El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Siempre recuerdo los buenos momentos de mi andadura personal y los momentos felices que me impulsaron hacia adelante, y ahí descubro la nostalgia de las buenas experiencias.
Se acabó aquella amenaza que comenzó hace 33 años en Belén.
Habrá quien necesite muchas explicaciones, pero otros, ante la angustia que le crea su propia necesidad les bastará decir: “¡Señor, ten misericordia de mí!”.
Su nombre aparece siempre el primero en los listados de teólogos evangélicos que hubieran cuestionado la doctrina tradicional del infierno. ¿Cómo es esto posible?
Por un lado sus padres le atendían en los aspectos materiales, pero en la comunicación con ellos percibía un rechazo implícito.
Hay uno que sí es el Salvador del mundo: cuando le miramos a Él comprendemos cual es nuestro destino.
Lo que ha marcado la diferencia en mi actitud ante la vida es mi descubrimiento personal de Dios. Sí, me estoy refiriendo a ese buen Dios que creó los cielos y la tierra y a todos los seres que gozan de vida orgánica.
Nuestra salvación nace de la voluntaria disposición del Señor a ser nuestro sustituto, a llevar sobre sí, las consecuencias de nuestro pecado.
El concepto del contentamiento cristiano, de un alma que descansa y que depende en su totalidad de la gracia y ayuda de Dios, es totalmente revolucionario. Un artículo de Samuel Jiménez en 'Tu blog'.
Joaquín quiere dar a conocer su saber, y no pierde ocasión para atribuirlo a la Gracia de su Señor.
En Apocalipsis 3:20, Jesús no le está rogando a una persona para que sea salva; está buscando la entrada a una iglesia.
El no pensar nos ha llevado a vivir sólo de lo aparente, de lo que se ve.
Todo reside en el hecho de un Dios crucificado, que Aquel que recibió el castigo reservado para los peores criminales, la crucifixión, sea Dios mismo.
Necesitamos una renovación rebelde que transforme la vida de tantos y tantos cristianos cómodos que, finalmente, están cayendo en la decepción y en lo tedioso.
Éramos la moneda que, en el polvo de algún oscuro rincón, caída, pisoteada se ve, sin valor… perdida. Éramos el hijo que cae en la miseria más triste.
Un estudio de Mateo 9:1-8; Marcos 2:1-12; Lucas 5:17-26.
¡Hay quien habla de una segunda venida de aquel rey resucitado del primer siglo! ¿Cómo va a descansar tranquilo el poder? ¡Es que es imposible!
― ¿Por qué festejan tanto? ¿Tú sientes que mereces algún reconocimiento?
La adoración sucede al acto sublime de la salvación, como el cántico a la redención. El que canta a Dios es porque le ha visto, porque disfruta su salvación.
La línea que separa el deseo legítimo, de la necesidad y la idolatría es tremendamente fina.
La Biblia indica que ciertos mulos se conocían ya desde antes del tiempo del rey David, bajo cuyo reinado se hicieron muy abundantes.
En un sentido, El Padrino muestra las contradicciones de la religión americana. Su sacramentalismo pretende salvarnos mágicamente del pecado en que estamos inmersos.
Un poema que escribí antes de conocer a Jesús, en una de esas crisis de sinsentido que nos hace experimentar el vacío de Dios.
Un estudio de Lucas 17:11-19.
Ningún corazón de hijos y nietos fue indiferente a aquel testimonio del abuelo.
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