barcelona hace unos tres años le pregunté de qué trabajaba. Respondió: “Soy catador de café”. Yo había oído sobre catadores de vinos, pero no sabía que los hubiera también de café. Acabo de leer que una gallega de 26 años ha sido nominada campeona de España de cata de café. El artículo añadía que cada español consume una media de 600 tazas de café al año. Así estamos de los nervios.
Me he desviado con lo del café. Pido disculpas. De Jándula podría decirse que es una promesa de las letras protestantes en España, pero no sería totalmente correcto. Es más que promesa. Es un escritor cuajado que se expresa con profundidad y elegancia. Al día de hoy ha publicado varias novelas.
Otras dos personas han unido su sabiduría para hacer de este libro una joya: La escritora Febe Solá, magnética, brillante en el diseño y maquetación, y ese gran hombre que está en todas partes, que vale para todo, que sirve a todos, Manuel García Lafuente, coordinador de la edición.
En la introducción a la obra, Jándula deja claro que “la historia del cristianismo ha encontrado ecos sonoros en la historia del cine… yendo desde la figura de Jesús y de la Biblia en el celuloide, hasta la influencia social de la fe evangélica”. Añade Royo que “Las Sagradas Escrituras fueron de las primeras obras dramáticas en ser llevadas a la pantalla, sencillamente porque aportaba a los cineastas materiales que eran no sólo populares sino también dignos”.
Más centrado en el libro que estoy comentando, José de Segovia entiende que “Jesús en el cine ha mostrado siempre, en un sentido, lo peor de Hollywood: sentimentalismo, trivialidad, sensacionalismo y falsedad. Las películas sobre él son, sin embargo, el medio que más claramente ha conformado la idea popular que la mayor parte de la gente tiene hoy sobre el Evangelio”.
“HUELLAS DEL CRISTIANISMO EN EL CINE” es un primor. Bien trabajado. Bien documentado.
A principios de los años 70 una productora cinematográfica alemana realizó un documental sobre la presencia de la Biblia en el cine. Utilizó como base argumental el libro de Werner-Keller “Y LA BIBLIA TENÍA RAZÓN”. Por el documental citado desfilan cinco mil años de cultura religiosa. Los autores venían a decirnos que la Biblia tiene razón también en el cine. El diálogo entre Dios y el hombre cobra actualidad viva cuando se traduce en imágenes asequibles y verdaderas.
Esta es la tarea que realizan Royo, Segovia y Jándula. Pero lo de ellos no es sólo información, es también arte. El mundo del cine, de la fotografía y de la literatura se unen en esta obra con una naturalidad realista, depurada y clara. Las abundantes ilustraciones abren la puerta a la expresividad de forma viva.
El primer capítulo del libro lo escribe Francisco Royo. El autor aragonés trata aquí de
Jesús en el cine, destacando las producciones de Cécil B. DeMille “LOS DIEZ MANDAMIENTOS” y “SANSÓN y DALILA”. También concede espacio al análisis de conocidas películas como “REY DE REYES”, “BEN-HUR”, “LAS CRÓNICAS DE NARNIA” y otras. En este capítulo colaboran Jonathan Gelabert, José de Segovia y Daniel Jándula.
La segunda parte del libro, que abarca desde la página 57 a la 253,
está escrita a dúo por Segovia y Jándula. Páginas repletas de sublimidad, pulcritud y hermosura. Al placer de leer se une aquí el placer de pensar. Los autores hablan y nuestra alma contesta.
Desfilan por este capítulo Martín Scorsese, Buñuel, Juana de Arco, Martín Lutero (“LA REFORMA EN EL CINE”),
Roland Joffé y su película “LA MISIÓN”,
Charles Chaplin, Jacques Tourneur, Michael Curtiz, Orson Welles, Ingmar Bergman, Michelangelo Antonioni, Román Polanski y otros conocidos cineastas.
Cuando el estupendo Daniel Jándula aborda el tema de las películas cristianas advierte que “el deseo de transmitir la fe es algo legítimo, pero evidentemente toda obra creativa que se pone al servicio de un fin deja de ser arte, para convertirse en propaganda”. En este recuadro destaca los documentales realizados sobre Dietrich Bonhoeffer y las películas de Billy Graham.
Cierran el libro largas reflexiones en torno al papel de la música en el cine. Aquí, concluye Jándula, “el cristianismo está presente y sirve de referencia, por encima de acciones concretas, pues en el fondo se conoce que el alma del hombre está reflejada en su música”. Y el cine, como en todos los ámbitos de la vida, no es ajeno a ello”.
“HUELLAS DEL CRISTIANISMO EN EL CINE” está bellamente ilustrado con abundantes fotografías. Yo he contado 263, diseminadas entre las 280 páginas que tiene el libro. Son fotografías de películas, actores, actrices y carteles publicitarios.
He dedicado a este libro más espacio del que suelo conceder en esta sección a otras publicaciones. Me ha “enganchado”. Aún así, no digo ni una cuarta parte de lo que su lectura me ha sugerido. Estamos ante un libro que, como quería Churchill, penetra en el circulo de nuestra vida desde las primeras páginas.
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