Orígenes de la obra evangélica nativa canaria

Dicen que el suizo Jacob Burckhardt, historiador especializado en el Renacimiento, afirmó que sólo el conocimiento del pasado nos da la pauta para medir la velocidad y la fuerza del presente.

Este axioma sería de difícil aplicación a los protestantes españoles. Nosotros hemos crecido con fuerza y a relativamente gran velocidad. Pero nuestro pasado es poco conocido. Las vicisitudes de nuestra historia han sido grandes, pero nunca hemos abdicado. Este heroísmo ha sido poco historiado: Claudio Gutiérrez Marín, Samuel Vila, Valentín Cueva, José María Martínez, algo Arturo Gutiérrez, Alfonso Ropero, Juan Antonio Monroy y pocos más. Los grandes hombres de la llamada Segunda Reforma que forjaron con valentía la historia de una época turbulenta, no supieron escribirla, no quisieron o no pudieron.

Llega ahora Agustín Santana para llenar el vacío histórico que existe en torno a los protestantes de su tierra canaria. Y lo hace de manera ejemplar.

La “Historia de los orígenes de la obra evangélica nativa en Canarias” revela al escritor que Santana ha llevado oculto en la parte íntima del ser, balanceado en una memoria fiel. El autor pertenece a esa raza de pastores evangélicos a quienes la fe llevó a mover montañas de dificultades, triunfando sobre las circunstancias contrarias en una sociedad cerrada y hostil. Nombres y hombres que batallaron en primera línea del protestantismo español a partir de los años 50.

Su curriculum es abultado: Graduado en el Seminario Bíblico Latinoamericano de Costa Rica, Master en Teología Pastoral por el CEIBI, profesor en el Instituto Bíblico de Tánger, en el Hogar Bíblico de Madrid, en el Instituto Bíblico de Santa Cruz de Tenerife y en el Centro de Investigaciones Bíblicas. Ha ejercido como pastor en Málaga, Madrid, Santa Cruz de Tenerife y La Orotava. Actualmente preside la Asociación de Ministros Evangélicos de las Islas Canarias.

El libro de Santana se estructura en veinticinco capítulos. Los que abren el libro están dedicados a documentar el trabajo de los primeros misioneros ingleses que llegaron a las islas: Charles Bacrrer y Robert McGarva.

Santana se extiende en destacar la labor de los colportores que entre 1835 y 1935 navegaron las siete islas y patearon sus pueblos ofreciendo Bíblias a los habitantes. Los capítulos tres al once, que se detienen en 1937, forman una monografía histórica de ámbito especializado sobre la colectividad evangélica canaria. En estas páginas abunda la relación de nombres. Aquí aparecen los últimos gigantes de la fe que sembraron la Palabra: Jaime y Elena Carder, Humberto Bartlett, Vicente Phillips, Manuel González, Emiliano Acosta y otros hombres y mujeres.

Hay que agradecer a Santana la cantidad de fotografías que ha logrado reunir y que enriquecen la obra. Se trata de un documento gráfico único y excepcional.

En estos días, cuando tanto se habla de recuperar la memoria histórica, Santana recupera en este libro la de unos misioneros que dejaron huellas en las llamadas Islas Afortunadas, que sembraron con lágrimas lo que ahora otros están cosechando con regocijo.

P.D. Los interesados en el libro pueden dirigirse al autor: Agustín Santana, Apartado 1267, 38007-Santa Cruz de Tenerife. Precio del ejemplar, 12 euros.