Eva López lleva muchos años acompañando a jóvenes. Tiene pasión por entenderles y acompañarles de una forma que sea transparente. Cree que los adolescentes tienen un “agudo olfato para detectar la hipocresía” y que lo usan al buscar modelos de personas adultas en las que fijarse.
Ha publicado este año su primer libro,
“Tiempo Libre, ¿lo disfrutas?”* (Publicaciones Andamio, 2010), dirigido directamente a ellos, que tienen que tomar todo tipo de decisiones en un momento clave de su vida. Hemos hablado con Eva sobre el libro y su visión de la vida de los adolescentes, y aquí van la primera parte de sus respuestas.
Pregunta.-- Tiempo libre, es la parte del día que los estudiantes de instituto más valoran, ¿no?
Respuesta.- En general, yo diría que sí. El tiempo que dedican a su “obligación” diaria, es decir, asistir a clase, estudiar y hacer las tareas en casa, la mayoría lo vive o percibe como un tiempo poco gratificante:
“Estudiar, ¿para qué?; no entiendo lo que me explican en clase y no le veo utilidad a mi vida presente”. Por eso idealizan el tiempo de ocio, principalmente, los fines de semana. El tiempo libre se convierte en sinónimo de “tiempo en el que hago lo que yo quiero, y no lo que me mandan”; pero eso no deja de ser pura idealización.
De todas formas, esta sobrevaloración del tiempo libre no solo le pasa a los adolescentes o jóvenes en general, también le pasa a la generación adulta que trabaja para ganar dinero y luego gastarlo en el tiempo de ocio. En esto tenemos mucha responsabilidad como adultos porque se espera que seamos buen ejemplo.
Parece que todo se acelera, los nuevos mundos en internet, la televisión TDT y la explosión de canales, nuevas formas de relacionarse, etc. ¿Cómo te atreviste a escribir un libro sobre cosas relevantes que afectan a adolescentes menores de 18 años, teniendo en cuenta la velocidad con la que cambia todo?
Es cierto, todo va tan rápido que lo que hoy es actual y está “en boca de todos”, mañana está completamente desfasado y suena a prehistórico, y con los adolescentes esto aún es más acentuado. Hoy les mencionas a un grupo de música que está súper de moda y “conectas” con ellos, pero dentro de unos meses no te sirve como ejemplo.
En el libro he intentado no extenderme demasiado en la parte que tiene que ver con las tecnologías de la información, internet, ni mencionar nombres comerciales que hoy existen y son muy conocidos (Messenger, Facebook, Tuenti, etc.), pero dentro de unos años, lo que estará de moda posiblemente sea otra cosa. Al principio intenté no profundizar demasiado en esa área, pero luego me di cuenta que eso es una parte importante del ocio de los jóvenes, y que si queríamos escribir algo relevante y actual para la presente generación de adolescentes (y adultos interesados), había que “arriesgarse”. De todas formas, el libro va mas allá de las cosas que son actuales en estos momentos, y reflexiona en cosas que son atemporales; y es que el corazón del ser humano, con sus frustraciones, anhelos y esperanzas, no cambia con el paso del tiempo. Por eso la Palabra de Dios sigue siendo válida y actual para cada uno de nosotros.
Tengo que dar todo el reconocimiento al GBE y a la línea editorial YAM! por su apuesta valiente y por su visión estratégica de invertir con los ojos de la fe y no con criterios humanos o comerciales. Publicar libros con una temática actual, contrastada y expuesta a la luz de la Palabra de Dios, y escritos pensando exclusivamente en un público muy joven (no olvidemos que ellos manejan dinero, pero no se lo suelen gastar en libros), es sin lugar a dudas una inversión y nunca un negocio. Así que si eres padre o madre, trabajas con gente joven, o simplemente el Señor puso sensibilidad en tu corazón por los jóvenes, apoya iniciativas como ésta; compra y regala libros, porque esa es la forma de que en el mercado cristiano se amplíe la oferta de materiales de este tipo.
El libro está escrito como una conversación con el lector, de una forma personal desde la primera página, ¿a quién te diriges, quién tenías en tu mente mientras escribías el libro?
Sin duda a los chicos y chicas que conozco por a mi colaboración con el GBE (Grupos Bíblicos Estudiantiles), algunos ahora son adolescentes, pero otros ya son jóvenes más mayores que tuve el inmenso privilegio de conocer cuando comenzaban sus años de adolescencia. Muchos de ellos han dejado una profunda huella en mi vida y Dios los usó para bendecirme.
Si algo le aburre a un adolescente, desconecta rápidamente. A la hora de escribir el libro no podía confiar en mi ingenio ni pretender resultar graciosa, básicamente porque no sé hacerlo y el resultado sería deplorable. Opté por ser natural y hablarles de forma personal y directa porque es como yo les hablo cuando estamos en una reunión, taller o una simple conversación privada. Me esforcé por ser yo misma, de forma que los que lean el libro y me conocen de los campamentos y de otros encuentros puedan reconocerme y decir: “ah!, sí, ésta es Eva”.
¿Cómo pasan la mayoría de estudiantes sus horas de ocio? ¿Ves diferencias entre chicos y chicas?
Un buen porcentaje de jóvenes pasa gran parte de sus horas libres en su habitación delante del ordenador, ya sea con videojuegos (esto es más frecuente entre los chicos), chateando con los amigos a los que posiblemente acaba de ver, cotilleando las fotos y comentarios de sus cientos de “amigos” cibernéticos por el Tuenti o el Facebook, mirando videos, descargando música, pelis o series de TV.
Los fines de semana es cuando se sale de casa y se pasa con los amigos. El sábado por la mañana y parte de la tarde, se aprovecha para ir de tiendas, a ser posible con la mamá porque es la que paga generosamente. Por la noche es cuando se estrena la ropa que te has comprado esa misma mañana.
Los expertos hablan de que el tiempo de ocio para los jóvenes es un tiempo unificador entre ambos sexos, porque no hay diferencias significativas entre los chicos y las chicas. Ambos beben la misma cantidad de alcohol, fuman lo mismo, suspenden igual en clase, y son igual de consumistas (ellas compran ropa y calzado; ellos gastan el dinero en videojuegos y aparatos electrónicos).
Amigos, salir de fiesta, sms´s, Facebook, deporte. De fondo a todas estas actividades de ocio están las relaciones personales. ¿Es lo más importante para un adolescente el relacionarse con otros?
Sí, desde luego. En la adolescencia esta necesidad de estar con los pares (con los que son iguales a ti, no tanto en edad, sino en cosas en común, personas con la que de alguna forma te identificas) se acentúa. En general para la gente joven es muy importante sentir que formas parte de un grupo, que te tienen en consideración, que eres visible para alguien. Un adolescente está formando su identidad y su autoestima dependerá mucho de la información que de si mismo le devuelva ese grupo de amigos. Por eso no importa tanto lo que se hace en determinado momento cuando se está con los amigos, la actividad en sí misma es lo menos importante.
De todas formas, no olvidemos que las relaciones personales no dejan de ser una necesidad intrínseca al ser humano. En una sociedad tan acelerada, complicada e impersonal como la nuestra, lo que verdaderamente cuenta son las relaciones de calidad e intimidad que podamos tener. Prueba de ello es la cantidad de adultos que pasan un montón de tiempo en el Facebook. Lo de las redes sociales no es para nada exclusivo de los jóvenes.
(La segunda parte de esta entrevista, pronto en este magazine)
*“Tiempo Libre, ¿lo disfrutas?” de Eva López, se puede conseguir poniéndose en contacto con Publicaciones Andamio: [email protected] ó tel. 93 432 25 23
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