El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Ser rico no es inmoral. Serlo sin invertir en lo que vale la pena lo es.
Las iglesias locales sanas y centradas en el evangelio son la manera ordenada por Dios para ministrar en los lugares difíciles.
El evangelio dice que no pongamos nuestra confianza en las cosas materiales donde el orín las pudre.
Dios nos enseña que pocas cosas hay más espirituales que ayudar a los que lo necesitan; que el ayuno que él espera de nosotros es que demos de comer al hambriento. Así de sencillo.
Una cosa es creer en Dios, y otra muy distinta, creerle a Dios.
Hay que tener mucho cuidado para que muchos valores de una sociedad injusta, los valores en contracultura con la Biblia, no se metan por las grietas y resquicios de los muros de nuestras iglesias.
Cuando tomas una decisión difícil a veces puedes explicar los motivos, otras simplemente sabes que tienes que tomarla, por instinto, por la paz que trae, y el tiempo y el Cielo siempre revelarán los motivos.
Los pobres os preguntarán que por qué vais así, por qué vais tan cargados, por qué no queréis ir ligeros de equipaje.
El pastor Ángel Manuel Hernández simuló ser una persona sin recursos para comprobar si existe, o no, aporofobia en la iglesia. El original gesto ha tenido eco en los medios locales de Canarias.
Cuidar nuestro corazón es crear una atmósfera, un terreno saludable para que la Palabra de Dios y Su Espíritu entren y guarden nuestros pensamientos.
La acumulación de riqueza por unos pocos dejará de ser tolerable cuando la acumulación de riqueza no sea aquello para lo que la sociedad entera vive.
Los cristianos debemos sentirnos interpelados en nuestra responsabilidad ante el prójimo viviendo la tensión a que las injusticias sociales y las estructuras de pecado y económicas de poder someten los valores bíblicos.
Identidad es saber llevar tus heridas cicatrizadas como trofeos, como lecciones, como obras de arte.
Lo que se ve es solo temporal, mientras lo que no se ve es eterno.
Cuando lo tienes todo, pierdes la capacidad de agradecer, la belleza del proceso de conseguir y la fascinación de admirar.
El mundo pobre también se mete en el corazón de nuestras ciudades ¿Es que, acaso, en esta Navidad no hay lugar para muchos en el mesón de la abundancia y el derroche?
El cáncer no es una enfermedad de un par de semanas. No es una carrera de velocidad: es un maratón en el que la soledad se hace presente.
Expreso mi preocupación para que podamos ampliar tanto la visión como la acción solidaria.
Una civilización del consumo, tal y como la que existe en el mundo rico, no es universalizable.
Dios tiene un plan para el conjunto de piezas que es tu vida.
Sigue fiel y en el camino. No tires la toalla. Asume riesgos.
He aprendido a ver los tiempos de transición como la antesala de grandes acontecimientos.
He aprendido dentro del camino estrecho a vivir una vida que, sin tener nada, tengo todo y más.
No sé qué situación te está tocando vivir, pero no te ahogues ni te estreses más allá de tus posibilidades y tus fuerzas.
Tú, Señor, nunca convertirás las piedras en pan ni por caprichos egoístas de nadie, ni para engordar a los ya satisfechos.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.