El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
¡Yo soy de Cefas, yo soy de Apolo!, se dice en la carta a los Corintios. Pero Pablo dice que todos somos de Jesús. Por Javier Domínguez Angulo
Las grandes obras de los filósofos no han hecho sino apuntalar la existencia de Dios, al no encontrar ni una sola de las respuestas a las grandes preguntas.
Pidan a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, y les dará lluvia abundante, y hierba verde en el campo, a cada uno.
La vida cotidiana de esta joven era hacer cosas comunes, cosas simples pero de mucho valor ante los ojos de Dios.
Muy posiblemente, en esta crítica, se nos esté diciendo lo que no debemos hacer y, sobre todo, lo que no debemos ser.
Dios le da mucha importancia a los Derechos Humanos de los niños, lo ha hecho a lo largo de la Historia y lo hace en la actualidad.
Si una persona curiosa se interesase por saber qué pruebas de sucesos bíblicos puede proporcionarle la arqueología, le encantará saber que en el Museo del Louvre, París, puede encontrar varios objetos que le procurarán una muestra sobre el particular.
El sufrimiento humano es el trago amargo que desearíamos no beber. Idealizamos un mundo perfecto, ajenos a su presencia. Buscamos ganarle la partida, pero aunque la ciencia haya logrado mitigar algunos de sus embates, frente a la vida y a la muerte, el sufrimiento sigue floreciendo.
Hay una gran diferencia entre estar convencido de ser un cristiano y realmente estar convertido a Cristo.
Ahora, tíldeme de loco, pero creo que la receta de particularidad presentada en “Arroz con Habichuela” podría adaptarse a las necesidades de la hermenéutica bíblica del movimiento evangélico puertorriqueño. ¿Cómo dice? ¡Así como lo oye!
Los cristianos tenemos la labor profética de denunciar tanto los pecados sociales como morales que inundan nuestra sociedad y que van en contra de la Palabra de Dios.
La Biblia da testimonio de Dios, del Verbo, de la Palabra hecha carne, pero no es Dios. La Biblia está inspirada por Dios, pero no es ni sustituye a Dios.
Nosotros ─como Jesús─ estamos en el mundo para “dar testimonio a la verdad”. Pero nuestro mundo sigue haciéndose la misma pregunta que aquel escéptico Pilato después de escuchar al Señor: “¿Qué es la verdad…?”
Las iglesias cristianas y otros movimientos que se invocan como parte de la fe bíblica han estado transitando a través de esta tendencia reivindicatoria de pedir perdón.
La pregunta es quién eres tú, un creyente de masas o un cristiano genuino. De la respuesta depende la vida y la eternidad.
Existen numerosos textos bíblicos que nos animan a estudiar, analizar e interpretar correctamente las Escrituras. Si Dios se ha revelado a la humanidad a través de Su Palabra escrita en la Biblia, es normal que mediante su lectura, examen y reflexión podamos llegar a conocer mejor la naturaleza de nuestro creador.
Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen
Réplica al artículo de Juan Martínez Menchaca en torno al libro ‘Santos accidentales: encontrando a Dios en las personas equivocadas’, de Nadia Bolz-Weber, Buenos Aires: JUANUNO1 Ediciones, 2019.
El corazón de la doctrina de Jesús está en su pasión y muerte, la cual constantemente comunicó el Señor como una necesidad y parte de su naturaleza mesiánica.
Se dijo que lo sublime es poderoso y a la vez atemoriza por su grandeza. Mas el universo atemoriza por la calidad extrema de su coherencia y orden. La belleza del universo puede fascinar a todo hombre, creyente o no, pero lo sublime lo excita a pensar más allá, reta a su razón, lo rinde a creer.
Santiago era uno de los medio hermanos de Jesús que no creían en él durante su vida, pero después de la resurrección de Cristo vino a ser un discípulo del Señor y llegó a ser uno de los pilares más importantes de la primitiva iglesia de Jerusalén, facilitando a los judíos la conversión al cristianismo.
Existe un clamor emergente desde la neortodoxia que personalmente me parece que representa uno de los ataques más sutiles a la autoridad de la Biblia. A diferencia de los embates flagrantes y frontales a los que nos tienen acostumbrados los emergentes, esta ofensiva suena bastante cristiana, piadosamente reflexiva y profunda, y aún fundamental.
En nuestro prójimo, aunque no estemos de acuerdo con él, tenemos que descubrir la Imago Dei.
El cristianismo evangélico es un movimiento transdenominacional dentro del cristianismo protestante que arguye que la esencia del Evangelio consiste en la doctrina de la salvación por gracia a través de la fe en la expiación de Jesús de Nazaret.
El mito de que la psicología y el cristianismo son lados opuestos y que jamás podrán tocarse se deshace por momentos y menos mal que es así.
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