El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Ambos profetas (verdadero y falso) afirman con igual confianza que proclaman la Palabra del Señor (consejos pastorales desde Tiatira).
Dios tiene un propósito con todos, hasta con los falsos profetas.
La evangelización tiene un valor de rescate del hombre en desventaja social, del hombre abusado u oprimido.
El discernimiento entre profetas falsos y profetas verdaderos es uno de los problemas más difíciles de la teología y de nuestra vida cristiana.
¿Nos falta compromiso, nos falta pasión por la justicia, nos falta celo por la denuncia?
Los profetas no podían callarse, porque la Palabra de Dios los consumía. En ellos había nacido un imperativo ineludible de levantar su voz.
El ojo profético de Juan le revelaba una realidad muy diferente al consenso de su época, de la "opinión pública" prevaleciente.
Hay un mañana y ese mañana puede ser mejor y no estar determinado por el presente del juicio. Así acontecerá, sin duda, cuando se escucha lo que Dios nos dice.
Son profetas porque predican esperanzas y son populistas porque las esperanzas prometidas son falsas, al estar basadas en falsos remedios.
Para muchos resultaría ideal que Dios fuera parcial, contemplando siempre con malos ojos a unos pueblos y con buenos siempre a otros. Así lo creyó en el pasado Israel y posteriormente no pocas naciones autodenominadas cristianas.
Los profetas: Zacarías (y IV): el final de la Historia (c. 10- 14).
Mientras los niños iban y venían, iban y venían, la viuda estaba llenando de aceite todas las vasijas disponibles.
Los profetas: Zacarías (III): en Sión habría salvación y la señal sería el mesías cabalgando, justo, salvador y humilde, sobre un asno (c. 7- 9)
Los profetas: Zacarías (II): cuatro visiones más (c. 4- 6).
Los profetas: Zacarías (I): las tres primeras visiones, su significado y aplicación (c. 1- 3)
Los libros proféticos (XXV): Daniel (IV): la profecía cumplida y la derrota segura de los cuernos pequeños.
Los libros proféticos: Daniel (III): el profeta que vio más allá de la caída de los de los grandes imperios.
Como "Ministro de Propaganda", el falso profeta promueve "la ideología del poder" que sacraliza al imperio.
Los libros proféticos (XXIII): Daniel (II): el profeta que vio desaparecer imperios (Daniel 4-6).
Los libros proféticos (XXII): Daniel (I): el hombre íntegro que creció y profetizó en el exilio (Daniel 1-3).
Los libros proféticos (XX): Ezequiel (III): el Dios que es soberano universal de todos los tiempos (c. 25-32).
Si vivieran hoy, estos profetas denunciarían tanto los abusos sociales como la depravación sexual de nuestro tiempo.
Los libros proféticos (XIX): Ezequiel (II): el desastre de Israel y Judá anunciado desde el exilio (c.11-24)
Libros proféticos (XVIII): Ezequiel (I, c.1-10). Tras salir del templo la gloria de YHVH se detuvo un instante antes de irse por completo. De manera reveladora, ese mismo itinerario siguió Jesús en su última Pascua.
Los libros proféticos (XVII): Jeremías (VIII): el mensaje (V): profeta para las naciones (c. 46-52).
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