Casi todo en la vida de Nina Hagen pueden considerarse extraordinario. Nacida en el Berlín Este hace 55 años, sus abuelos murieron en campos de concentración, su padre fue prisionero de los nazis y su madre, una conocida actriz de la Alemania comunista.
Ella, disidente de la RDA de estética extravagante, se convirtió en la musa del punk en los setenta. Casi muere en un
viaje de ácido y ha tenido experiencias con extraterrestres. Además canta el himno para un equipo de fútbol berlinés (Union Berlin) y
desde hace años ama a Dios por encima de todas las cosas. Lo demuestra en esta entrevista previa a su único concierto en España –que se celebró el pasado viernes en los Veranos de la Villa, de Madrid-, donde presenta su nuevo disco publicado: Personal Jesus, un sorprendente y solvente trabajo de country, blues y gospel dedicado, claro, a Dios.
Pregunta. Ha cantado punk, pop, rock, ópera, jazz y ahora gospel. ¿En qué estilo se siente más cómoda?
Respuesta. Definitivamente en el gospel, porque abarca todo.
P. ¿Se ha cansado del punk?
R. Nunca fui una artista punk. Solo escribí varias canciones punks.
P. Pero la llaman "la madre del punk"...
R. Eso es diferente. Cuando llegué a Londres en 1977 tenía 23 años y los que estaban a mi alrededor, 15 y 16 años, así que era como una madre para ellos. Los cuidaba y me aseguraba que pudiesen hacer música en paz.
P. ¿Por qué un disco de gospel ahora?
R. He pasado dos años orando para hacer un buen disco de gospel. Ahorré dinero, me fui a un estudio de Los Ángeles a grabarlo por mi cuenta, sin saber si le gustaría o no a una discográfica. Al final ha gustado.
P. Y canta mejor que nunca...
R. Muchas gracias [lo dice en castellano]. Yo también lo creo. Soy capaz de usar mi voz mucho mejor que cuando era joven.
P. ¿Es cierto que su madre le dijo, cuando era pequeña, que cantaba muy mal?
R. Sí. Aprendí a tocar la guitarra con 11 años y me solía sentar a imitar voces de diferentes cantantes. Cuando ella entraba en la habitación me decía: "Hija, cantas fatal". Eso me hizo ser mejor cantante.
P. ¿Es su nuevo disco un homenaje a Jesús y a Dios?
R. Sin duda. Siempre lo he dicho: Jesucristo es mi manager. La gente de las discográficas en las que he estado nunca querían que hablase de Dios en las entrevistas ni les hacía gracia que dijese esas cosas, pero es la verdad. Yo pertenezco a Jesús. Ahora más que nunca.
P. ¿Cuándo encontró a Dios?
R. Siempre lo he buscado pero cuando cumplí 17 años tuve una revelación. Tuve una experiencia cercana a la muerte durante un viaje de ácido y le pedí ayuda a Dios. Me hizo caso y cambió mi vida. Entré en la dimensión de Dios, le miré a la cara y Jesús me dijo que tenía que volver a vivir. Dios es amor. Y si vivimos la vida con amor, la vivimos con Dios. La Biblia me ha ayudado mucho.
P. ¿Le lee a diario?
R. Claro. Tengo una preciosa interpretación del Nuevo Testamento, llamada Bienvenido a casa, de un autor alemán, escrita en un lenguaje actual y sobrecogedor. Tengo muchas Biblias pero esta es mi favorita.
P. Se bautizó el año pasado. Un poco tarde ¿no?
R. Lo sé. Hasta que no encontré mi comunidad y mi pastor adecuado en Alemania no me decidí. Tardé tanto porque el cristianismo se ha vuelto loco. Cuando veo a gente que se llama a sí misma cristiana, como George Bush, quedo horrorizada.
P. ¿Escucha cantantes actuales?
R. Últimamente he buscado tesoros en la música gospel, como Rosetta Tharpe.
P. Ha dicho que no le gusta Lady Gaga...
R. No la conozco personalmente, pero sí me gusta. Lo que me duele es leer cosas como las que ella dice: que su música es una mentira. Representa todo lo contrario a lo que yo he hecho. Siempre he tratado de que mi música surgiese de la verdad, de lo auténtico, de lo real... incluso haciendo cosas locas, extravagantes y sexys en el escenario. Pero nunca ha sido una mentira. Lady Gaga es una mujer maravillosa, pero oro mucho por ella para que trabaje en su relación con Dios. Me asusta que haya vendido su arte al servicio de las fuerzas oscuras en lugar de abrazar a Dios.
P. ¿Qué es lo próximo?
R. Solo Dios lo sabe porque Dios y Jesús es mi manager. Y siempre lo será.
Fuente: El País. Edición: ProtestanteDigital.com
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