La memoria de Sau

Fuimos a Sau -Sant Romà de Sau-, el viaje era largo pero no importaba porque para nosotros por mucho que durara siempre teníamos más ganas de autocar.

Se habían iniciado las obras del pantano de Sau o estaban a punto de empezarse -no lo recuerdo con precisión-. Desde la cima de se veía el valle verde y frondoso como casi todos los alrededores y el pueblo al fondo con su iglesia románica del siglo XI y el campanario de tres niveles.
-Van a construir un pantano -dijo alguien- y este valle se llenará de agua.
-Y la gente del pueblo... ¿qué?
-Tendrán que salir de aquí. Los llevarán a uno nuevo muy cerca.
-Pobre gente, toda la vida han vivido ahí y los van a sacar de sus casas, aunque les den otra nunca será lo mismo.
-Dicen que el agua llegará a cubrir la torre de la iglesia.

El pantano se construyó y fue inaugurado. Desde entones ha sido crucial en el suministro regular de agua a toda Cataluña por más de cuarenta años y esperemos que continúe así.

Alrededor del embalse se ha desarrollado el turismo, club náutico, exhibiciones de hidroaviones de aeromodelismo y demás actividades lúdicas. El agua aportando vida en muy diferentes manifestaciones.

Hace pocos días quise ver de nuevo el pantano y me encontré con un paisaje sobrecogedor, allí estaban la torre, la iglesia, el cementerio y las casas del pueblo, todo afectado por el agua y con una belleza triste.

La tierra árida y pelada, tan sólo se mantenían unos pocos árboles que no se entiende cómo sobreviven. No sé si fue el frío pero recordé detalles del antiguo entorno y vivencias de aquella excursión.

Ahora el pantano no es una cisterna rota, sino una en perfecto estado que no sirve de nada si el cielo no envía agua.

Unos pocos se sacrificaron -voluntariamente o a la fuerza- por los muchos.

Aquellas aguas han sido de verdad vivas para la gente pero, si el cielo no manda agua, nada vale nada

Jesús dijo a la samaritana: Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. - Juan 4:13-14