El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Eberhard Busch, último asistente que tuvo Karl Barth, ha sido uno de los mayores promotores del teólogo reformado suizo.
Miguel Ángel Gómez y Pedro J. Garrido publican con Abba Distribuidora un libro repleto de aventuras y enfocado a adolescentes, que trata cuestiones como la amistad, la familia y la fe.
Este librito no pretende ser exhaustivo en su alcance. Ha sido escrito en respuesta a frecuentes solicitudes a lo largo de los años.
Concluiremos que la permanencia de Sartre en el ateísmo ideológico no fue, precisamente, por falta de oportunidades para conocer al Dios de la Biblia ni por carencia de testimonios personales.
El trabajo que manifiestan sus composiciones es algo de lo que más se ha celebrado en su labor lírica, pues esos textos poéticos son resultado de una búsqueda obsesiva hasta la incandescencia.
Lo espiritual está presente en todas sus obras. Y no es una presencia circunstancial, sino intencionada, meditada, creada aposta. Dios no es en él un recurso teatral, como en otros autores; es una realidad viviente.
Hay que matar la duda. Estrangular las vacilaciones y las incertidumbres que impiden una fe genuina, total, que nos hace desconfiar cien veces y confiar una sola.
Dios, la religión, el amor, la muerte, el alma, la eternidad, son asuntos constantemente tratados en sus temblorosas rimas y en las narraciones en prosa.
La nueva definición de “iglesia”, sus nuevos signos, acordes todos ellos con el proceso encarnacional de la humanización, implicaban, entre otras cosas, que se trataba de una comunidad de gozo, al servicio de la historicidad humana, de la solidaridad, del sufrimiento mesiánico y de la apertura al futuro a partir de la dialéctica de la resurrección.
Frente a una sociedad que tiende a destruir la armonía del ser y del universo, existe la posibilidad y la certeza de reencontrarla, porque es un reino que está dentro de nosotros desde el principio.
Ávila tendrá una actitud sumamente crítica respecto a los valores que se mantienen en la sociedad de su tiempo, como lo eran la apariencia y la ostentación en el estilo de vida.
Por caminos separados, llegaron a un punto común de acuerdo en la proyección de la tarea cristiana en América Latina, acechada por una parte por los impulsos imperialistas de la época y, por la otra, por los esfuerzos renovadores para cambiar el rostro de la fe cristiana en unas sociedades sometidas trágicamente a los dictados del conservadurismo y la tradición.
La humanidad se ha vuelto sorda ante los dolores y clamores del desvalido. Hemos llegado a ser peores que los animales irracionales. El egoísmo y la confusión lo invaden todo. En esta ceremonia de locura sólo tenemos un camino claro: eperar a Godot.
Ávila interpretaba la cruz de Cristo poniendo por palabras del señor las de Isaías 43,24, como dirigidas a cada uno.
Ávila, según los autores, no fue un teólogo académico… aunque algunas piezas tienen tal maestría […], sus escritos nacieron en medio de su actividad apostólica y para comunicar el amor de Dios.
Dos pastores publican El cor de la ciutat, un libro que conecta las enseñanzas bíblicas y la experiencia de fe con la vida y el carácter de Barcelona.
La obra recopila información sobre la existencia de diversas confesiones en las islas, enfatizando la evangélica.
El autor ha decantado toda su experiencia para vaciar en un manual que cumple totalmente con ese nombre, todo lo requerido para comprender teórica, pero sobre todo prácticamente lo relacionado con la psicología pastoral para las iglesias de hoy.
Monsiváis elevó la labor periodística al rango literario gracias a su insistencia en transformar asuntos aparentemente banales en motivos de crónicas de mayor alcance.
Monsiváis fue investigador en el INAH de México hasta muy cerca de su muerte. Para honrar su memoria, se abrió la cátedra que lleva su nombre y el escritor Juan Villoro fue el encargado de inaugurarla.
Recientemente ha aparecido Dios también es gratuito: balbuceos teológicos sobre la gracia, de Victorio Araya.
Racionalistas franceses y alemanes de los siglos XVII y XVIII atribuían a María Magdalena lo que ellos llamaban el mito de la resurrección. El amor de Magdalena, decían, inventó la leyenda de la resurrección.
No fueron amantes. No contrajeron matrimonio. Ella no escapó a Francia. La única historia de María Magdalena se encuentra en los breves textos que citan los Evangelios.
El lector conocedor de la Biblia advertirá de inmediato que se trata de un ejercicio de imaginación. Las palabras suenan bien, pero están lejos de la verdad. Muy lejos. La imaginación se embriaga de sueños, se aproxima al delirio. Presenta como auténticas situaciones que nunca han sucedido.
A partir del siglo XI, el culto a María Magdalena en Oriente apenas conoce elementos nuevos. Pero en Occidente, tras la larga gestación de siglos anteriores, las iglesias maduran y crece la adoración a la primera persona que vio al Cristo resucitado.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.