Parece que la cosa va

Un amigo nuestro, este un pastor un tanto aquejado del mal de la premura, oraba asi: «Yo sé que para ti, Dios, mil años son como un día, pero para mí no; así es que, por favor no tardes demasiado en contestarme». (A veces nosotros, quizás recordando que nuestra vida es como una neblina que se aparece por las mañanas y que el sol con sus primeros rayos se encarga de hacer desaparecer, nos sentimos tentados a imitar a este querido orante.)
En mayo de este año de 2010 retomamos en ALEC, Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos, un contacto que habíamos establecido el año anterior con el Seminario Evangélico de Puerto Rico. Contacto con miras a llevar a ALEC a una instancia educativa universitario-teológica.

Antes de seguir, quiero decir que con cierta regularidad recurro a este tema por a lo menos dos razones: una, porque soy el director ejecutivo y parte de mi trabajo es mantener la llama viva; el fuego ardiendo y para eso, nada mejor que estar diciendo públicamente estas cosas; y dos, para que personas que de vez en cuando nos escriben requiriendo información sobre ayuda que podamos brindarles para plasmar su inquietud de escritores aun no realizados sepan algo que otros ya conocen. Digo esto para responder a quienes, especialmente desde dentro de ALEC, me sugieren que temas como éste, por ser tan «nuestros», deberían ser tratados intramuros. (**)

Aclaro, además, especialmente para beneficio de quienes puedan sentirse tentados a pensar que nos hemos olvidado de nuestros comienzos modestos, que estamos lejos de eso. Casi diría yo, estamos inoculados contra ese virus. Lo que pasa, y es bueno insistir en esto, es que en la Dirección Ejecutiva, lo que comparten muchos de nuestros miembros de ALEC, hemos comenzado a caminar en procura de una meta ambiciosa en grado superlativo. Queremos llegar a establecer la Escuela Cristiana Hispanoamericana de Escritores. Y el programa que estamos lanzando en cooperación con el SEPR vendría a ser el primer peldaño de esta escalera ascendente. Pero con la misma pasión con que abordamos los retos a este nivel estamos comprometidos a seguir celebrando los seminarios y talleres como los hemos llevado hasta ahora. Es en esta instancia donde están las personas que tenemos que detectar para ayudarles a desenterrar el talento que ha permanecido bajo tierra. (Léase la parábola de los talentos, Evangelio según san Mateo capítulo 25:14-30.)

A modo de ejemplo ilustrativo: Hay muchas posibilidades que nuestros compatriotas mineros que permanecen atrapados en el fondo de una mina en Copiapó, sean rescatados antes de los tres meses que originalmente se señaló como el tiempo requerido para culminar la faena con éxito. Sin embargo, se mantiene el plazo con el fin de no dar esperanzas que en algún momento no se puedan cumplir. Todos esperamos que sea antes, pero el gobierno mantiene la fecha dada originalmente.

Ayer, 23 de septiembre de 2010, recibimos un documento escrito por el Decano Académico del Seminario Evangélico de Puerto Rico, Dr. José Irizarry el que, con copia al grupo de nuestros profesores, constituye un paso más hacia adelante en el proceso de construcción de este nuevo edificio que pretendemos levantar en los terrenos de las comunicaciones cristianas y que esperamos que sirva a nuestra gente hispana en cualquier lugar del mundo. Cuando decimos cualquier lugar del mundo, estamos pensando más allá de Latinoamérica, los Estados Unidos y España. Estamos pensando en Japón, en Alemania, en Italia, en Australia donde se ha producido una importante concentración de hispanohablantes.

En su nota, que incluye una descripción detallada de lo que se espera sea la llamada malla curricular definitiva, el Dr. Irizarry deja con nosotros la iniciativa para dar el siguiente paso: asignar las materias que se enseñarán a los profesores.

Uno de nuestros profesores potenciales, el autor Luis Ruiz Doménech, de Barcelona, España, después de recibir el documento del Dr. Irizarry, me escribió diciendo: «Parece que la cosa va tomando cuerpo». Y así es, efectivamente. Irizarry termina su nota con estas palabras que van dirigidas específicamente a los profesores de ALEC: «Agradezco nuevamente su gran deseo de cooperación en este proyecto único en su clase y le damos la bienvenida como Profesores Adjuntos del Seminario Evangélico de Puerto Rico». (***)


Así, damos gracias a Dios porque «la cosa parece que va».

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(*) Mi respuesta a este correo de Luis, dice: Tienes razón, Luis. Y no solo en tus felicitaciones hacia mí sino en «tus felicitaciones hacia ti». Esto último tiene más profundidad de lo que aparenta. Dios se complace, sin duda, en tu fidelidad y lealtad al movimiento de ALEC con el cual un día tropezaste, «por casualidad»(?), en Alcalá de Henares y, como consecuencia de lo cual, te encontraste de pronto desenterrando el talento que habías «aparcado: durante toda tu vida» (copio de tu Agradecimientos, p. 7 en Potifar). Y esto que te digo a ti, vale para los demás miembros del equipo que, superando contrariedades de índole diversa, han seguido adelante con ALEC. El intento con la universidad guatemalteca fue un esfuerzo loable pero, aparentemente, no era por ahí por donde el Señor nos quería llevar. En el SEPR encontramos no solo un cuerpo académico ejecutivo dispuesto a echar a andar con la compañía de nosotros y con un proyecto inédito y terriblemente ambicioso, sino a una institución entera palpitando con la causa hispanoamericana. «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora» (Eclesiastés 3:1). De modo que, como tú, siento también que, efectivamente, «la cosa va tomando cuerpo».
No dejemos de orar para que esta etapa pronto quede superada y pasemos a la siguiente, ya un poco más complicada, de asignar las materias que cada profesor enseñará; y luego, la aun más complicada (y aquí Dios «tendrá que hacer un esfuerzo especial»): conseguir los alumnos. Les ruego su intercesión especial por los amigos y hermanos Dres. Sergio Ojeda, Presidente del SEPR y José Irizarry, Decano Académico. «No nos cansemos, pues... porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos» (Gálatas 6:9). Gracias por sus oraciones, sus correos de apoyo, su adhesión al Programa de Diplomado en Creación Literaria Cristiana, SEPR - ALEC.

(**) Mientras trabajamos en el diseño del Programa, estamos pensando en los alumnos que habrán de surgir desde distintos puntos del mundo de habla hispana. Pensando en ellos es que escribimos esto. Confiamos que, con la ayuda de Dios, podamos abrir las matrículas en diciembre de este año por lo cual los futuros estudiantes deben de estar al tanto de estos detalles que inciden directamente en la decisión que habrán de tomar.

(***) El texto completo del correo electrónico del Dr. Irizarry dice: Gracias por su interés en participar de este nuevo proyecto educativo del Seminario Evangélico de Puerto Rico en colaboración con ALEC. El Diplomado en Creación Literaria Cristiana se enriquecerá con su experiencia en el campo y su aportación al contenido y enfoque de nuestro currículo. Como les anticipamos, el modelo de enseñanza será a distancia, con el uso de módulos de estudio y una página electrónica del curso para apoyar al estudiante y mantener comunicación entre el profesor y los alumnos. Consideramos también realizar el Seminario de Escritura que finaliza los cursos y que prepara al estudiante para desarrollar su escrito reuniendo a todos los estudiantes y sus consejeros aquí en San Juan de Puerto Rico. Esto se discutirá más adelante cuando tengamos idea de la matrícula de estudiantes. Mientras, debemos comenzar a trabajar los Módulos de Estudio para cada curso. Ya el Sr. Orellana ha discutido con ustedes quien podría enseñar que materia. Les estoy enviando, con este mensaje, la descripción de la estructura del Módulo de Estudio y copia de un modelo utilizado por la Universidad de Londres que se asimila al formato que estamos sugiriendo. Los cursos de dos partes (i.e. Gramática) pueden desarrollarse en un mismo módulo. De igual manera, dos personas pueden dividirse los temas de un solo módulo. Esto lo dejo a su discreción y a la organización, por parte del Sr. Orellana, de los esfuerzos conjuntos de los miembros de ALEC. Si tienen alguna pregunta al respecto, no vacilen en llamarnos. Agradezco nuevamente su gran deseo de cooperación en este proyecto único en su clase y le damos la bienvenida como Profesores Adjuntos del Seminario Evangélico de Puerto Rico.