Institución de la religión cristiana: 470 años (II)Calificada por Dilthey como “la exposición literaria y científicamente más perfecta del cristianismo desde sus orígenes”,(1) esta obra, como toda obra maestra de un gran escritor, tiene una historia fascinante y enriquecedora. Apareció por primera vez en marzo de 1536 en Basilea. Calvino estaba por cumplir 27 años y se había refugiado en esa ciudad para dedicarse al estudio y para defender por escrito a sus hermanos franceses perseguidos.
En esta primera edición, la obra, escrita en latín, se divide en seis capítulos:
I. De la ley, una explicación de los Diez Mandamientos.
II. De la fe, explicación del Credo Apostólico.
III. De la oración, exposición de la Oración del Señor.
IV. De los sacramentos.
V. Declaración de que los cinco restantes sacramentos católicos no lo son.
VI. De la libertad cristiana, de la autoridad eclesiástica y de la administración política.
Se trata de una exposición sencilla de los principios fundamentales de la fe organizada de la manera tradicional que resume las doctrinas esenciales de la naciente fe reformada. En palabras de Leonard, se trataba que "después de la liberación de las almas (por Lutero) se fundara una civilización [...] Estaba reservado al francés y jurista Calvino el crear más que una nueva teología un hombre nuevo y un mundo nuevo".(2)
Tal como lo expresaba él mismo en la Epístola que aparece como prefacio, dirigida al rey Francisco I de Francia, que además de pretender justificar a los protestantes acusados de doctrinas perversas, exponía, más que un sistema, una vida experimentada por un alma profunda y ardiente. La carta al rey está fechada el 23 de agosto de 1535. La segunda edición, publicada en Estrasburgo, conservó el contenido esencial de la primera y está marcada por el profundo acercamiento de Calvino a la carta a los Romanos, a los Padres de la Iglesia, y a los escritos de Lutero, Melanchton y Bucero. Esta nueva edición, de agosto de 1539, expone en su "Epístola al lector" los motivos de la nueva edición: básicamente “preparar e instruir a los que se querrán aplicar al estudio de la teología que fácilmente puedan leer la Sagrada Escritura y aprovecharse de su lección entendiéndola bien”.(3)
Los seis capítulos de la edición de 1536 aumentaron a 17: Del conocimiento de Dios; del conocimiento del hombre y del libre albedrío; de la ley; de la fe; de la penitencia; de la justificación por la fe, y de los méritos de las obras; de la similitud y diferencia del Antiguo y Nuevo Testamentos; de la predestinación y providencia de Dios; de la oración; de los sacramentos; del bautismo; de la Cena del Señor; de la libertad cristiana; de la autoridad eclesiástica; de la administración política; de los cinco sacramentos falsos y de la vida del hombre cristiano.(4)
La tercera edición latina apareció también en Estrasburgo en marzo de 1543, cuando Calvino ya estaba de nuevo en Ginebra. En la nueva edición, Calvino le dedica a los temas eclesiásticos tres veces más extensión que en las dos anteriores. Agregó capítulos sobre los votos monásticos (IV) y las tradiciones humanas (XII), y amplió notablemente el capítulo sobre el bautismo (XVII). casi la cuarta parte de la obra es nueva.(5) La cuarta edición latina apareció en Ginebra a comienzos de 1550; en ella el autor agrega numerosas citas de los padres antiguos para apoyar su argumentación. Trata más ampliamente la doctrina de la Biblia, la cuestión de los santos e imágenes, y, en el capítulo XIII habla ampliamente sobre la conciencia. Los capítulos se dividen en secciones, para una lectura más fácil. Esta misma edición se imprimió en 1553 por Roberto Stephanus en Ginebra, siendo la mejor de las ediciones, porque por primera vez trae las citas bíblicas completas (con versículos, una innovación para la época).
La quinta y última edición en latín, base de todas las versiones en otros idiomas (excepto el francés) fue publicada por Stephanus, en Ginebra, en 1559.
Fueron días difíciles para Calvino, quien aun estando enfermo revisó completamente la obra, dándole un orden nuevo que es la admiración incluso de sus detractores. La obra quedó dividida en cuatro libros, divididos en 80 capítulos, de la siguiente forma:
I. Del conocimiento de Dios (caps. 1-18).
II. Del conocimiento de Dios Redentor en Cristo; el cual ha sido manifestado primeramente a los Padres debajo de la Ley, y a nosotros después en el Evangelio (caps. 1-17).
III. Qué manera haya para participar de la gracia de Jesucristo, qué provechos nos vengan de aquí, y de los efectos que se sigan (caps. 1-25).
IV. De los medios externos o ayudas de que Dios se sirve para llamarnos a la compañía de Jesucristo su Hijo y para entretenernos en ella (caps. 1-20).
Los libros I y II forman la tercera parte de la obra, los libros III y IV otra tercera parte cada uno. Aproximadamente la cuarta parte del contenido total es completamente nueva. Las características de esta edición definitiva son cruciales: por un lado, toma en cuenta las controversias teológicas de la época y refuerza las posiciones protestantes frente a las católicas y de los demás grupos disidentes. Calvino escribe para los nuevos pastores, dotándolos de un arma valiosísima para su tarea. Además, incorpora, por otro lado, los resultados de sus propios estudios bíblicos: el estudio de la Biblia le sirve para establecer la verdadera doctrina: la Institución se convierte en una “teología bíblica” que pone en orden todos los conocimientos de acuerdo a la sistematización del autor.(6)
La primera edición en francés, aparecida en Ginebra en 1541, lleva como título completo: Institution de la religion chrestienne, “en la cual se comprende una suma de piedad, y casi todo lo que es necesario a conocer la doctrina de salud. Compuesta en latín por Jean Calvin, y traducida en francés por él mismo”.(7) La "Epístola al lector" se convierte, en esta traducción en un "Argumento del presente libro", que presenta a la obra como guía para el estudio de la Biblia. Más tarde, cada edición latina es seguida por una traducción francesa revisada, de la siguiente forma:
3ª edición latina, 1543 Francés, 1545
4ª edición latina, 1550 Francés, 1551, 1553, 1554, 1557
5ª edición latina, 1559 Francés, 1560
La intención de esta traducción fue que pudiera llegar a todos los fieles, lo cual habla de un optimismo extraordinario sobre la capacidad y el juicio de la mayoría de la iglesia. Su opción propiamente fue “hacer llegar la teología al pueblo” sin temor, puntualizando con ello uno de los postulados fundamentales de la Reforma: el acceso de todos a la Escritura y a la reflexión cristiana.
Por todas partes se extendió la
Institución, mientras tanto: se tradujo al italiano en 1557-58, al inglés en 1561, al alemán y castellano en 1597, al holandés en 1614 o 1617, al griego en 1618 y aun al árabe.(8)
La que más nos interesa, en castellano, la realizó nada menos que Cipriano de Valera, cinco años antes de publicar la revisión de la Biblia del Oso, de Casiodoro de Reina. Algunos suponen que fue don Francisco de Enzinas quien tradujo primero la Institución. Dicha obra, abreviada, aparece en el Index de libros prohibidos por el papa Pío IV en 1564. Pero otros estudiosos dudan mucho de la identidad de la traducción.
(1) Wilhelm Dilthey, Hombre y mundo en los siglos XVI y XVII. México, FCE, 1978, p. 239.
(2) E. Leonard, Historia general del protestantismo. Tomo 1. Barcelona, Península, 1967, p. 263.
(3) B. Foster Stockwell, “Historia literaria de la Institución”, en J. Calvino, Institución de la Religión Cristiana. Trad. de C. de Valera. Reproducción facsimilar de la edición de 1598. Buenos Aires-México, La Aurora-Casa Unida de Publicaciones, 1952, p. X
(4) Stockwell, op. cit., pp. X-XI.
(5) Ibid., pp. XVI-XVII.
(6) Ibid., pp. XVIII-XIX.
(7) Ibid., p. XX.
(8) Idem.
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