Antonio estaba afiliado a la política de izquierdas y Manuel a la de derechas. En los mismos polos estuvieron Miguel Hernández, hombre de la República, y José María Pemán, varado a la derecha. ¿Importan tanto las ideas políticas de un escritor a la hora de juzgar su obra? ¿Tiene colores la escritura? ¿Por qué en la España literaria de ahora mismo se silencia, se ningunea a grandes cultivadores de la palabra por el sólo hecho de no gustar las ideas políticas que mantuvieron? ¿Es justo? ¿Es noble?.
Entre otros escritores silenciados por sus simpatías hacia el régimen que en 1939 ganó la guerra civil –incivil- se encuentra Luis Rosales. La muerte de García Lorca le marcó la vida. En los dos tomos escritos por el irlandés Ian Gibson, “Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca”, el biógrafo del poeta relata los pormenores.
En la mañana del 14 de julio de 1936 Lorca llega a Granada procedente de Madrid. Ya había ruido de tambores. La sublevación de una parte del Ejército, comandada por Franco, era inminente. El 18 de julio se produce lo que llaman Alzamiento Nacional. En realidad se trata de rebelión militar contra los poderes constituidos. En Granada se mata sin juicio a todo el que huele a republicano. En la ciudad de la Alhambra manda la Falange. Lorca está aterrado. Piensa que la próxima vez irán a por él. Por consejo de la familia decide buscar refugio en casa del poeta Luis Rosales. Luis tiene tres hermanos con rango de autoridad en la Falange. Cree que allí estará seguro. Pero no. Lo detienen en la tarde del 16 de agosto. Luis, que no pertenece a la Falange, corre a los hermanos, éstos se entrevistan con el Gobernador civil. Le hacen ver que sería locura matar a un poeta tan conocido dentro y fuera de España. El Gobernador telefonea a la máxima autoridad franquista en Andalucía, el general Queipo de Llano. Nada que hacer. El monstruo dice al otro lado del teléfono: “Que le den café, mucho café”. Es la sentencia de muerte. En la noche del 18 al 19 de agosto García Lorca muere asesinado a tiros.
¿Tuvo Luis Rosales alguna responsabilidad en la muerte del poeta? Rotundamente no. Peleó hasta última hora por salvarle. Los enemigos de Lorca eran poderosos. Lo acusaban ante el Gobernador civil de rojo, comunista, subversivo, de tener montada una emisora en casa de sus padres para comunicarse con Moscú. Mentiras. Todo mentiras. Pero aquel atropello pesó siempre en la memoria de Rosales. “Era consciente de que cuando la calumnia se echa a rodar no hay quien la pare”, apunta Félix Grande. Mantuvo siempre que él y Dios sabían de su inocencia. En una declaración realizada a Televisión española a finales de los años 70, Rosales dejó claro su sentir ante aquella injuria. Dijo: “El hecho de la muerte de Federico fue la toma de conciencia más dolorosa que he tenido con la vida”. El Premio Cervantes que le concedieron en 1982 avivó la cadena de rencores.. “Fue de nuevo víctima de un maltrato indecente”, sostiene el poeta Félix Grande.
Luis Rosales nació en Granada el 31 de mayo de 1910, el mismo año que vino a la tierra Miguel Hernández, sólo cinco meses antes que el poeta de Orihuela.
En la conmemoración del primer centenario de su nacimiento se están celebrando algunos actos, no muchos. Un congreso sobre su vida y su obra tuvo lugar el pasado 6 de abril en el Archivo Histórico Nacional, en la madrileña calle Serrano. Intervinieron los poetas Antonio Hernández, Luis Alberto de Cuenca y Francisco Aguirre. A lo largo de 2010 habrá otros homenajes al poeta de Granada. Amigos suyos quieren que el centenario de su nacimiento sea también el de su resurrección. Restituir el prestigio de quien avanzó líneas maestras de la poesía española que vendría después.
Félix Grande dice de la poesía de Rosales: “Aún no se ha visto por entero la dimensión que tiene. Es un maestro del soneto, de la copla, del romance. Pero además, al final de su vida, inicia su proyecto más ambicioso con “El contenido del corazón”. Es lo que llama su poesía total”.
Rosales fue poeta católico, practicante y hondo en sus creencias.
En tanto que el lenguaje simplemente religioso explora el tremendo misterio del ser o de no ser, del pudo haber sido así o no, el lenguaje creyente añade a esa perplejidad la firme creencia en el Dios infinito, omnisciente, omnipresente y omnipotente.
“Dios es el misterio del mundo”, dice el teólogo luterano Eberhard Jüngel, señalando a los creyentes y a los poetas.
En la poesía de Rosales Dios es existencia, esperanza, participación, espera, consuelo. Dios es algo más allá de lo que puede pensarse.
Ofrezco al lector o lectora de este trabajo un puñado de versos que son la muestra de la primorosa poesía religiosa de Rosales.
MISERICORDIA
Tú sabes que yo nunca he negado el presente,
y el presente eras Tú cuando yo te buscaba
por los rincones de mis ojos heridos,
por la corriente viva de las aguas empapadas de cielo,
y en la nieve;
a Ti, Señor, Amor sin determinaciones,
Presencia sin instante,
a Ti, Señor, en la nieve absoluta.
Nunca en el mar,
porque el mar nos lleva lejos de Ti,
nos aísla, nos hace dioses sobre la arena de la playa,
por su oculto brillar de premura en acopio,
por el ruego sin labios de todos los sentidos;
¡nunca en el mar!
(De su largo poema MISERICORDIA).
UNA NUEVA ESTRELLA
Como un cendal la estrella fugitiva
se levantó en la luz de la mirada
con la extensión del agua sosegada
y el verde silencioso de la oliva.
En la dulce pupila pensativa
nació la luz y se encontró agraciada,
como crece el silencio en la nevada
y descansa en el mar la nieve viva.
Nació de aquel mirar nuestra alegría
-el humano mirar en cuyo vuelo
el silencio de Dios buscaba al hombre-
y una estrella brilló, la que aún nos guía,
la estrella de Belén que está en el cielo
como se forma en nuestra boca un nombre.
(De “Retablo sacro del nacimiento del Señor”).
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