El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los dedos de Dios y del hombre se tocan cuando cada persona reconoce que su capacidad para crear es un regalo de su propio Creador.
Dedicar tiempo a los que queremos es una de las mejores decisiones de nuestra vida.
La codicia destruye nuestro interior porque nos hace sentir infelices si no alcanzamos lo que no tenemos.
Ser espiritual es vivir empapados hasta la médula en el dolor ajeno, llevando en nosotros el sabor y el olor de los despreciados y de los que sufren.
Somos ignorantes cuando las palabras “me equivoqué” no aparecen en nuestro vocabulario.
No lo creas todo, piensa y razona: Dios te ha regalado esa libertad.
Dios no quiere en primer lugar que las personas conozcan muchas cosas sobre él, sino que le amen.
Aún la vida más desgraciada tiene recuerdos felices. Y es a ellos a los que hay que volver.
A los ojos de Dios no existen las causas sin esperanza o las personas que parecen no tener valor, porque los ojos de Dios brillan al vernos a cada uno de nosotros.
El hombre que cree que sin Dios puede ser libre, está razonando de la misma manera que el que se lanza desde un rascacielos al vacío después de convencerse a sí mismo que la ley de la gravedad no existe.
De cada uno depende en qué pone la base de su existencia, cuáles son los principios que le motivan para vivir.
La victoria y la derrota son circunstancias accidentales en nuestra vida, no definen quiénes somos realmente.
Es hora de enseñar a nuestros niños que hay otra manera de vivir; que es posible amar y apreciar a todos.
Quien diseñó el Universo es mucho más impresionante de lo que creemos.
Cualquier concepto, cualquier creencia o cualquier religión es aceptada porque no va a la raíz del problema: el corazón del hombre.
Comparte tus sentimientos y tus frustraciones con las personas a las que puedes ayudar y que te ayudan a ti.
Es hora de trabajar y comenzar a cuidar a la gente que nos rodea.
Steve McQueen fue en algunas ocasiones con los bomberos, con fuego real, para saber cómo actuar mejor en la película "El coloso en llamas" (su papel era de jefe de bomberos).
Lo que Dios pagó por ti y por mí es de un valor infinito.
Dejamos de vivir en plenitud cuando quitamos nuestros ojos de la meta, y los obstáculos nos parecen más importantes que nuestros objetivos.
Lo que realmente merece la pena sucede fuera de la cancha. Dios trabaja en nuestra vida en todos los aspectos.
Cuanto más vivimos apegados a la naturaleza, más cerca nos sentimos de Dios, de lo que Él ha hecho.
Necesitamos entregar en las manos del Padre no solo todo lo que nos preocupa, o lo que no podemos solucionar, sino nuestra vida por entero.
Jamás nadie habla con Dios y lo encuentra ocupado: No tengas dudas, para Él eres valioso/a y Él te ama.
Dar y ayudar a otros es devolverle a Dios parte de lo que Él nos da.
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