Tubo de ensayoEsta serie de tres artículos constituye, con muy pequeñas modificaciones, la respuesta del autor a la ponencia de Pablo de Felipe presentada en el Primer Forum de Apologética en mayo de 2008. Estas respuestas forman parte de la misma sección denominada "Tubo de ensayo", que coordina el propio Pablo de Felipe, y en la que escriben un grupo de universitarios evangélicos españoles, bajo la denominación genérica de Grupo F&C (Grupo Fe y Ciencia)
“Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente” Gén. 2:7
LA VERDAD ES LA VERDAD
Entre el apartado de las conclusiones, Pablo de Felipe cita que “Ciencia y fe deben evitar dos tentaciones: armonización y confrontación”. Aunque una síntesis perfecta no será posible, ni deseable, como dice F. Collins “a mi me parecía difícil imaginar que hubiera un verdadero conflicto entre la verdad científica y la verdad espiritual. La verdad es la verdad.”
El mismo autor añade su propio testimonio: “encontré en la elegante evidencia de la relación de todos los seres vivos una ocasión para el asombro, y llegué a verlo como el plan maestro del Todopoderoso que hacía que el universo cobrara vida y estableciera sus parámetros físicos de la manera precisa para permitir la creación de estrellas, planetas, elementos pesados y la vida misma. Sin saber su nombre en ese momento, quedé muy a gusto con una síntesis referida en general como evolución teísta, postura que a día de hoy encuentro enormemente satisfactoria”.
El término evolución teísta, que el mismo Collins prefiere sustituir por BioLogos, tampoco es del agrado de Denis Alexander, quien afirma que somos “polvo de estrellas animado”.
Un último comentario en este punto: Una de las razones aducidas para evitar una síntesis, que siempre sería con la ciencia “de ayer”, es el carácter cambiante de las teorías científicas y la aparición de nuevos paradigmas. La física de Newton está “pasada”, pero la fuerza que actúa sobre la manzana al caer sigue siendo la de la gravedad, g. Más pasada está la geometría de Euclides, pero la línea recta sigue siendo la distancia más corta entre dos puntos cualesquiera de esta sala, pese a la curvatura del Universo y a la necesidad de geometrías no euclídeas. Lo que quiero decir con esto es que los nuevos descubrimientos / avances no eliminan ni anulan completamente lo hasta ahora conocido, sino que limitan o acotan su campo de validez y proporcionan una comprensión mayor y mejor del objeto de estudio. En última instancia y para nosotros la verdad es una Persona, que era desde el principio y crea y sustenta la creación.
TITULAR DE PRENSA
En este año, 2008, la discusión sobre el DI ha llegado también a los periódicos de nuestro país. En “Público”, el 18 de enero, el titular es:
“Los eslabones de Darwin no existen”, y el periodista autor del reportaje, Toni Polo, menciona varias reacciones al acto que se celebraba en Barcelona. Para el científico “inquieto” Alfonso Peres, el debate no tiene sentido: “No hablan desde un punto de vista científico. Podríamos estar dándole vueltas a esto tres años y no avanzaríamos nada”. Y es que el DI se ha puesto “más allá de la ciencia”, protegido contra toda eventualidad, como ya ha señalado muy bien Pablo de Felipe en su presentación. Para mi, y por decirlo claramente y con pocas palabras, el DI no es ciencia ni puede ayudar a la ciencia, pues no plantea hipótesis que la hagan avanzar.
En algunos círculos evangélicos el DI se ha considerado como una versión más reciente y potente del creacionismo. En el mismo reportaje, un joven estudiante de medicina agradece las explicaciones que está escuchando y añade “Yo soy cristiano y mi fe me lleva a compartir las tesis creacionistas, que no están demostradas como tampoco lo están las tesis contrarias” (y se equivoca en su apreciación).
La ley del Estado de Arkansas de 1981 hace un útil resumen de las posiciones básicas del “creacionismo científico” diciendo:
- La creación repentina del universo, de la energía y de la vida de la nada
- La insuficiencia de las mutaciones y la selección natural para producir el desarrollo de todos los seres vivos desde un único organismo
- Cambios sólo dentro de límites fijos de las especies de plantas y animales originalmente creados
- Antepasados separados para el hombre y los monos
- Explicación de la geología terrestre por el catastrofismo, incluyendo un diluvio de alcance mundial
- Un principio relativamente reciente de la Tierra y de los seres vivos
Que, por ejemplo, el último punto sea correcto (lo que para la mayoría de los que sostiene esta postura implica unos 10.000 años de edad) es algo que se puede contrastar, y la evidencia, abrumadora, indica que el planeta es muchísimo más viejo. Dentro de la práctica científica, si una determinada teoría científica se considera que ha sido adecuadamente contrastada por la comunidad científica, y hallada totalmente desprovista de apoyos, se considera que es una pérdida de tiempo y de dinero seguir investigando con ella. Eso es lo que ha pasado, en el campo científico (aunque hay otros campos de batalla) con el “creacionismo científico”.
Si no es ciencia, quitémosle lo de “científico”, y como el autor (y otros muchos creyentes evangélicos) también cree en un Dios creador, pongámosle “especial”, porque es especial la interpretación que hacen del texto bíblico (en inglés se utiliza el término
young earth creationist).
Como evidencia esta cita, que aparece mencionada en el libro de D. Alexander, el creacionismo especial, así como el DI, han acudido a los tribunales de los Estados Unidos, buscando un reconocimiento como alternativa científica, y han perdido. ¿Hasta cuándo vamos a asistir a estos espectáculos?
Autor: Enrique Mota es profesor de la Universidad de Valencia y miembro de GBU
Esta serie se corresponde con la intervención del autor en el Fórum de Apologética 2008
Notas: Las citas de Francis S. Collins están tomadas de su libro ¿Cómo habla Dios? La evidencia científica de la fe. Ediciones Temas de Hoy S.A. 2007. El texto que se menciona de Denis Alexander no está traducido y se titula “Rebuilding the Matrix” Lion Pub. 2001.
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