Un poema de Concepción Arenal. (Selecciona Isabel Pavón)

El perro es citado en la Biblia una cuarentena de veces, casi siempre como ejemplo de actitudes negativas.

― Entienda que este perro es un cruce de dos progenitores de muy diferente raza.

El café ha readaptado uno de los textos repartidos en panfletos durante la época de la Alemania nazi: “prohibido a los perros y a los judíos”.

Pese a los intentos de adopción, el animal siempre regresaba al mismo lugar. Será enterrado junto a la tumba de su dueño.

Él, a diferencia de nosotros que leemos con los ojos y con los dedos cuando se trata de alguien privado de la vista, leía con la nariz.

Una metáfora de aquel proyecto colonial español, que fue postizo, falso, de un territorio en el que no había ni carreteras.

-No, no, con el perro no puede entrar en la iglesia -dijo el acomodador, amonestando a aquella visita inoportuna.

Nunca me he aclarado con los personajes históricos de Disney. Mickey es un ratón gigante que habla (con una voz aflautada y repelente, pero habla), Donald es un pato gigante que balbucea y Pluto es un perro tamaño normal (en proporción a Mickey) que ejerce de perro, anda a cuatro patas y no habla. Pero, y ahí es donde entramos en la dimensión desconocida, aparece Goofy, del que especialistas bien documentados (que ni los de Intereconomía) dicen que también es un perro, pero vestido, que camina s

Les tiene una manía especial a los gatos. Siendo cachorro, los gatos le robaban su comida. Ahora cuando ve a un gato al que le están dando de comer, les gruñe, les ladra, se pone como loco. Así es el perro de Lorenzo.