Dietrich Bonhoeffer (I)Soy consciente que escribir sobre Bonhoeffer no es fácil cuando se viene de un ambiente conservador baupen(1), donde los problemas sociales no tienen tanta trascendencia e importancia. Parece que eso no hace parte de la teología baupen ni mucho menos para un teólogo. Pues en las iglesias no se discute sobre la violencia, la globalización, etc. Ni muchos se ven manifestaciones de creyentes conservadores. En este contexto eclesial podemos percibir los efectos de la globalización, del neoliberalismo, al igual que en el orden secular de nuestros países juegan un papel pasivo, en el sentido de ser receptores de los criterios y decisiones de los que dominan el mercado mundial, de la misma manera nosotros como iglesias cristianas (de tradición conservadora, neo pentecostales, baupen, etc.) latinoamericanas y del mundo somos receptores pasivos de las decisiones que a nivel general toma el Estado.
Gracias a Dios, hay un remante, entre los baupen, afirmaba en mi artículo titulado DESAFÍOS TEOLÓGICOS PARA UNA ELESIOLOGÍA MISIONERA CONTEXTUAL publicado por
Signos de vida, allí citaba como ejemplo a personajes importantes de nuestro ambiente baupen; pues pensé que habíamos empezado la tarea de reflexionar como cristianos desde nuestro contexto conservador (…).(2) Pero me defraudaron posiblemente por el temor de ser acusados por los demás líderes y hermanos baupen. Ellos enviaron un comunicado a la revista
Signos de Vida manifestando que no eran parte de ese remante que el autor trata de reivindicar.(3) Creo que esta actitud deja mucho que desear y me pregunto ¿Si no son teólogos de opción por los pobres, ecuménicos, que luchan por los excluidos, cómo pueden participar en organismos que luchan por ellos? O sencillamente son teólogos pasivos, sofistas, oportunistas, que se yo. Creo que ellos son teólogos aficionados del discurso: sofistas, no teólogos que reflexionan desde la praxis.
Más que una teología aficionada o como se le llame, necesitamos una teología pastoral comprometida con la acción, que pueda ser interpretada y comprendida por nuestra comunidad. No una teología sofista o estoica como modelo imperialista, sino más bien, una teología desde y para nuestra comunidad. Tal tarea no se puede realizar sino no hay una reverencia y vivencia de los valores de la Palabra de Dios, la cual nos guiará a realizar la tarea pastoral. Creo que esa teología se hace con pasión por el otro, pasión que surge del meditar la Palabra de Dios, orar y hacer justicia es clave en el pensamiento teológico de Bonhoeffer.
Por ende, este autor para mi significó una ayuda muy importante a la hora de evaluar mi propia forma de hacer teología y sobre todo responder a los problemas que giran alrededor de los que no tienen voz. Ana Moravska afirma que “Bonhoeffer es estimulante porque se atrevió a pensar lo que constituye nuestros problemas, a saber, cómo encontrar a Cristo en mundo secularizado” y sobre todo cuando tratamos de crear fronteras entre cristianos y no cristianos, entre los que siguen haciendo camino desde la discusión entre si sos teólogo cristiano o no cristiano, si sos teólogo conservador, progresista, ecuménico o liberal.(4)
LA FE EN BONHOEFFER
Para este autor su fe es algo concreto que mantiene la realidad entre Dios y el mundo en que nos movemos. Es en este mundo que los cristianos pueden manifestar sus valores del nuevo Reino. En esa realidad del mundo que está oculta la verdad de Dios así como Jesucristo es hasta la cruz. Agrega Dumas “(…) en la que Jesucristo sólo salva asumiendo como hombre la libertad. La estructura de la vida responsable se distingue por: tenerse por responsable de nuestros semejantes, comportarse de manera conforme a la realidad, asumir la falta y la libertad. Por último asumir el riesgo de una decisión concreta. Es la manera secular de descubrir a Cristo, el prójimo, el encarnado, el agobiado y el decidido. De esta manera, Bonhoeffer nos habla de la realidad del ser humano sin abandonar la misión de Cristo y viceversa.”(5)
La fe no es algo estático sino dinámico que se vive en el día a día, que está enraizada en las relaciones humanas aquí abajo. El mundo es parte del ser humano, no podemos aislar de la fe los problemas que se viven los que habitan este mundo. Desde esta perspectiva el mundo le plantea un problema apologético al teólogo pastoral ¿cómo vivir la fe cristiana hoy en mundo que es nuestro? Y ¿dominado por unos pocos? ¿Cómo predicar a Cristo en mundo siendo nuestro es dominado por los países imperialista? Ahora bien todos afirmamos que tenemos una fe que puede ser natural, aprendida, pero no una fe revelada. Yo afirmo que esa fe que no hace realidad los valores del Reino es una fe estática y religiosa, pero esta puede ser el comienzo de una auténtica fe cristiana. Pero no una fe que busca sus propios acomodos como las que pululan en los
reality de
show “pare de sufrir, del pacto, de la siembra” esa fe para fines ajenos a los que se desprenden del hecho supremo de Jesucristo, son actitudes ajena a la vida, al pensamiento y a la praxis de quien sintió que debía actuar plenamente en las tensiones de la vida secular pero con una madurez de fe tal que como pocos lo hizo aprehender el hecho de Cristo.
VIDA Y TEOLOGÍA EN BONHOEFFER
Nuestro autor después de haber cursado teología en Tubingan y Berlín, donde se doctoró en 1927. Se traslada a Barcelona y acepta pastorear la comunidad luterana de habla alemana. Esta experiencia pastoral le deja una huella que él mismo expresa: “Mi teología comienza a hacerse humanística”. Le impresiona la condición de la gente barcelonesa: sus costumbres, su sencillez, su honradez, la ausencia de crispación. Pero también le entristece cierto clero que solo se encarga de satisfacer los deseos de la clase dominante.
Por eso, se interesa por un clero de poca cultura, que solo desea ser la voz de los que no tienen voz. Es allí donde surge su proceso de transformación de ser un teólogo académico a un cristiano confesante que vivió su fe a favor de la vida. Buscó junto con el prójimo consolar y anunciar el evangelio de Jesucristo.
Sin duda su testimonio es de vida y teología. Un creyente consecuente con su fe como seguidor de Jesús, con su convicción del valor cristiano de lo terrenal y de lo humano. Es un ser humano para los demás. Aconsejaba a la Iglesia a mejorar en su discurso y buscar un lenguaje nuevo que fuese comprensible para el ser humano de hoy. También exhorta a ver y a escribir la historia, la teología, desde abajo, desde la perspectiva de los excluidos, marginados y oprimidos.
Todo esto me lleva a considerar que el derecho a la vida y a la libertad es un compromiso de todos. Un compromiso que exige amor entrega por los que sufren en nuestra sociedad como lo hiciera Bonhoeffer. La declaración de los Derechos Humanos dice: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona..., nadie estará sometido a secuestro, marginación o trato inhumano. ¿Por qué hay tantas muertes violentas? ¿Por qué hay tantos que no gozan de la vida y la libertad en nuestro país?
El derecho a la vida está declarado por la legislación mosaica en el quinto mandamiento, cuando dice:
No matarás. (
Ex 20:13). Pero, además de prohibir la violencia, el quinto mandamiento, considera como irrespeto a la vida y enemigo de ésta: el adulterio, el robo, la codicia, la extorsión, el secuestro, la droga, el aborto, entre otros. En resumen cualquier acto violento que atente con la vida, se constituye otro enemigo, es el clima de violencia que actualmente se vive en Colombia (FARC) como en otros países del primer mundo (España: ETA) y con un agravante que es la complicidad de los ciudadanos, por negligencia o por miedo que no se atreven a denunciarlos.(6)
El próximo domingo concluiremos esta reflexión, viendo cómo l
a fe en Bonhoeffer implica una toma decisión
1) Esta sigla se usará como seudónimo para referirme a comunidades evangélicas de origen conservador y neopentecostales. Es decir, en estas iglesias hoy conviven una mezcla de doctrina conservadora y neopentecostalismo, que se refleja en el fuerte énfasis en la sanidad, expulsión de dominios, apostolados, etc.
2) Luis Eduardo Cantero, “Desafíos teológicos para una eclesiología misionero bautista contextual”, en Signos de Vida # 39 (2006), p. 7.
3) Carta enviada a la dirección de la revista para manifestarse en contra del artículo: publicado a Luis Eduardo Cantero, “Desafíos teológicos para una eclesiología misionera bautista contextual” en revista Signos de Vida No. 39 (2006), CLAI, Quito, Ecuador, 7 de junio de 2006.
4) Alfredo Tamayo A, “La pasión por lo secular de Dietrich Bonhoeffer” en El ciervo, año LV, junio # 663 (2006), p. 34.
5) Andrés Dumas, Una teología de la realidad: Dietrich Bonhoeffer, Nueva Biblioteca de Teología, Descleé de Brouwer, Bilbao, España, 1971, p. 36.
6) Luis Eduardo Cantero, ““la situación de violencia en Colombia”, en Interacción Revista de comunicación educativa, # 45, 2006, CEDAL, Bogotá, pp. 38 – 40.
http://interaccion.cedal.org.co/documentacion.htm?x=20153813&cmd%5B126%5D=c-1-%2745%27
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