El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Estoy admirado del impresionante riesgo que Dios corrió con nosotros al otorgarnos, de facto, el maravilloso don del libre albedrío.
En estas últimas semanas me he sentido impelido a escudriñar de nuevo todo lo concerniente al retorno de nuestro bendito Señor.
¿Por qué frecuentemente nos asaltan los malos pensamientos? ¿Por qué enjuiciamos tan fácilmente?
Hago una proclamación pública de bendiciones deseables para todos, pero muy particularmente para todos aquellos que se confiesan cristianos de corazón.
Este es un buen año para la esperanza del cambio tan anhelado, es el año de las nuevas oportunidades, de las puertas abiertas para realizar lo hasta ahora irrealizable.
No codiciarás... nada que sea de tu prójimo (Ex 20:17).
Pude descubrir el verdadero significado de la Nochebuena, cuando yo mismo tuve mi encuentro personal con ese buen Dios y Padre Celestial.
Aún en medio de tanta confusión existente, siempre hay que celebrarla con gran gozo, porque por excusa o por pretexto, Cristo es predicado.
Me preocupa enormemente ver en las iglesias cristianas una gran cantidad de personas que no han tenido una auténtica conversión a Dios y ellas creen que sí.
“Solo una cosa he pedido al Señor, solo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura” Salmos 27:4
Dios ha tomado su mayor expresión humana en Jesús.
Velad y orad para no caer en la tentación es una poderosa revelación que se cumple al pie de la letra, si la practicamos disciplinadamente.
Que el Señor nos ayude en esta hora crucial a corregir el rumbo y ser Sal y Luz del mundo.
Sentirme perdonado de tantos pecados y errores me produjo una sensación de libertad realmente maravillosa que le dio una nueva dimensión a mi existencia.
Los logros extraordinarios de Israel y su resurgimiento nacional a mediados del siglo XX, nos demuestran que la historia es conducida por la invisible y poderosa mano de Dios.
El cortometraje se ambienta en Nueva York y trata en clave fantástica los sueños de la protagonista. Se podrá ver por primera vez este viernes en Madrid.
Son muchísimos los que están aprisionados en cárceles espirituales y claman por ayuda.
Lo que tenemos por delante no es fácil a los ojos humanos, pero lo grande de todo esto es que el Señor está con nosotros.
Soy muy consciente que me expongo a ser malinterpretado tanto por unos como por otros en esta delicada cuestión.
Dios no esta pensando en fulminarnos, sino en bendecirnos y en ayudarnos, porque nos ama como nadie puede, ni podrá amarnos jamás.
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