La Alianza Evangélica Española y la Asociación Creyentes Marroquíes (CREMAS) unieron esfuerzos para organizar en Salou (Tarragona), unas jornadas de reflexión en torno al papel de la Iglesia nacional frente a la integración de los nuevos convertidos procedentes de países en el Norte de África, especialmente marroquíes.
Intervinieron en estas jornadas pastores autóctonos, otros extranjeros, misioneros y creyentes de trasfondo musulmán.
La Alianza ha tenido el acierto de publicar este Cuaderno con las principales ponencias. Aquí escriben algunos de los que participaron en las jornadas. Hecho a faltar breves datos biográficos de los autores. ¿Descuido o intención de proteger las figuras, sobretodo en el caso de los convertidos procedentes del Islam?.
Abre el Cuaderno el pastor y misionero J. Miguel Juez. Para él, “ha sido revelador descubrir la ignorancia o desconocimiento mutuo. Algunos se sorprendieron de encontrar cristianos firmes y fieles –ex musulmanes- que podían emocionarse en el espíritu cuando se cantaba y alababa al Señor”.
En un trabajo de 8 páginas, Federico A. Bertuzzi concluye su ensayo con unas consideraciones que tocan las fibras más sensibles del cristiano comprometido. El largo párrafo que transcribo debe conducirnos a la reflexión. Dice Bertuzzi: “Nuestra geografía peninsular es “invadida” por una creciente ola de inmigrantes que, procedentes de los más diversos puntos del orbe, llegan a nuestras tierras procurando materializar su “sueño” europeo, dando la espalda a la miseria, privaciones, injusticias, falta de libertades, etcétera, que los acosaban en sus respectivos países de origen.
Y un porcentaje significativo de ellos son “moros”, con los que hemos sostenido una rivalidad visceral por siglos. A la luz de la Palabra de Dios, ¿cómo los miraremos de aquí en adelante? ¿Cuáles habrán de ser nuestras relaciones con ellos? Podremos demostrar que como Iglesia tratamos al extranjero mejor que los judíos de antaño?”.
Para el teólogo canario Natanael Frugoni, “la Iglesia étnica gitana no es toda lo que el panorama evangélico español nos está ofreciendo. También hemos visto surgir delante nuestro, y prácticamente sin participación de las iglesias evangélicas españolas, toda una serie de iglesias étnicas: Rumanos, Argentinos, Africanos, Sub-saharianos, Ingleses, Suecos, Alemanes, Daneses, Coreanos y hasta Chinos…. Podemos simplemente aceptar el hecho incuestionable de que están ahí y de que crecen, o precisamente cuestionar lo que está ocurriendo. Divididos por razones culturales, divididos por premisas étnicas, divididos por posiciones teológicas, ¿es esta la Iglesia de Cristo?”.
Tres cristianos de origen musulmán escriben en el Cuaderno de la Alianza. Para Joussef Al Jabiri “no fue Dios quien creó las fronteras, ni Él creó las naciones y las separaciones de naciones. Dios no creó las banderas. Dios creó un solo mundo y un solo hombre. Dios creó la humanidad y una tierra donde puedan vivir los hijos del hombre”.
Onahid Katache entiende que “el inmigrante no puede integrarse en ninguna sociedad, porque está atado a su cultura, su tierra, su religión, y como cristianos todos hemos tenido una atadura igual hasta que nos liberó Cristo”.
Finalmente, Abdelahaziz Zagzag, en el análisis que hace sobre las objeciones del Islam al Cristianismo, señala que es obvio que la manera de vivir de algunos supuestos cristianos ha creado una confusión tremenda y ha dañado la imagen del verdadero Cristianismo”.
Lo único que no me gusta de este magnífico y bien documentado trabajo es esa entradilla en primera página, que yo aborrezco por principio, en la que se prohíbe “la reproducción total o parcial sin la autorización de los editores”.
Tres objeciones: ¿Prohibía Cristo la reproducción de sus discursos?
¿No pide Pablo que la Palabra divina corra y sea glorificada?
Y tercera: Si yo hubiese respetado esa prohibición no habría escrito esta crítica literaria.
NOTA
Pueden adquirir este Cuaderno a través de la web de la Alianza Evangélica Española:
www.AEEsp.net
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