Demuestran que creatividad y psicosis comparten -al menos en parte- las mismas raíces genéticas.

Los psicólogos alertan que la sociedad actual favorece un tipo de perfil de gente sin empatía, egoístas, que usan a los demás para beneficio propio, especialmente estima y poder.

El odio, el rencor y el deseo de venganza pueden enajenar la mente humana al punto de llevar a un progenitor a asesinar a sus propios hijos.

El autor del libro Jon Ronson habla de personas obsesionadas con el éxito y “sin remordimientos”.

La psicopatía es más frecuente de lo que parece, especialmente en altos cargos ejecutivos.

Los psicópatas viven entre nosotros. El compañero en el trabajo o en la facultad, un vecino, el jefe. Cualquier puede serlo. Muchos ni siquiera llegan a realizar actos violentos, pero todos comparten características comunes, aunque en distintos grados. Haciendo gala de una frialdad extrema, no sienten en absoluto el sufrimiento de sus semejantes, a quienes tratan más como a cosas que como a personas, son egocéntricos, agresivos, manipuladores y no les importa lo que la sociedad piense de los act