El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Dios “nos confirmará hasta el fin, para que seamos irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesús Mesías”. Sea eso lo que sea, así es para nosotros.
En la historia de la redención, Dios entra en nuestra vulnerabilidad. No evita que le ocurran cosas malas, ni siquiera a sí mismo, como Dios-hombre.
Quiero recordarme a mí misma y a todos vosotros el modo de amar a alguien difícil, del mismo modo que nos ama Dios a nosotros.
La conocida mariposa monarca constituye un ejemplo para nosotros en varios aspectos.
Aunque pasemos por momentos de dolor sabemos que Dios no sólo está a nuestro lado, sino que nos fortalece siempre.
Podemos amar a muchas personas por lo que significan para nosotros, pero tenemos que reconocer que no hay nadie como Jesús.
Sonrío ante un espléndido regalo que me envuelve en gozo devolviendo claridad al presente que me acoge.
Los discípulos de Cristo lo siguieron porque de verdad creían que era el Mesías, el mismo Hijo de Dios.
Pido a Dios que nos guíe y ponga mucho en nosotros el querer.
En este tiempo nuestro lo que sí sucede es que los cambios se producen más rápido, de forma más brusca, más violenta, más sangrante.
¿Quién dijo fácil? ¡Para nada! Pasó por todo y más, pero lo consiguió, y dejó un maravilloso ejemplo para todos los que hemos venido y vendrán detrás.
Los golpes no siempre se pueden esquivar. Hay que tener mucha voluntad para remontar y superar situaciones difíciles de soportar.
En lugar de personas de Estado, estamos votando a maestros del entretenimiento.
Él siempre está dispuesto a volver e intentar una nueva reforma de los corazones.
Existen mujeres que pelean cada mañana contra el cruel adversario de la tristeza y que haciendo de tripas corazón esbozan una sonrisa franca y pura que nos permite seguir creyendo en la humanidad del ser humano.
El valor de todo lo que llegó a ser este genio de la humanidad, creo que lo tiene en un muy alto nivel su propia madre.
Vamos a ser muy golpeados por las mareas, las arenas, el viento y el agua; aún así. Cuando estemos aferrados a nuestra Roca, y muy unidos unos a otros, claro que nada nos ha de mover.
Huye del falso evangelio de la prosperidad; que promete un camino al cielo sin pasar por la Cruz, que te lleva a buscar a Jesucristo con una motivación egoísta y equivocada.
Ya no escribimos cartas y menos a mano. Ya no nos damos el lujo de sentarnos en un banco de un jardín y comenzar una conversación con alguien que está a nuestro lado.
Nunca llegaremos a la perfección, pero es una batalla que merece la pena, una lucha en la que hay que empeñarse, porque con cada paso que damos conseguimos que la vida sea más parecida a lo que Dios quiere.
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