Fe con razón

El creyente, tarde o temprano, descubrirá la existencia de la Razón y de argumentos “razonables” que parecen cuestionar algunas afirmaciones de su Fe.

No debe ignorarlo. Si lo hace, pagará un alto precio de oscurantismo que no va a reforzar su fe, sino al contrario, le introduciría en el mundo de lo mágico, de la credulidad. No tiene sentido practicar una huída hacia delante respecto a la Fe. Como si por añadir más fe a la Fe, ésta acabara teniendo la razón, aunque no la tuviera. Sería como lo que hace la Evolución ante la dificultad de que ocurra espontáneamente algunos de sus asertos: añadir años y más años al proceso, como si por ello el azar llegara a poder tener la suficiente probabilidad de acertar.

Ante el encuentro con la Razón, el creyente deberá investigar y pensar. Verá que también tiene bases razonables para su Fe, que habrá cosas que podrá argumentar. Pero también aprenderá que hay otras que no sabrá ni podrá explicar. Que no sepa explicar algo no obliga a que sea falso o que esté necesariamente equivocado, pero sí que está limitado para entenderlo todo (cosa que se da en otros ámbitos del mundo físico, también).

El ser humano, no creyente, que se afana en apoyarse en su razón, llegará un momento en que descubrirá también la existencia de la Fe. Que hay cosas que no puede razonar, que se escapan al ámbito de la investigación humana, pero que por la Fe se pueden aprehender y hacerlo con sentido.

No debe ignorarlo. Si lo hace pagará un alto precio de pérdida de las cosas que necesita, pero que se aceptan por Fe. Una huída hacia delante en la Razón no tiene sentido, pues hay realidades que están aunque cueste de entenderlas. Una cosa es ser crédulos, otra negar que haya bases para la Fe, la fe en Dios por ejemplo y en su Hijo Jesucristo.

Ante el encuentro con la Fe, el incrédulo debiera investigar y pensar, y reconocer el marco limitado en que se mueve la razón, incapaz de aportar la clave a otras dimensiones válidas de la vida humana, como, por ejemplo, el amor. ¿Se puede razonar el amor?

La Razón hace un favor a la Fe, para evitar creer tonterías. La Fe le hace otro a la Razón dando contenido a lo que intuye pero no puede verificar, pero sí creer. Pues, lo incomprensible no es sinónimo de falso, lo indemostrable de innecesario.

Carlos

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Nota de la Redacción: esta serie póstuma de Carles Pujol corresponde a artículos que fue escribiendo en el proceso de su enfermedad, para guardarlos y enviarlos cuando no pudiera escribirlos. Los publicamos en homenaje a él y como legado para todos los lectores, agradeciendo a su familia el habernos dado esta opción con su generosidad.